Internacional

En Canadá, el papa Francisco pide perdón por abusos en escuelas indígenas

Por Cindy Wooden
lunes, agosto 1, 2022

Líder indígena conforta a uno de los asistentes a la ceremonia en Maskwacis, Alberta, el 25 de julio, donde el papa Francisco pidió perdón a los pueblo indígenas de Canadá por el papel de la iglesia en las escuelas donde niños fueron abusados. Foto: Adam Scotti, Oficina del Primer Ministro, via Reuters/CNS

MASKWACIS, Alberta (CNS) -- El primer paso de la “peregrinación penitencial” del papa Francisco a Canadá involucró el regreso de dos pares de mocasines para niños.

Los zapatitos no se encontraban entre los artefactos indígenas que se encuentran en los Museos Vaticanos, sino más bien algo que la jefa Marie-Anne Day Walker-Pelletier de la Primera Nación Okanese en Saskatchewan había dejado con el papa Francisco en marzo para que pensara y orara por los niños indígenas que fueron internados y, en especial, de los que nunca regresaron a su casa.

“Humildemente pido perdón por el mal cometido por tan muchos cristianos contra los pueblos indígenas” dijo el papa Francisco en la tierra del tratado de Ermineskin Cree Nation, Samson Cree Nation, Louis Bull Tribe y Montana First Nation, cerca del antiguo sitio de una de las escuelas residenciales más grandes de Canadá.

“El primer paso de mi peregrinaje penitencial entre vosotros es el de volver a pedirles perdón, de decirles una vez más que lo siento profundamente”, dijo el papa el 25 de julio.

“Lo siento”, dijo de nuevo. “Pido perdón, en particular, por la forma en que muchos miembros de la iglesia y de las comunidades religiosas cooperaron, sobre todo a través de su indiferencia, en los proyectos de destrucción cultural y de asimilación forzosa promovidos por los gobiernos de la época, que culminaron en el sistema de escuelas residenciales”.

El papa habló en español. Cuando se leyeron sus palabras de disculpa en inglés, la multitud respondió con aplausos.

La reunión del papa Francisco con más de 2,000 sobrevivientes de escuelas residenciales, ancianos de la comunidad y guardianes del conocimiento, sus familiares y personal de apoyo mental y emocional se llevó a cabo en Muskwa, o Bear Park, Powwow Grounds bajo una llovizna persistente.

Asistieron la gobernadora general de Canadá, Mary Simon, y el primer ministro, Justin Trudeau. Pero los dignatarios eran el papa y los jefes indígenas de todo Canadá.

El maestro de ceremonias local explicó que los caciques deben ser guerreros que defiendan a los indígenas, la lengua, las costumbres y los niños.

Cuando los funcionarios del gobierno llegaban a la aldea para llevar a los niños a la escuela residencial, dijo, “los niños corrían y se escondían”. Cuando los funcionarios se iban, “los niños cantaban esta canción para que los padres supieran que no fueron secuestrados”.

El papa había comenzado su visita reuniéndose con el personal pastoral y algunos feligreses en la Iglesia de Nuestra Señora de los Siete Dolores antes de detenerse a orar en el cementerio de la Nación Cree de Ermineskin y luego ir, en silla de ruedas, al sitio de la antigua Escuela Residencial India Ermineskin.

El papa Francisco describió su visita a Canadá del 24 al 29 de julio como una “peregrinación penitencial” para pedir perdón por el trauma infligido a los niños indígenas por muchos de los sacerdotes y monjas que dirigían alrededor del 60% de las escuelas del gobierno canadiense.

El gobierno ahora estima que al menos 150,000 niños de las Primeras Naciones, Inuit y Métis fueron separados de sus familias y comunidades y obligados a asistir a las escuelas entre 1870 y 1997. Al menos 4,120 niños murieron en las escuelas y varios miles desaparecieron sin dejar rastro.

A los estudiantes de las escuelas se les prohibió hablar sus idiomas nativos o practicar sus tradiciones. El gobierno proporcionó tan poca financiación que los estudiantes a menudo estaban desnutridos y muchos sufrieron abusos emocionales, físicos o incluso sexuales.

El descubrimiento de tumbas sin marcar y de posibles cementerios en varios sitios de Canadá en 2021 aumentó la atención sobre el legado de la escuela residencial y aumentó la presión sobre el papa Francisco para que pidiera perdón en tierra canadiense por lo que habían hecho los miembros de la iglesia.

El papa Francisco reconoció la complicidad de la iglesia en el “mal deplorable” de suprimir las lenguas y culturas nativas, la destrucción de los lazos familiares y comunitarios y el trauma que sufrieron los niños en las escuelas y que a menudo transmiten a sus hijos y nietos en forma de falta de afecto o abuso.

Después del discurso del papa Francisco, Gerry Saddleback ofreció una “canción de honor”. Los organizadores canadienses dijeron que la canción es una forma de mostrar “apertura y, para algunos, aceptación de la disculpa del Santo Padre y (es) una invitación a todos los presentes, a su manera y de acuerdo con su línea de tiempo personal, a buscar aceptar esa misma invitación hacia el perdón”.

El papa prometió la cooperación de la iglesia para seguir investigando lo que ocurrió en las escuelas y caminar junto a los sobrevivientes en su viaje hacia la curación.

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