Área de Chicago

Marcha por la Vida en Chicago atrajo a personas de Illinois y del Medio Oeste

Por Joyce Duriga (Chicago Catholic)
martes, enero 29, 2019

El cardenal Cupich habla mientras miles de participantes desafían frías temperaturas en la Plaza Federal el 13 de enero de 2019. Foto: Karen Callaway/ Católico

La estudiante de Marian Catholic, Chantelle Belcher asistió a la Marcha por la Vida de Chicago el 13 de enero para apoyar a las mujeres que enfrentan la decisión de abortar a un hijo.

“Las personas que tienen un aborto pasan por momentos difíciles”, señaló la adolescente. “Algunas veces tienen abortos porque no pueden mantener al hijo, pero yo quiero motivar a las personas a no tener abortos. Hay otras opciones como la adopción o dar el hijo a un familiar. No siempre tienes que abortar”.

Belcher fue una de miles de personas de Illinois, Indiana, Michigan, Wisconsin, Iowa y Missouri que salió para la marcha anual en el centro de Chicago que siguió después de una concentración en la Plaza Federal y procedió alrededor del centro. Es llevada a cabo anualmente antes de la Marcha por la Vida nacional en Washington, D.C., que se realizó el 18 de enero.

La Marcha por la Vida se ha llevado a cabo anualmente a nivel nacional desde 1974 cerca del aniversario el 22 de enero de la decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos de Roe v. Wade que legalizó los abortos en 1973.

Antes de que los manifestantes prosiguieran a través de las calles llevando avisos y cantando mensajes provida, escucharon a varios oradores en una concentración, incluyendo el cardenal Cupich, el vicepresidente de los Osos de Chicago Pat McCaskey, Jeanne Mancini, presidente de la Marcha por la Vida nacional en Washington, D.C., y a una madre que cambió de opinión sobre abortar a su hija a través de la ayuda de Aid for Women, una organización local provida de mujeres.

En sus comentarios, el cardenal Cupich enfatizó la singularidad de cada vida humana.

“Cuando se le quita la vida a un niño, todos somos afectados por esta pérdida, somos robados de los intereses, habilidades y talentos distintivos que estos pequeños pudieron haber contribuido de innumerables maneras a nuestras familias, comunidades y al mundo”, dijo el cardenal Cupich. “Pero también se nos roba un sentido de maravilla y asombro acerca de nuestra vida en este mundo, y robados del regalo de la esperanza sobre nuestro futuro, a medida que su futuro se les arrebata a ellos y a nosotros”.

El cardinal Cupich también tuvo un mensaje para los muchos jóvenes en la concentración.

“Ustedes, jóvenes, nos dan esperanza y nos animan, ya que sabemos que año tras año mientras marchamos hacia el futuro, habrá otros que continuarán este esfuerzo de proteger la vida y dignidad humana, que asumirán el trabajo de proveer alternativas que dan vida a las mujeres embarazadas, permitiéndoles crear vidas estables en medio de circunstancias a veces difíciles, que no serán intimidados por los desafíos, que buscarán maneras de caminar con el pobre, los enfermos, los indefensos, los vulnerables, los pecadores y asegurarse que nadie sea excluido de la mesa de la familia humana”, dijo.

Muchos de los católicos en la marcha asistieron esa mañana a la repleta Misa por la Vida con el cardenal Cupich en la Catedral del Santo Nombre. Una concentración de jóvenes antes de la misa, llevada a cabo en la Escuela Frances Xavier Ward, localizada al lado de la catedral, atrajo a casi 500 jóvenes.

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