Área de Chicago

Tres vírgenes son celebradas en la parroquia San José

Por Joyce Duriga (Chicago Catholic)
martes, octubre 17, 2017

Cientos de personas visitaron del 5 al 8 de octubre las imágenes de las tres vírgenes de Jalisco en la Iglesia San José, en el vecindario de Las Empacadoras. Foto: Karen Callaway/Católico.

Cuando Leonides Nieto era bebé estuvo gravemente enferma y cerca de la muerte. Su madre oró a Nuestra Señora de San Juan de los Lagos para que intercediera ante Jesús a nombre de su hija, prometiendo que si la sanaba, la familia dejaría una foto de Nieto en la basílica de la Virgen en Jalisco, México.

“Ella realmente me salvó”, dijo Nieto sobre María.

Cuando su mamá murió en 1994 todos sus hermanos y su padre viajaron desde Chicago a su basílica en Jalisco para dejar la foto de ella misma cuando era bebé. Ella ha tenido una fuerte devoción a la Virgen toda su vida.

Nieto fue una de los cientos de personas que visitaron del 5 al 8 de octubre no solo a la imagen de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos en la Iglesia San José, en el vecindario de Las Empacadoras, sino también otras dos famosas vírgenes de México –Nuestra Señora de Zapopán (también conocida como Nuestra Señora de la Expectación) y Nuestra Señora de Talpa (también conocida como Nuestra Señora del Rosario).

Para su aniversario 130, este año la parroquia decidió hacer un gran esfuerzo y arreglar que las tres vírgenes, con frecuencia llamadas “hermanas” o “primas”, visitaran juntas el Medio Oeste por primera vez. Todas las tres estatuas son albergadas normalmente en sus basílicas en el estado de Jalisco. Muchos de los inmigrantes mexicanos que asisten a la parroquia provienen de Jalisco.

“Decidimos que todo lo que estamos haciendo este año fuera más grande y mejor”, dijo Mark Wojciechowski, uno de los organizadores del evento. “Ellos hacen esto en Jalisco donde tienen estas tres vírgenes juntas, pero aquí nunca lo hemos hecho.”

La estatua de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos visita con frecuencia Chicago.

“San Juan de los Lagos es básicamente la número dos, después de Nuestra Señora de Guadalupe [en México]. Si estás en el sur o en el norte, como sea, San Juan de los Lagos es conocida”, dijo Wojciechowski. “Por eso es que siempre la recibimos”.

Las estatuas son hechas de madera, son de poco menos de dos pies de altura y están ataviadas con ropas elaboradas. En esta ocasión, los feligreses construyeron “casas” de madera para llevar las estatuas en procesiones alrededor del vecindario y para su veneración en la iglesia. Las tres estatuas son coronadas canónicamente, una distinción dada por la Congregación para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos del Vaticano. Es generalmente otorgada a devociones populares nativas de lugares específicos.

La práctica se remonta a los años 1600. Tradicionalmente joyería y otros metales preciosos son donados por los creyentes y derretidos en coronas para las imágenes o estatuas.

“Ellos vienen de rodillas. Es simplemente mostrar amor y respeto a la virgen, especialmente ahora en los tiempos en los que estamos viviendo que son cada vez más locos. El enfoque de este viaje es la humanidad”, dijo Wojciechowski. “Simplemente traer de nuevo humanidad para que haya paz”.

Los organizadores decoraron la parte exterior de la iglesia con flores de papel y banderines azules y blancos. Las personas se vistieron en azul para la ocasión, de manera muy similar a cuando las tres vírgenes se reúnen en Jalisco. “Es como una gran fiesta”, señaló Wojciechowski.

Muchas personas que asistieron a los servicios en San José dijeron que ellos vinieron pidiendo oraciones o para agradecer a María por su intersección al responder sus oraciones.

Crystal García fue voluntaria junto con sus padres para controlar las multitudes. Su familia no vive en el vecindario pero asiste a la parroquia.

“Significa mucho para nosotros”, dijo García, una estudiante de 19 años del Colegio Universitario Malcom X. Su familia ha recibido muchas respuestas incluyendo para su tía que fue curada de cáncer, señaló.

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