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Es necesario dar palabras de esperanza a los encarcelados

Por Redacción Chicago Católico
sábado, diciembre 31, 2016

Es necesario dar palabras de esperanza a los encarcelados

Al admitir que la misericordia de Dios es una parte fundamental de la vida cristiana, el Papa Francisco dijo que las iniciativas comenzadas durante el Jubileo de la Misericordia deben continuar.
El cardinal Cupich saluda a internos de la Cárcel de Cook County en la misa navideña el 25 de diciembre. Foto: John H. White/Católico
Distribución de la comunión. Foto: John H. White/Católico
“Nosotros acompañamos a los encarcelados toda la semana” dice el diácono Pablo Pérez. Foto: John H. White/Católico
Internos de la Cárcel de Cook County se dan el saludo de paz en la misa navideña el 25 de diciembre. Foto: John H. White/Católico

Al admitir que la misericordia de Dios es una parte fundamental de la vida cristiana, el Papa Francisco dijo que las iniciativas comenzadas durante el Jubileo de la Misericordia deben continuar.

El Año Jubilar de la Misericordia concluyó oficialmente el 20 de noviembre pasado, pero como el Papa escribió, “La misericordia no puede ser un mero paréntesis en la vida de la iglesia.

Con esto, Su Santidad hizo un llamado a seguir practicando de manera permanente los actos de misericordia, uno de los cuales es visitar a la gente que está en la cárcel.

Desde hace tres décadas, la Arquidiócesis de Chicago estableció Kolbe House, un ministerio de acompañamiento y ayuda a los encarcelados.

Kolbe House se inaugura en 1983 por el padre Larry Craig (Q.E.P.D.). Aunque antes había ya un ministerio para los encarcelados, no había algo en forma. El padre Larry habló con el cardenal Bernardin para hacer una organización que uniera a las diferentes personas dedicadas a esta labor, y así nació Kolbe House.

2016 fue un año importante para dicho ministerio, pues el padre Arturo Pérez, quien fungiera como su director por diez años, se retiró en junio. Su puesto fue ocupado por el padre Mark Bartosic, quien asumió también como párroco de Asunción (2434 S. California Ave.) donde está asentado el ministerio por su cercanía con la cárcel del condado de Cook.

Los retos son más fuertes que nunca, con el clima de incertidumbre que se vive ahora entre los grupos inmigrantes, con los riesgos latentes de deportaciones y separación de familias. De esto y más habla el diácono Pablo Pérez, parte del equipo de Kolbe House, quien se sentó a conversar con Alejandro Castillo, gerente general de Católico, para el programa radiofónico Una comunidad católica de fe.

A continuación transcribimos las palabras del diácono.

Un 20 o 30 por ciento de las personas que atendemos son indocumentados. Y lamentablemente ahora como está la situación migratoria, con casos de felonía, con casos ya más graves, las personas que terminen con su juicio, reciben su sentencia y los mandan a la prisión, terminan su condena y después los trasladan a ICE y después los deportan. He conocido muchos hombres que terminan su sentencia y son deportados.

Nosotros acompañamos a los encarcelados toda la semana. Hacemos servicios de comunión. Vamos y hacemos servicios con hombres y mujeres, escuchándolos, acompañándolos y darles unas palabras de esperanza. Dejarles saber si sus familias necesitan alguien con quien hablar. El padre Mark y yo hablamos con los familiares de los encarcelados.

A veces son los hombres quienes están encarcelados y la familia se queda en casa con problemas financieros. Y nosotros como Kolbe House respondemos no solo a problemas de los encarcelados sino también de las familias.

Estas familias sufren en silencio porque tienen a alguien en la cárcel, sus necesidades son emocionales, espirituales y también materiales.

Por ejemplo, sin mencionar nombres, este último año he estado trabajando con una señora, su esposo estaba por un simple DUI, no tenía licencia, estaba bebido y pasó año y medio en la cárcel. A él ya lo deportaron. Tengo contacto con él porque me llama por teléfono desde México. Kolbe House está apoyando su esposa y sus hijos, con comida, con asistencia para que pueda pagar su renta. A final de cuentas se va a tener que ir ella de regreso con sus hijos para estar con su esposo en México. Nosotros les hemos ayudado y con la colaboración de otras organizaciones les hemos ayudado con los pasaportes de los niños, con el viaje para que se vayan en el autobús. Es la mejor opción para ella, porque como es indocumentada y tiene hijos se le va a hacer muy difícil quedarse aquí.

