Área de Chicago

Semana de las Escuelas Católicas: En Berwyn, la escuela St. Leonard abraza la diversidad

Por Redacción Católico
miércoles, enero 3, 2018

Los estudiantes de la escuela St. Leonard en Berwyn asisten a clases el 29 de noviembre. Foto: Karen Callaway/Católico

El suburbio de Berwyn, al oeste de Chicago, es conocido por su diversidad racial, si bien es mayormente latino.

Los estudiantes de St. Leonard (3318 Clarence Ave.) una escuela católica que abarca desde pre-escolar hasta octavo grado, reflejan precisamente la mayoría latina que hay en ese suburbio.

“Somos una comunidad diversa, una comunidad amorosa” dice Veronica Skelton Cash, directora de St. Leonard. Para comprobarlo, una mañana a principios de diciembre visitamos la escuela, nos asomamos a los salones, donde los alumnos se encontraban estudiando, y nos sentamos a platicar con ella y con el padre Robert Krueger, pastor de St. Leonard.

Comenzamos hablando de que una de las ideas más comunes entre los padres de familia: que la educación en una escuela católica es inaccesible.

“Esa es una pregunta muy común” dice la directora Skelton, quien comenta que hay una variedad de opciones que muchas veces los padres desconocen: becas, ayudas financieras, formas de pagos.

“Nosotros tratamos de enfatizar los beneficios que se reciben” agrega. “Sí, es un compromiso. Pero tratamos de sopesar las opciones, a fin de cuentas van a obtener una gran educación, una educación integral.”

La directora dice que si a pesar de todo, los padres de familia tienen problema para inscribir a sus hijos, existe un proceso para solicitar ayuda financiera.

“Tenemos diferentes fuentes de donde obtenemos fondos para ayudar a las familias” dice.

“Pero si esas opciones han sido agotadas” dice, “y todavía es algo que ellos en verdad quieren. Entonces lo que hago es tener una conversación privada con los padres de familia y preguntarles, dentro de lo razonable, ¿cuánto puede usted pagar? ¿Está usted dispuesto a hacer un compromiso financiero? ¿A hacer trabajo voluntario, a ser un participante activo dentro de nuestra escuela, en nuestra parroquia? Estas son maneras que tratamos de hacerlo asequible. Pero en verdad tratamos de mostrarles las maneras en que el dinero que gastan es dinero bien invertido” dice.

Le preguntamos si la nueva ley de educación firmada por el gobernador va a ser un impulso para su escuela.

“Absolutamente” responde, “nosotros ya hemos impulsado esta noticia entre las familias, diciéndoles que va a tener efecto a partir del primero de enero. Aún hay muchas cosas que no sabemos, pero hay cosas que ya sabemos, como niveles financieros y todo eso, pero estamos tratando de mantenerlos informados tanto como podamos. Les decimos que según como sea su elegibilidad, podrían incluso tener el cien por ciento de su matrícula pagada. Lo cual es fabuloso, porque les da una opción a las familias de la comunidad y de los alrededores.”

Abrirse a todas las culturas

La escuela cuenta con 210 alumnos. “Tenemos espacio para crecer” dice la directora Skelton. Aunque tienen la meta de incrementar matrículas, la directora dice que no quieren crecer muy rápido, sino que quieren hacerlo por fases. Es decir, asegurarse de que cuentan con personal calificado para ofrecer una educación de altura a todos los alumnos.

“Nuestros estudiantes vienen de Berwyn, Cicero, partes de Chicago, Stickney, toda esta comunidad” dice la directora.

Preguntamos a la directora si la retórica antiinmigrante en la política ha impactado el ánimo de los estudiantes de la escuela o de los feligreses de la parroquia.

“Yo diría que ahora no” responde la directora, “pero al principio, cuando eso estaba fresco, había conversaciones sobre niños que tenían miedo de que sus padres fueran enviados a sus países.  Como parroquia creo que lo manejamos muy bien, sosteniendo reuniones, manteniendo a la comunidad informada. Así que creo que lo que había en nuestra comunidad era más que nada un nerviosismo.”

