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El padre Graf fue reincorporado como pastor de San José Luis Sánchez del Río

Por Michelle Martin (Chicago Catholic)
martes, abril 30, 2019

El padre Graf en una misa en St. Gall en junio de 2013. Foto: Karen Callaway/Católico

Dos días después de haber sido reincorporado como pastor de la parroquia San José Luis Sánchez del Río, el padre Gary Graf estuvo afuera en las puertas de la Escuela Maternity BVM para saludar a las familias y al personal.

A medida que hablaba de cómo permaneció fuerte durante los ocho meses que estuvo separado del ministerio después de haber sido acusado de conducta inapropiada con un menor, era interrumpido por maestros y padres que querían felicitarlo por su regreso y decirle que siempre creyeron en su inocencia.

“Se siente muy bien estar aquí”, señaló Graf, quien sirvió como pastor asociado de Maternity BVM después de ser ordenado en 1984. La parroquia fue una de tres que se unieron para convertirse en la parroquia San José Luis Sánchez del Río como parte del proceso de Renueva mi Iglesia en 2018, y Graf fue el primer pastor de la nueva parroquia.

Graf había estado en la nueva parroquia durante menos de dos meses cuando un adolescente miembro del personal dijo que una secretaria de la parroquia le dijo que Graf estaba atraído hacia él. El joven también dijo a las autoridades que el pastor había frotado sus hombros y una vez le ofreció un auto gratis.

Graf se separó del ministerio a finales de agosto de 2018 mientras las alegaciones eran investigadas. Según una carta del cardenal Cupich, Graf cooperó plenamente con las autoridades civiles, incluyendo una investigación criminal y una investigación del Departamento de Servicios para Niños y Familias y con la Oficina para Revisión e Investigaciones de Abuso Infantil de la arquidiócesis.

Graf fue absuelto de cargos criminales en enero, y DCFS determinó que las alegaciones eran infundadas. Una vez que esos procesos fueron completados, la arquidiócesis comenzó su propia revisión.

El cardenal Cupich compartió los resultados de esa revisión con Graf el 6 de abril antes de emitir su carta a los feligreses.

“La parte más dolorosa era no saber lo que estaba pasando”, dijo Graf. “No podía conversar con nadie. No podía hablar de ello con nadie”.

Pero Graf dijo que era importante que él se separara y dejar que el proceso tomara su curso porque la iglesia debe hacer todo lo que puede para proteger a los jóvenes.

“Cuando había una acusación contra un sacerdote, no hacíamos lo correcto durante mucho tiempo”, señaló. “No escuchábamos al niño primero, y muchas veces, si escuchábamos al sacerdote primero, le creíamos y lo movíamos para otro lugar. Esta es la única manera de hacerlo. Tienes que escuchar al niño y a los padres”.

Luego, dijo, tienes que tener fe que, si hay una acusación falsa, eso quedará claro durante el curso de la investigación.

En su carta a los feligreses, el cardenal Cupich dijo, “nuestras políticas también nos llaman a hacer todo lo posible para restaurar el buen nombre de los sacerdotes cuando el proceso ha determinado que las alegaciones no están fundamentadas. Esto, también, es un asunto de justicia. Por eso, tanto por consideración por el padre Graf y todos nuestros sacerdotes, estoy resuelto a ver que el buen nombre del padre Graf sea restaurado”.

Uno de sus feligreses de Waukegan, donde Graf sirvió en otra parroquia fusionada, Most Blessed Trinity dijo que él tenía la confianza que Graf era inocente.

“Mi familia y yo lo hemos conocido desde la década de 1990”, escribió Miguel Zamudio en una conversación en Facebook. “Él enseñó a mis dos hijas desde el preescolar hasta el octavo grado, y él manejó el autobús escolar muchas veces cuando no había suficiente personal”.

Él estuvo allí para la muerte de la madre de Zamudio, y cuando Zamudio y su esposa renovaron sus votos.

Fue cuando estaba en Waukegan como pastor de la parroquia Holy Family en 2002 que Graf donó parte de su hígado a un feligrés. A principios de 2018, cuando era pastor de la parroquia San Procopio, estuvo en las noticias cuando hizo un ayuno en apoyo a los jóvenes indocumentados conocidos como Dreamers.

David Hernández, miembro de la parroquia San José Luis Sánchez del Río, dijo que espera que esto signifique que la nueva parroquia puede seguir adelante.

Hernández era originalmente feligrés en St. Philomena y estuvo activo en el proceso de Renueva mi Iglesia que unió a las tres parroquias.

Fue difícil para la nueva parroquia realmente tener las cosas andando sin un pastor y con misas celebradas por sacerdotes haciendo suplencia cada fin de semana, dijo Hernández.

“Ahora es cuestión de conectar y reconectar”, dijo Hernández. “Estoy feliz que él haya regresado”.

Lea la carta del cardenal Cupich: archchicago.org/en/statement/-/article/2019/04/06/letter-from-cardinal-blase-j-cupich-on-father-gary-graf.

 

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