Área de Chicago

La parroquia Madre de las Américas lleva oraciones por todo el vecindario

Por Joyce Duriga
lunes, diciembre 27, 2021

Como parte de la novena, parroquianos de Madre de las Américas peregrinaron desde el hospital Mount Sinai el 11 de diciembre. Foto: Karen Callaway/Católico

Como parte de su novena a Nuestra Señora de Guadalupe previo a su día de fiesta el 12 de diciembre, los feligreses de Madre de las Américas fueron en procesión por toda la comunidad de La Villita durante nueve noches, cubriendo los límites de la parroquia para llegar a toda la comunidad y a las instituciones que les sirven.

El 11 de diciembre los feligreses se reunieron en el Hospital Mount Sinai, 1500 S. Fairfield Ave., y fueron en procesión al Hospital St. Anthony, 2875 W. 19th St., y a la iglesia en 2226 S. Whipple St. Cada noche tuvo una ruta diferente.

Una noche los feligreses fueron en procesión desde el Ministerio de cárceles Kolbe House de la arquidiócesis pasando por la Cárcel del Condado de Cook.  Otra noche fueron en procesión desde una estación de policía de regreso a la iglesia. Los monaguillos dirigieron la procesión con velas mientras los feligreses llevaban una estatua de Nuestra Señora apareciendo a San Juan Diego e imágenes de María cubierta en flores.

A lo largo de la ruta rezaron una versión del rosario con las meditaciones enfocadas en la historia de la aparición. Parroquias y escuelas a lo largo la arquidiócesis llevaron a cabo celebraciones similares para honrar a Nuestra Señora de Guadalupe.

Hace dos años, la parroquia Madre de las Américas se formó de la unificación de las iglesias Our Lady of Tepeyac, Assumption BVM y St. Roman, así que esta es la segunda vez que llevan a cabo la procesión de esta manera. Anteriormente las parroquias realizaban procesiones individuales.

“Desde que unimos a Madre de las Américas, hemos tenido la intención de hacer procesiones en todas las diferentes partes de los límites de nuestra parroquia y en las instituciones”, dijo el padre Thomas Boharic, el párroco.

Juan Araiza ayudó a coordinar las procesiones. “Es una parte muy central de la devoción católica y la devoción mexicana. En México, las peregrinaciones se hacen por todo el país para Nuestra Señora de Guadalupe, así que todos aquí saben de las peregrinaciones”, señaló.

El año pasado, durante la pandemia, el evento tuvo un propósito adicional.

“Encontramos, especialmente el año pasado, que era importante ir en procesión con Nuestra Señora y San Juan Diego para recordar a las personas que la iglesia está abierta, que nuestra Señora está aquí para todos. Siendo sacramentales en la fe, sabemos que hay una diferencia si vas a un lugar y rezas”, dijo Araiza. “Entonces, orar mientras se está cubriendo el vecindario hace la diferencia. Sabemos que lo hace”.

Boharic estuvo de acuerdo. “Queríamos traer a Nuestra Señora, traer a San Juan Diego, traer a Jesús a las calles y ser visibles a la comunidad, visibles a nuestras instituciones, para que sepan que estamos orando por ellos, que los amamos y que son parte de nuestra parroquia”, señaló. “Sean católicos o no, tenemos una responsabilidad moral con ellos”.

Joseph Martínez de 14 años, fue uno de los monaguillos que dirigió la procesión. “Estoy aquí con nuestra comunidad para ir a las personas y mostrarles lo que sucedió y la historia y los antecedentes de la Santísima Virgen María”, mencionó. “Es una experiencia muy buena, a pesar de que hace frío, estar con las personas rezando el rosario”.

Ser visible para la comunidad en las calles también es importante, dijo. “Muestra en quién creemos y en qué creemos”.

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