Internacional

Líderes católicos piden evitar tragedia humanitaria y ambiental en Amazonia

Por Barbara Fraser (CNS)
miércoles, mayo 27, 2020

Vanderlecia Ortega dos Santos en su cocina en Manaos, Brasil, el 7 de mayo. Ella es una enfermera que se ofreció como voluntaria para brindar la única atención de primera línea que protege a su comunidad indígena de 700 familias durante la pandemia de COVID-19. Foto: Bruno Kelly, Reuters/CNS

LIMA, Perú (CNS) -- Líderes católicos advierten de que, a medida que la pandemia de coronavirus se propaga por la cuenca amazónica, la región podría enfrentarse a una “tragedia humanitaria y medioambiental”.

Los pueblos indígenas que sufren violencia por sus esfuerzos de combatir a los mineros, taladores de árboles y depredadores de tierra corren también un gran riesgo por el COVID-19, según una declaración de la Red Eclesial Pan-Amazónica el 18 de mayo. La declaración fue firmada por el cardenal brasileño Claudio Hummes, el cardenal peruano Pedro Barreto Jimeno y Mauricio López, secretario ejecutivo de REPAM, como se conoce la red eclesial.

A través de la Amazonía, más de 30 grupos indígenas han informado de 500 casos de COVID-19 y más de 100 muertes, según REPAM: Las cifras podrían ser más altas, debido a los casos no reportados y a las muertes en ciudades amazónicas como Manaos, en Brasil e Iquitos en Perú, donde los sistemas de salud son débiles.

En Bolivia, el pueblo indígena lamenta “la falta de coordinación y consulta del gobierno” en su respuesta a la pandemia y especialmente en asegurarse de que haya información disponible para el pueblo en sus idiomas originales, dijo la declaración de REPAM.

Los obispos colombianos indicaron que los pueblos indígenas, los de ascendencia africana y los campesinos se enfrentan a un riesgo especial del virus “porque ya se encontraban en una situación de pobreza estructural, en condiciones de inseguridad alimentaria y desnutrición, sin acceso a la salud y al agua potable”.

A través de la región, millones de personas viven al día con lo que ganan como vendedores ambulantes o jornaleros. En Perú, donde el gobierno impuso cuarentenas obligatorias, estas personas no han podido trabajar y muchos se han quedado sin comida o han sido expulsados de sus casas alquiladas.

Aunque la pandemia ha frenado las economías de los países amazónicos, la destrucción del medio ambiente, a causa de la deforestación, la minería ilegal y otras actividades, continúa, según dice la declaración de REPAM.

Un derrame de petróleo en Ecuador el 7 de abril afectó a miles de personas que viven en las orillas de los ríos Coca y Napo, dice la declaración.

En Brasil, los legisladores aliados a grandes terratenientes están considerando legislación que minaría los derechos a la tierra de pueblos indígenas y comunidades tradicionales “para favorecer el acaparamiento de tierras, la deforestación y a las empresas depredadoras, regularizando ocupaciones ilegales para la minería y el agronegocio en tierras indígenas”, decía la declaración de REPAM.

Los conflictos sobre derechos a la tierra y el daño ambiental han conducido a “un preocupante aumento de violencia en el campo”, decían los obispos brasileños de la Comisión Pastoral de la Tierra. Cuatro de cada cinco asesinatos del año pasado en conflictos sobre el derecho a la tierra ocurrieron en la región amazónica.

“El cuidado de las personas y el cuidado de los ecosistemas son inseparables”, dijo la declaración de REPAM, citando “Querida Amazonía”, la exhortación papal publicada por el papa Francisco después del Sínodo de los Obispos para la Amazonía de 2019.

 

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