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Guadalupe en Verano congregó a los católicos hispanos

Por Redacción Chicago Católico
miércoles, agosto 30, 2017

Guadalupe en Verano congregó a los católicos hispanos

“Mi mensaje principal para todos los guadalupanos es que no se cansen”. Con estas palabras se dirige el padre Esequiel Sánchez, rector del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en Des Plaines, a los lectores de Católico. El mismo padre Esequiel parece incansable. Lo hemos visto durante el día yendo de un lado a otro del Santuario, durante la jornada Guadalupe en Verano, el sábado 19 de agosto.
El padre Esequiel Sánchez, rector del santuario, da la bienvenida a misa a los devotos. Fotos: Karen Callaway
Bailarines aztecas llevan incienso durante su danza antes de misa. Fotos: Karen Callaway
El obispo Alberto Rojas bendice a cientos de personas después de una misa especial en el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en Des Plaines, el 19 de agosto. Fotos: Karen Callaway
Un hombre sopla a través de un cuerno mientras bailarines aztecas se presentan antes de misa. Fotos: Karen Callaway

“Mi mensaje principal para todos los guadalupanos es que no se cansen”. Con estas palabras se dirige el padre Esequiel Sánchez, rector del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en Des Plaines, a los lectores de Católico.

El mismo padre Esequiel parece incansable. Lo hemos visto durante el día yendo de un lado a otro del Santuario, durante la jornada Guadalupe en Verano, el sábado 19 de agosto.

Sentado en un sofá en su oficina, le ha dado unos minutos a Católico, y cuando le preguntamos qué mensaje quisiera hacer llegar a los lectores, responde sin dudar:

“Los necesitamos, no se imaginan el impacto tan grande que han tenido en la iglesia de Chicago” dice. “Quizá no les hemos dado las gracias, quizá nunca nadie les dice gracias por el impacto que han tenido. Esta imagen, esta estampa, esta devoción a la Virgen de Guadalupe ha marcado a todos en Chicago, y todo empezó con esas ganas de ustedes de amar a la Virgen de Guadalupe. No se cansen, y sigan haciéndolo.”

Afuera de su oficina, un ambiente de fiesta y fervor religioso marcó la tercera edición de Guadalupe en Verano.

La jornada inició al mediodía con un retiro guadalupano que convocó a unos trescientos líderes e integrantes de la Federación de Grupos Guadalupanos.

Entre las muchas actividades, los asistentes pudieron disfrutar de una misa oficiada por Monseñor Alberto Rojas. Los feligreses llegaron incesantemente durante el día, procedentes no solo de la Arquidiócesis de Chicago, sino también de Kentucky, Carolina del Norte, Missouri, e incluso Canadá.

“La fiesta de Guadalupe en verano es una oportunidad de educación sobre nuestra presencia hispana en Chicago” dice el padre Sánchez. “Una oportunidad de crecer en la fe, aprender y estudiar, pero también es un momento de celebrar las muchas culturas que están aquí.”

A lo largo del día, la música y la danza de diferentes grupos no paraba, mientras los visitantes disfrutaban también de la comida mexicana.

 

Los feligreses se conocen

Esta jornada es una gran oportunidad para los feligreses de conocerse, intercambiar contactos e información.

En una mesa encontramos a Irma Olvera, de la parroquia de Nuestra Señora de la Gracia junto al matrimonio de Consuelo y Jesús Esparza, que pertenecen a la parroquia Santa María del Lago. Ellos no se conocían hasta ahora, pero charlan e intercambian proyectos animadamente “como si ya nos hubiéramos conocido” dice él.

La señora Olvera asiste con sus hijos al santuario desde hace seis años. “Venimos en diciembre y en verano. Nos gusta todo, conocemos nuevos compañeros de otras parroquias” dice.

El matrimonio Esparza trabaja en su parroquia dentro de Precana, el ministerio que prepara matrimonios, y como la señora Olvera, pertenecen al grupo guadalupano de su parroquia.

El padre Esequiel dice que la presencia de los guadalupanos ha sido vital para el catolicismo en estas tierras.

“La historia de Chicago debe darles las gracias a ustedes” dice el padre, refiriéndose a los guadalupanos. “Casi todas las parroquias empezaron con un par de viejitas guadalupanas que se metieron y molestaron al curita, lo enamoraron con los tamales, y abrió misa en español (se ríe). Y así es como empezaron. Entonces yo quiero animar ese movimiento. No es organizado, es nomás gente con amor a la Virgen de Guadalupe.”

 

Las metas

Esta fue la tercera celebración de Guadalupe en Verano. El padre nos dice que en los años anteriores la celebración tenía una audiencia muy específica. “Era una experiencia muy bonita, carismática, pero carecía mucho de los elementos del 12 de diciembre”.

“Los hermanos y hermanas que trabajan por toda la arquidiócesis, que son guadalupanos y que trabajan en las parroquias, muchas veces trabajan tanto que no disfrutan su día” dice. “Esto me hizo pensar: quiero una experiencia guadalupana para ellos, para los guadalupanos, y decirles que esta es su sede, este lugar es tuyo, quiero que sepas que alguien está escuchándote, alguien está respaldándote.”

Otro de los objetivos, dice, es alcanzar a las personas a las que en invierno les resulta muy difícil asistir. “Personas de la tercera edad, o con niños discapacitados, como has visto ahora, gente en silla de ruedas. Se trata de una experiencia entre dos celebraciones marianas: La asunción de María y la coronación de María.”

Había otra meta en Guadalupe en Verano: recaudar 50 mil dólares entre el sábado y domingo. A fin de cumplir este ambicioso proyecto se llevó a cabo un teletón por Facebook live.

Dicho dinero será destinado a la construcción de la capilla de San José. “Esta idea originalmente surgió con mi antecesor, el padre Marco” dice, “con un diseño, un plan que él quería llevar a cabo. Pero eso era en los inicios, la gente se quedó preguntándose qué pasó con todo eso. Yo normalmente no empiezo campañas de construcción en el primer año que llego a un lugar (ríe) pero era la prioridad de la comunidad.”

El padre Esequiel agregó que la meta no es quedarse en una capilla. “Nuestra meta es desarrollar todo lo que son los terrenos del Santuario de Guadalupe”.

“Estamos hablando de cantidades bastante altas” continúa. “Si esperamos que haya una basílica que va a costar 60 millones de dólares o algo así, nos quedamos sin casa por mucho tiempo. Entonces la meta es levantar esta capilla, dedicarla a San José. Esa es ahora la prioridad.”

¿Por qué se eligió dedicarla a San José? “San José es el patrón de los esposos y la familia” dice el padre Esequiel, “y claro, es el que construye la casa de la Virgen.”

El padre Esequiel dice que todas estas acciones se hacen para satisfacer la enorme demanda de los católicos hispanos no solo de Chicago, sino de Estados Unidos. “Nuestra meta es empezar aquí (con la capilla), pero más adelante ir a otras cosas. La meta superior, la más grande, obviamente, el pueblo quiere que se haga una iglesia más grande aquí”.

Le preguntamos si hay una agenda para terminar la capilla.

“Sí, ya empezamos a romper paredes” responde, “tenemos que meter la maquinaria, el aire acondicionado, tenemos que modernizar la situación. Teníamos la esperanza de que para el 12 de diciembre ya podríamos tenerla, pero como se retrasaron los permisos, esperamos tenerla para febrero.”

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