Área de Chicago

Sacerdotes y jóvenes feligreses de Chicago visitaron la frontera con México

Por Michelle Martin (Chicago Catholic)
lunes, julio 30, 2018

El padre Gary Graf, de la iglesia San José Sánchez Del Río en Chicago, visita a niños en el Proyecto Desarrollo Humano en Penitas, Texas. El padre Graf fue parte de una delegación de sacerdotes de Chicago dirigida por Catholic Extension al área fronteriza del 11 al 13 de julio. El grupo visitó al centro para ver su trabajo y presentar un cheque de $45,000 de Extension para el ministerio. Foto: CNS/Catholic Extension

Los católicos han estado en las líneas del frente de la crisis humanitaria que tiene lugar en la frontera de Estados Unidos con México, una crisis que ha durado durante años.

Dicha crisis resurgió en las noticias esta primavera cuando el fiscal general Jeff Sessions anunció una política de cero tolerancia, bajo la cual todos los adultos que cruzan la frontera sin permiso serían procesados criminalmente y cualquier niño que viaje con ellos sería apartado.

A pesar de que la administración del presidente Trump dijo más tarde que detendría a las familias juntas en vez de separarlas, la crisis continúa, pues las personas liberadas de los centros de detención necesitan ayuda. Algunos necesitan un lugar para quedarse; otros necesitan ayuda para ir a las casas de los familiares que ya viven en los Estados Unidos.

Seis pastores de la Arquidiócesis de Chicago obtuvieron una visión de primera mano cuando viajaron a la frontera entre McAllen, Texas, y Reynosa, México con el padre Jack Wall, presidente de Catholic Extension, del 11 al 13 de julio.

El viaje fue organizado luego de la convención de sacerdotes de la Arquidiócesis de Chicago. Es parte de una serie de viajes que llevan a los sacerdotes de diócesis urbanas y suburbanas a las áreas de la misión de los Estados Unidos, donde trabaja Catholic Extension, dijo Joe Boland, vicepresidente de la misión para la organización basada en Chicago.

Un grupo de jóvenes adultos latinos de la Arquidiócesis de Chicago también estuvo en McAllen en un viaje de extensión al mismo tiempo. Miembros del grupo juvenil Iskali fueron parte de un programa piloto de Extension para desarrollar liderazgo juvenil en la comunidad católica latina; se unieron a un grupo similar de San Bernardino, California para tomar clases en el Colegio Católico Mexicano Americano en San Antonio y para una visita a la frontera antes de dividirse; los jóvenes del área de Chicago visitaron a los trabajadores agrícolas migrantes en California mientras que el grupo de California visitaba a trabajadores migrantes en la parte oeste de Michigan.

Los sacerdotes visitaron iglesias construidas con la ayuda de fondos de Catholic Extension y proyectos apoyados por Catholic Extension, así como también un refugio para migrantes y un centro médico en Reynosa. El grupo incluyó al padre Gary Graf, pastor de la parroquia San José Sánchez Del Río; al padre Robert Heinz, pastor de la parroquia St. Norbert and Our Lady of the Brook en Northbrook; al padre Tom Hurley, de la parroquia Old St. Patrick’s; al padre Terry Keehan, de la parroquia Holy Family en Inverness; al padre Fred Pesek, de la parroquia Queen of the Rosary en Elk Grove Village; y al padre Joseph Tito, de la parroquia St. Nicholas en Evanston.

El padre Tito dijo que conoce a muchas personas que han cruzado la frontera de México en el pasado. Esta vez, señaló, se sorprendió al saber la manera en que la violencia está afectando a pequeñas comunidades locales en El Salvador, Honduras y Guatemala.

“Ellos realmente son forzados a irse”, mencionó Tito. “Están huyendo por sus vidas”.

Le impresionó el trabajo de las religiosas que reciben a los buscadores de asilo cuando son liberados de la detención.

“No tenía idea de cuánto trabajo grandioso está ocurriendo”, señaló Tito. “Ver a la iglesia en acción fue simplemente increíble”.  

La hermana de las Misioneras de Jesús Norma Pimentel, directora ejecutiva de Caridades Católicas del Valle del Río Grande, opera el Centro de Alivio Humanitario en McAllen, ofreciendo a la gente recién liberada de la detención una comida caliente, regaderas, ropa limpia y una oportunidad de descansar antes de continuar su camino. El cardenal Cupich está ayudando a financiar una nueva instalación para el centro a través de Catholic Extension, dijo Boland.

Stephanie Barrera, parte de los jóvenes en el programa de liderazgo, dijo que ella pasó tiempo trabajando con un abogado en el centro de alivio traduciendo documentos legales para las personas que son liberadas de la detención.

Barrera, de 20 años, dijo que habló con una mujer joven de 21 años que estaba viajando con su hijo de 3 años.

“Ella dijo que la mantuvieron en un camión durante 36 horas, su hijo se enfermó y se le negaron medicinas”, comentó Barrera.

Barrera regresó a casa con un profundo aprecio por lo que sus padres y otros familiares atravesaron cuando cruzaron la frontera hace años, pero con una sensación de disgusto hacia la manera en que los Estados Unidos trata a los migrantes, comentó.

“Le estamos fallando a las personas que necesitan nuestra ayuda”, dijo Barrera, feligresa de la parroquia Nuestra Señora de Monte Carmelo en Melrose Park. “No son criminales ni violadores. La mayoría de ellos no vienen para acá por ellos, sino que lo hacen por sus hijos”.

La hermana de la Divina Providencia Margaret Mertens trabaja en La Posada Providencia, un refugio de largo plazo en San Benito, Texas, para personas en busca de asilo. La Posada ha recibido ayuda del fondo de reunificación familiar de Extension.

“Cada día, su misión está justo al frente de ellos”, dijo Tito. “Con Renueva mi Iglesia, tratamos de pasar de mantenimiento a misión, pero es difícil mantener ese sentido de misión cuando estas sentado en tu oficina leyendo correos electrónicos”.

Pesek dijo que muchos estadounidenses tienen la idea equivocada sobre quién está tratando de venir a los Estados Unidos. 

“Muchas personas tienen una percepción de que las personas que están viniendo para acá están en las pandillas y que no tenemos espacio para ellos”, dijo. “Es casi como si olvidaras tu identidad. Todos vinimos de otro lugar, y estamos llamados a acoger al extranjero”.

Advertising