Sin esperanza de que pueda regresar el esposo. Porque ya como indocumentado él firmó para que lo trasladaran, porque si regresara pasaría tiempo en la prisión federal.

La cárcel, que es aquí en el condado de Cook en 26 y California, es un centro de detención, están los hombres y mujeres que esperan juicio. Los que están allí son inocentes, no son declarados culpables todavía. Si son culpables reciben su sentencia y los mandan a prisión. Las prisiones están fuera del área de Chicago. La más cercana está en Joliet y las otras están a 3, 4 o 5 horas de aquí. Allí es donde cumplen su sentencia.

La cárcel es un centro de detención, pero a la gente le parece como si fuera una prisión, por lo grande que es. Aquí en el condado de Cook ahora hay nueve mil hombres y mujeres encarcelados.

Normalmente un caso mínimo puede durar uno o hasta nueves meses. Pero casos más complicados pueden llevar hasta cinco años antes de llegar a juicio. Hay hombres y mujeres que hemos visitado y hemos hecho una relación con ellos, porque han sido cuatro o cinco años de ir y hacer un servicio para ellos, acompañarlos hasta que van a juicio. Hay algunos que son declarados inocentes, pero mientras tanto ya han pasado años allí.

Si la gente tiene dinero puede salir inmediatamente, puede pagar su fianza mientras esperan juicio), pero lamentablemente hay personas que no pueden pagarla, 100, 200, 500 dólares de fianza. Ahora hay unas 300 personas en el condado de Cook que no pueden salir porque no tienen cien dólares para pagar la fianza y van a pasar por lo menos seis meses allí.

Tenemos 33 años ya haciendo este ministerio en el condado de Cook y en el de Lake. Visitamos a los que están encarcelados allá en Waukegan y aquí en Chicago en la Cook County Jail de 26 y California y también vamos a visitar la juvenil, donde están los niños (Ogden y Damen).

El nombre del ministerio viene de Santo Maximiliano Kolbe, un sacerdote encarcelado durante la Segunda Guerra Mundial en Auschwitz y estando encarcelado decidió sacrificarse por otro prisionero, para que otro hombre pudiera vivir. Dijo ‘yo no tengo a nadie, no tengo familia, él sí” y tomó su puesto.

Él, siendo sacerdote y prisionero, dio su vida por alguien más. Por eso es el patrono de este ministerio de la cárcel.

Después del padre Craig, que desafortunadamente falleció en el 2006, el padre Arturo Pérez tomó la posición como director desde 2006 hasta ahora en julio de 2016 que se retiró.

Ahora está el padre Marc Bartosec, estamos basado en la parroquia de la Asunción. Porque en una parroquia es donde tienen que estar asentado el ministerio de la cárcel.

Tenemos dentro de la iglesia un local específico con obras de arte, es un santuario asignado a los prisioneros, a los familiares y a los que salen de prisión. Una vez al mes nos reunimos allí como familia nos reunimos allí para orar juntos.

Siempre habíamos tenido una misa a las tres de la tarde el primer domingo de cada mes. Ahora lo hemos cambiado y no es una misa sino una hora santa. O sea, exponemos el Santísimo y nos reunimos con los familiares de los prisioneros y personas que están interesadas en este ministerio, que nos quieren apoyar con oración.

A los que vienen a esa hora santa los invitamos a orar por sus familiares encarcelados y por aquellos que no tienen nadie que ore por ellos. También pedimos a los voluntarios que nos acompañan también, a los que van a la cárcel a que se unan a nosotros en la hora santa. Oramos por los encarcelados y también por los oficiales, tenemos que orar también por los oficiales, porque es un trabajo muy duro para ellos.

La primera y más importante es la oración, orar por este ministerio y todos los voluntarios.

Pero también con apoyo financiero. Nosotros somos una oficina de la Arquidiócesis de Chicago. El apoyo financiero es muy importante para nosotros. Lo que puedan donar es bienvenido.

También cuando estos hombres y mujeres salen de prisión necesitan cosas básicas para comprar. Entonces nosotros siempre pedimos tarjetas de regalo (gift cards) de Walmart, de Payless o de donde puedan comprar comida.

Pero si nos pueden acompañar a la hora santa sería fabuloso.

La próxima hora santa vengan, en enero lo movimos al 8 de enero, estamos en la 2434 al Sur de California. En la esquina de 24 y California. Llamen a la parroquia de la Asunción.

Teléfono: 773. 247. 0070 o kolbehouseministry.org

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