Área de Chicago

Dos casas dan refugio a jóvenes en busca de asilo

Por Michelle Martin (Chicago Catholic)
miércoles, febrero 28, 2018

El padre viatoriano Corey Brost habla a hombres buscando asilo en los Estados Unidos en el hogar Viator House of Hospitality en Des Plaines el 31 de enero. Foto: Karen Callaway/Católico

Ir al trabajo o a la escuela desde el hogar Viator House of Hospitality en Des Plaines no es exactamente fácil.

Para muchos de los 20 hombres jóvenes que viven en el hogar, ubicado en el campus de la Academia Maryville, esto significa un traslado en una camioneta manejada por voluntarios a la estación de CTA en Rosemont, a casi siete millas de distancia. Luego toman el tren hacia Chicago, y se dirigen en autobús a Truman Middle College, una escuela secundaria alternativa operada por Truman College.

Es un viaje de aproximadamente dos horas.

Un grupo más pequeño de mujeres jóvenes, que viven en un hogar similar llamado Bethany House en los suburbios del oeste, tienen un viaje aún más largo.

Pero los viajes diarios de los hombres no se comparan con los caminos que recorrieron para llegar al hogar, que fue fundado en enero de 2017 por Clérigos de San Viator.

Los residentes son mayoritariamente musulmanes y principalmente de África. Casi todos llegaron a los Estados Unidos solos, antes de cumplir los 18 años, huyendo del peligro en sus países de origen y buscando asilo en los Estados Unidos. Para algunos, el viaje en sí mismo tomó dos años o más, volando de África a Perú y luego haciéndose camino hacia el norte, con frecuencia a pie, a través de Centro y Sudamérica.

Aquellos que llegaron y pidieron asilo antes de cumplir 18 años fueron entregados a la custodia de la Oficina de Reasentamiento de Refugiados de la Oficina de Salud y Servicios Humanos y enviados a centros de cuidado infantil, donde fueron albergados, alimentados y vestidos –pero de donde no podían irse.

Luego, la mayoría de ellos, fueron liberados a la casa de hospitalidad un minuto antes de la medianoche de su cumpleaños número 18.

Los centros de detención de niños los liberan de esa manera porque si ellos no tienen un lugar a donde ir cuando cumplen 18 años, agentes de inmigración les ponen grilletes y los llevan a centros de detención de adultos, incluso si tienen un permiso legal para vivir y trabajar en Estados Unidos mientras sus solicitudes son consideradas, dijo la hermana Rayo Cuaya-Castillo, miembro de Society of Helpers, quien es administradora de casos en Viator House.

La gente joven necesita algún lugar a donde ir, señala la hermana Rayo.

“No es solamente documentación legal que necesitan”, dijo. “sino habilidades para vivir en América”.

También necesitan educación, apoyo legal y consejo, y cosas básicas como comida y albergue mientras resuelven sus próximos pasos.

Viator House y Bethany House trabajan con el Centro Nacional de Justicia para Inmigrantes, que ofrece asistencia legal pro bono a los residentes, y el Centro Young de la Universidad de Chicago, que aboga por niños en detención.

“Vemos su dignidad humana básica y el valor que ellos tienen en el mundo”, mencionó el padre viatoriano Corey Brost, co-director de Viator House con el hermano viatoriano Michael Gosch. “Tratamos de rodearlos con un ambiente de cuidado y compasión y esperanza”.

Los residentes tienen cosas que enseñar al personal y a los voluntarios también.

“Ellos nos enseñan a mantener la esperanza y el buen humor”, dijo el padre Corey. “Una de las cosas extraordinarias es el nivel de esperanza y perseverancia que muestran estos chicos, y la ausencia de quejas.  Extraordinariamente hay muy pocas críticas, para un hogar con 20 muchachos jóvenes en ella. Son notablemente pacientes”. 

Eso es importante, ya que las audiencias para los que buscan asilo pueden alargarse durante años. La hermana benedictina Patricia Crowley, presidenta de Bethany House, dijo que una de las jóvenes mujeres de allí tuvo una primera audiencia para su solicitud de asilo en enero; la próxima audiencia está programada para 2021.

Crowley comenzó Bethany House después de asistir a la apertura de Viator House. Ella ya había sido voluntaria para ayudar al padre Corey con su misión; cuando alguien preguntó por qué no había un hogar para mujeres jóvenes; ella pensó “yo puedo hacer eso”. 

Ella reunió a un grupo de representantes de comunidades religiosas de mujeres que formaron una junta y están proporcionando apoyo financiero para Bethany House, que abrió en octubre. Hasta ahora, 23 comunidades están proporcionando apoyo.

Darlene Gramigna, codirectora de Bethany House, dijo que la primera meta fue hacer de la casa un hogar. El edificio tiene 10 dormitorios, y con cinco residentes en enero, cada joven tenía su propio cuarto.

Ambos hogares han tenido algunos residentes que vinieron y luego siguieron adelante, a medida que encontraron conexiones familiares con las cuales vivir en los Estados Unidos. Ambos esperan eventualmente tener apartamentos en Chicago para que sus residentes se muden a medida que se estabilizan, creando un paso entre la vida grupal y la independencia total.

 

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