El padre Robert Krueger es pastor de St. Leonard desde el primero de julio de este año, pero a pesar de ser un recién llegado a esta comunidad, le impresiona la apertura de esta parroquia a otras culturas.

“Tuvimos una celebración muy grande por el Día de los Muertos” dice el padre Krueger. “Hicimos altares de muertos con ofrendas. Es algo que otras parroquias han hecho, yo lo hice en mis parroquias anteriores”.

El padre Krueger explica que casi siempre en las parroquias son latinos quienes se encargan de elaborar los altares, preparar las cruces, incluso salir en peregrinación a la calle.

“Aquí (en St. Leonard) eran latinos, anglos, filipinos, afroamericanos, toda la gama” dice.  “Aunque se trata de una tradición étnica, todo mundo estaba dispuesto a participar en ella y experimentarla. De manera similar, he oído que con San Bangabi, –la tradición filipina de Navidad– en esta parroquia esto se abre a todas las culturas, no solamente los filipinos sino todo mundo.”

“En esta escuela, como puedes ver, hay una significativa representación de latinos” continúa el padre Kruger, “y hay otros grupos también. Pero es una parroquia que ha tenido la bendición –y en esto doy crédito a los liderazgos previos– de entender y abrazar al forastero, abrazar al otro.”

“Debido a eso, lo que es hermoso es que sin importar si la gente aquí tiene ‘documentos’, o si sus familias han estado aquí por diez generaciones, a nosotros como parroquia nos importa el asunto de la inmigración” agregó el padre.

Salir más a la comunidad

Mientras recorremos los salones de la planta alta, conocemos a Inés Rivera, maestra de español. La maestra Rivera es al mismo tiempo un ejemplo de un padre de familia satisfecho.

“Tengo dos hijos como alumnos en St. Leonard, uno en kínder y otro en octavo grado” dice “y dos que se graduaron ya. He estado en St. Leonard 15 años y sigo viniendo aquí”.

La maestra Rivera vivía en el vecindario hace 15 años, pero ahora se ha mudado a Westchester. Nos dice que la mayoría de sus alumnos son hispanos, mientras nos muestra los decorados que los alumnos han hecho. “Ya nos estamos preparando para las posadas, y la festividad de la Virgen de Guadalupe” dice mientras vemos los altares que los niños han preparado.

Mientras caminamos por las aulas, la directora Skelton nos habla con entusiasmo de los programas para después de clase. “Tenemos un programa de deportes que comienza en cuarto grado hasta octavo grado y todo mundo participa” dice, y nos habla de los programas de basquetbol para niños y niñas y del equipo de softball para los alumnos de séptimo y octavo grado. Cabe decir que todos los alumnos toman educación física dos veces a la semana

Hay también un programa de coding para las chicas, a fin de despertar su curiosidad por las ciencias computacionales, así como club de ajedrez y otros clubes. Pero algo de lo que la directora y el padre Krueger se muestran particularmente orgullosos es de los clubes de boy scouts y girl scouts que empiezan desde el kindergarten.

“Tenemos Eagle Scouts” nos dice el padre Krueger con entusiasmo. Eagle Scout es el rango más alto que se puede alcanzar dentro de los scouts. Estos grupos ayudan dentro de la escuela. Unos han ido a hacer trabajos de jardinería con los vecinos, otros ayudando en la biblioteca. “Tenemos muchos libros viejos” dice la directora Skelton. “Así que tenemos al padre Alex (Ojacor, pastor asociado), que viene de Uganda. Él tiene una escuela allá. Ese es uno de los proyectos de los Eagle boy scouts, empacar todos esos libros y los van a enviar a Uganda.”

La directora y el padre coinciden en que este programa ayuda a desarrollar liderazgo entre los alumnos.

“Una de nuestras metas para este año es salir más a la comunidad” nos dice la directora, y agrega que este año los alumnos participaron en el farmers market de Berwyn, tuvieron un puesto con los alumnos ofreciendo información. “Estamos viendo la manera de comenzar un jardín, viendo la manera de participar más en ese mercado” dice la directora.

 

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