Como cada año, la velada del 11 al 12 de diciembre atrajo a unas doscientas mil personas al Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en Des Plaines, en la peregrinación anual que expresa la devoción a la Virgen de Guadalupe. Sin importar el frío, feligreses de toda la arquidiócesis y de otros lugares del Medio Oeste manifestaron su devoción a la Morena del Tepeyac, algunos caminando en grupo desde sus parroquias, otros en autobuses. Los peregrinos encendieron veladoras, oraron y depositaron rosas en el promontorio que semeja el cerro del Tepeyac, sitio de la aparición de la Virgen de Guadalupe en el valle del Tepeyac, en la ciudad de México. El santuario en Des Plaines se ha convertido ya en un espacio de reunión de la comunidad católica hispana no solo de Estados Unidos, pues han llegado incluso visitantes de Canadá. Este año inauguró su capilla de San José en abril para satisfacer la necesidad de acomodar a los miles de peregrinos que requerían, además del amplio espacio de adoración que ya existe al aire libre, un espacio cerrado, una capilla que albergue a los casi seis mil feligreses que asisten a los servicios cada fin de semana. El padre Esequiel Sánchez, rector del Santuario, estuvo al tanto de los detalles, incluidas precauciones extra para preservar la seguridad, en colaboración con el cuerpo de policía de Des Plaines.