En abril de 1833, Chicago no era mucho más que un pequeño asentamiento fronterizo, una colección de casas y edificios comerciales rodeando Fort Dearborn. Todavía no era un pueblo, mucho menos una ciudad. Pero albergaba suficientes católicos para pedir al obispo Joseph Rosati de la Diócesis de St. Louis un sacerdote para comenzar una parroquia. “Nosotros, los católicos de Chicago, Condado de Cook, Illinois, presentamos ante usted la necesidad que existe de tener un pastor en la nueva y floreciente ciudad. Contabilizamos aproximadamente 100 católicos en este pueblo. No dejaremos de rezar hasta que haya tomado en consideración nuestra importante solicitud”, decía su petición. St. Mary of the Assumption nació el 5 de mayo de 1833, cuando el padre John Mary Irenaeus St. Cyr llegó y celebró la primera misa en un edificio de troncos cerca de la Taberna Sauganash, donde él se estaba quedando. Poco después, un edificio de trocos fui construido en las calles State y Lake para el culto. Chicago se incorporó primero como un pueblo, con 350 personas, aproximadamente tres meses después de la llegada de St. Cyr. Para el momento en que Chicago se convirtió en ciudad el 4 de marzo de 1837, la población había crecido a 4,170. Eso marcó el comienzo de la historia algo nómada de la parroquia más antigua de Chicago. Hoy en día, la parroquia está albergada en una de las edificaciones eclesiásticas más nuevas en la arquidiócesis en 1500 S. Michigan Ave. St. Cyr vio su parroquia crecer a aproximadamente 2,000 católicos antes de ser llamado a St. Louis en 1837. Para ese momento, Chicago era parte de la recién formada Diócesis de Vincennes, Indiana, y un pastor nuevo, el padre Timothy O’Meara, fue enviado desde allá. El edificio fue movido a la esquina noroeste de la calle Madison y la avenida Michigan. Para 1843, el tercer pastor, el padre Maurice de St. Palais, construyó una iglesia más grande en la esquina suroeste de la intersección. Al año siguiente, la parroquia — todavía la única en la ciudad de Chicago, aunque un puñado había surgido en las áreas circundantes— se convirtió en la catedral de la recién creada Diócesis de Chicago, dirigida por el obispo William Quarter. Sirvió como la catedral hasta después del Gran Incendio de Chicago de 1871, cuando la Catedral del Santo Nombre estaba siendo construida. Después que el incendio destruyó sus edificaciones, la parroquia se mudó a la antigua iglesia Plymouth Congregational Church en la esquina de la calle Novena y la Avenida Wabash. Al no ser más la catedral, la iglesia se dio a conocer como Old St. Mary’s. La parroquia, que había albergado las primeras escuelas católicas en Chicago (para niñas y para niños, ambas abiertas en 1846), cerró su escuela parroquial aproximadamente en 1880. La parroquia no tendría otra escuela hasta 2004. Pero en la década de 1880 se vieron más cambios. El padre Augustus Tolton, el primer sacerdote afroamericano reconocido, comenzó a celebrar misa para católicos afroamericanos en el sótano, antes de ser otorgada la parroquia St. Monica en el sur de la ciudad. A medida que su ubicación en el área de South Loop se volvió más y más comercial, el arzobispo James Quigley la llamo “la iglesia del forastero”, y de trabajadores y viajeros que andaban de paso en vez de la base estable y usual de feligreses. Eso se ajusta con la misión de los Padres Paulistas, una congregación basada en Nueva York fundada en 1858 para evangelizar a Norteamérica. En 1903, el arzobispo Quigley invitó a los Paulistas a hacerse cargo de Old St. Mary’s. En 1931, la parroquia comenzó a ofrecer atención a los católicos filipinos en la arquidiócesis, y en 1954 abrió una capilla en la avenida Wabash y la calle Van Buren. Para 1971, con la iglesia vieja en malas condiciones, la parroquia se mudó a la capilla y la iglesia en la calle 9th fue demolida, a pesar de su estatus como punto prominente. La actual iglesia Old St. Mary’s abrió en 2002. Esta historia fue publicada el 17 de febrero de 2008 y ha sido actualizada.