Área de Chicago

“Encontrando la Gracia de Dios en las calles de Chicago”: Theology on Tap en el suroeste de la ciudad

Por Ariane Moya
lunes, julio 30, 2018

Jóvenes participan en una discusión de grupo mientras Pablo Padilla, coordinador de la Pastoral Juvenil para la Oficina del Ministerio para Jóvenes Adultos de la Arquidiócesis de Chicago, discute el tema "Encontrando la gracia de Dios en las calles de Chicago", cuando jóvenes adultos se reunieron para un evento de “Theology on Tap”, una serie semanal del verano con oradores presentada por las parroquias de la Arquidiócesis de Chicago. Foto: Karen Callaway/Católico

Theology on Tap es un evento anual que consiste en una serie de reuniones informales de jóvenes adultos donde hay conversaciones que buscan el crecimiento espiritual. Esta serie, organizada por el departamento de Vitalidad y Misión Parroquial de la Arquidiócesis de Chicago, tuvo una de sus actividades en el suroeste de la ciudad el 14 de julio, dirigida a jóvenes latinos. La actividad, destinada a los jóvenes del suroeste de la ciudad, involucró la unión de las parroquias de San Gall, Santa Rita de Cascia, y San Simón.

Juan Pablo Padilla fue quien llevó a cabo la primera reunión de jóvenes en la iglesia de San Gall, cuyo tema fue “Encontrando la Gracia de Dios en las calles de Chicago”. Él contó un poco sobre su trayecto hasta llegar a donde está hoy, ya que trabaja para la pastoral juvenil hispana de la arquidiócesis. Su familia emigró a los seis años de Guadalajara, en México, a Chicago en busca de un mejor futuro para él y su hermano pequeño. Su padre trabajaba tanto que casi no lo veía y el barrio donde vivía en lugar de ser el sueño americano se había convertido en la pesadilla americana. Juan Pablo comenzó a asistir a la escuela y su nombre había cambiado a John Paul ya que era más fácil de pronunciar. Así es como él fue perdiendo su identidad poco a poco hasta llegar a ser parte de una pandilla a los trece años. Al ser parte de la pandilla él sentía que por fin era parte de algo y sentía que era intocable.

A los diecisiete años decidió salir de la pandilla gracias a las lágrimas de su mamá quien dijo, “Si quieres seguir en esa pandilla ya no quiero que seas mi hijo porque tengo que cuidar a tus hermanitos”. Ese fue el momento en el que él sintió la gracia de Dios en su vida. Le pidió a su papá que lo esperara afuera mientras él discutía con los pandilleros que quería salirse. La única manera era recibir golpes por cinco minutos o un balazo en la pierna. “Si te lo van a hacer a ti me lo van a hacer a mí” le dijo su papá. Allí es cuando él se dio cuenta que su padre era la verdadera persona que lo protegía.

Después de contar su historia Juan Pablo formó pequeños grupos donde los jóvenes compartieron sobre su experiencia viviendo en el sur de Chicago. En un pequeño grupo había un joven de 23 años llamado Jesús Pérez. Él compartió un poco sobre su historia, muy similar a la de Juan Pablo. Jesús vivió en California y pudo ver cómo su mejor amigo fue asesinado por un pandillero. La familia de Jesús se dio cuenta que su vida corría peligro y decidieron mudarse a Chicago. “Sentía una espina que era ese rencor de regresar a California con el objetivo de matar a ese pandillero” dijo Jesús. “Cuando entré a su casa vi que salió con un niño en brazos y un niño corriendo detrás de él y cerré la puerta. Me fui y comencé a llorar porque yo le había perdonado la vida.”

Los participantes de Theology on Tap llegaron a la conclusión de que si hubiera actividades en las que niños y jóvenes pudieran invertir su tiempo productivamente no habría tanta violencia de pandillas. En las escuelas y comunidades del sur de la ciudad no hay los suficientes recursos para música, arte, o deportes. Debido a esto los jóvenes han encontrado esa gracia de Dios en sus parroquias, rodeados de otros jóvenes.

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