Área de Chicago

La comunidad peruana celebra al Señor de los Milagros en Chicago

Por Ariane Moya - Colaboradora
miércoles, noviembre 1, 2017

La comunidad peruana celebra al Señor de los Milagros en Chicago

En la parroquia San Ignacio, al norte de la ciudad, la comunidad peruana celebró un año más la fiesta del Señor de los Milagros. Se reunieron a las 12 de la mañana para celebrar el último día de la gran fiesta. Todo comenzó en Lima, Perú y los peruanos residentes en Chicago trajeron la tradición a esta ciudad hace 38 años. Su objetivo es transmitir esta devoción a sus hijos y jóvenes.
Una mujer distribuye incienso durante una procesión desde la Iglesia San Ignacio en Rogers Park en celebración de "El Señor de los Milagros" el 15 de octubre. Foto: Ariane Moya/Católico
Un hombre sostiene a un niño para ser bendecido durante una procesión desde la Iglesia San Ignacio en Rogers Park. Foto: Ariane Moya/Católico
Devotos acompañan el ícono durante una procesión desde la Iglesia San Ignacio en Rogers Park en celebración de "El Señor de los Milagros" el 15 de octubre. Foto:Ariane Moya/Católico

En la parroquia San Ignacio, al norte de la ciudad, la comunidad peruana celebró un año más la fiesta del Señor de los Milagros. Se reunieron a las 12 de la mañana para celebrar el último día de la gran fiesta. Todo comenzó en Lima, Perú y los peruanos residentes en Chicago trajeron la tradición a esta ciudad hace 38 años. Su objetivo es transmitir esta devoción a sus hijos y jóvenes.

Robertina González expreso su gran fe por el Señor de los Milagros. Dijo, “Para nosotros el Señor de los Milagros es todo desde que vivíamos en Perú teníamos mucha fe en él. Nuestra fe nos hace venir hasta aquí el día de hoy. Él siempre me ayuda por la fe que le tengo.”

Mariano Cohn contó un poco sobre su compromiso con el Señor de los milagros. Dijo, “Él es nuestro santo patrono del Perú y pues le tengo mucha fe. De hecho me cumplió un milagro que no puedo decir pero desde entonces estoy aquí cargando al Señor de los Milagros hace aproximadamente 40 años.”

El secretario de la Hermandad del Señor de los Milagros aquí en Chicago, Abel Donayre, nos contó un poco más sobre sus actividades. Dijo, “Hay hogares en Perú donde hay niños desamparados y una vez al año nos juntamos la hermandad y mandamos una cantidad de dinero para ayudarlos.”

El obispo Rojas contó un poco sobre su experiencia en Lima, Perú. Dijo, “Había gente que se quedaba a dormir afuera de la iglesia desde la noche anterior para entrar a primera hora a la iglesia. Es impresionante porque en el momento que distribuyeron la comunión hacían el espacio para que la gente pasara a comulgar porque no había ningún tipo de pasillo. Estaba todo lleno de gente de un lado a otro y desde atrás hasta adelante. El templo tiene como un barandal y hasta allí estaba la gente pero apretada.”

El obispo Rojas agregó, “Que diferente seria el mundo si uno se develara por ver al Señor de los Milagros. Decían que había unas 200 mil personas caminando por la calle en procesión, cantando alabanzas, incienso, gente alegre, gente llorando, y gente preocupada. Uno ve el pueblo de Dios unido en una sola oración que va siguiendo al Señor de los Milagros. Y esto es el ejemplo y quizás un símbolo de la vida diaria de cada uno de nosotros.”

El Señor de los Milagros es una devoción que comenzó alrededor del año 1651. Durante este tiempo en el Perú había bastantes temblores. En una posada un hombre traído de África decidió pintar al Señor en una pared de adobe. En ese entonces había un rey no muy católico que decidió mandar a alguien a despintar la pared porque se estaba dando a conocer. Así que fueron varias personas y cuando trataban de despintarlo se caían de la escalera o les pasaba algo que les impedía deshacerse de la pintura. Comenzaron a pedir diferentes peticiones y el señor de los milagros se las concedía y por ser tan milagroso la gente del Perú se volvieron tan devotos de él. Cada año hacen una gran procesión y las personas que les toco cargar al Señor de los Milagros se visten con hábitos morados en símbolo de penitencia. Asisten miles de personas en Lima y la misma tradición se ha seguido aquí.

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