Internacional

Obispos llaman a cambiar estilo de vida para proteger la Amazonía

Por Barbara J. Fraser (CNS)
miércoles, octubre 30, 2019

El papa Francisco camina en procesión al comienzo de la primera sesión del Sínodo de Obispos para la Amazonía en el Vaticano el 7 de octubre. Foto: Paul Haring/CNS

CIUDAD DEL VATICANO (CNS) -- Las soluciones a problemas medioambientales discutidas en el Sínodo de los Obispos para la Amazonía, no deben implicar simplemente a las naciones amazónicas, sino a los países de Europa y Norteamérica, dijeron los obispos.  

“Éste es un sínodo especial, pero tiene consecuencias universales”, dijo el obispo Karel Choennie de Paramaribo, Surinam, a reporteros el 22 de octubre.

Muchos de los temas del medio ambiente que han tratado los participantes --incluyendo la destrucción de los bosques, la contaminación de los ríos, la minería rapaz, y especialmente el cambio climático-- son problemas comunes en otras regiones tropicales del mundo.

Esos problemas tienen raíces en Norteamérica y Europa, aunque a menudo son agravados por oportunismos políticos y la falta de regularización en los países amazónicos, dijeron los participantes del sínodo.

En sus presentaciones de cuatro minutos durante las dos primeras semanas del sínodo, los participantes describieron cómo las minas, los pantanos y otras empresas de propiedad u operación de compañías de países industrializados desplazan a las comunidades locales, afectando el medio ambiente e irrumpiendo en las vidas de la gente.

El comercio global significa que incluso las decisiones de los consumidores dejan huella en países lejanos. Por ejemplo, la mayor parte de la deforestación de Brasil se debe a la ganadería y la exportación de carne.

La destrucción y los incendios en las selvas secas bajas de Bolivia aumentaron después de que el país firmara un acuerdo que se espera que duplique la exportación de carne a China.

Y la demanda de oro mantiene altos los precios, animando a la minería ilegítima a invadir los territorios indígenas en partes lejanas de la Amazonía. Sus operaciones sin regulación dejan un escenario parecido a un paisaje de cráteres lunares, donde los ríos están envenenados con mercurio y cianuro.

Pero éste es un mensaje que la gente en países industrializados no quiere escuchar, dijo a Catholic News Service el obispo Emmanuel Lafont, de Cayena, Guyana Francesa.

Cuando él regresa a Francia de visita, dijo, a menudo encuentra difícil interesar a otras personas, incluso de la iglesia, en los problemas a los que se enfrenta el pueblo indígena en su diócesis.

“Conocen muy poco” sobre la Guyana Francesa, dijo el obispo Lafont. “Viven una vida muy cómoda en comparación con el Tercer Mundo, y no son conscientes --tienen miedo de hacerse conscientes-- de que su riqueza se ha construido a través de un proceso colonizador”.

Excepto por la Guyana Francesa, las naciones amazónicas lograron su independencia de los países que las habían colonizado, pero económicamente siguen dependiendo fuertemente de los ingresos de materias primas, tales como minerales, petróleo y madera, y a escala industrial, agricultura y ganadería.

Los habitantes indígenas y pequeños granjeros en la Amazonía son quienes soportan los costos económicos y sociales, dijo Josianne Gauthier, invitada al sínodo, y secretaria ejecutiva de CIDSE, un consorcio internacional de agencias de desarrollo católicas.

“Es colonialismo – se externalizan los costos a otra población que se considera inferior o menos importante”, dijo. “Es una relación unidireccional, en la que tú explotas y vives bien, mientras otros sufren las consecuencias”.

Las personas en lugares como Norteamérica y Europa no siempre ven que “la degradación medioambiental y las violaciones de derechos humanos (en la Amazonía) están conectadas a nuestras conductas, o políticas, o acuerdos comerciales” en otra parte del mundo, dijo.

Eso es porque “tienen miedo de escuchar el punto de vista del otro”, dijo el obispo Lafont.

La súplica a la conversión ecológica seguirá resonando después de que el sínodo concluya oficialmente el 27 de octubre, dijeron los participantes.

El obispo Lafont dijo que los católicos “tienen que tomar más en serio la (encíclica) 'Laudato Si'. Tenemos que promover un cambio en nuestra manera de vivir. Concretamente. Ese será mi mensaje”.

 

Advertising