Área de Chicago

Una madre recuerda a su hijo asesinado por la violencia armada

Por Joyce Duriga
martes, noviembre 30, 2021

Brittney Carvajal, Lourdes Lara y Jennifer Ramírez comparten recuerdos en el hogar familiar el 23 de septiembre de 2021. Foto: Karen Callaway/Católico

El 3 de julio, Lourdes Lara recibió la peor noticia de su vida. En las primeras horas de la mañana de ese día su hijo, Chrys Carvajal, de 19 años, fue asesinado en un tiroteo en el barrio de Belmont Cragin de Chicago.

Carvajal, quien acababa de regresar de la formación básica en la Guardia Nacional de Illinois y estaba a la espera de ser destinado a un puesto de guardia, se encontraba en una fiesta en su casa cuando salió a buscar algo a su coche y recibió varios disparos por la espalda.

Murió unos pocos días antes de cumplir 20 años.

“Ese día, cuando recibí la noticia —la peor que puedes recibir como madre, como ser humano— recé y le dije a Dios: ‘Aquí estoy. Aquí estoy’”, dijo Lara, rompiendo en llanto. “‘Lo único que pido es fuerza y misericordia, porque sé que estos días que vienen van a ser los más duros que tendré jamás’. Y lo concedió. Lo hizo”.

“Chrys no lo vio venir. No hubo ningún altercado”, dijo su hermana, Jennifer Ramírez. La familia se enteró de esto por la policía, que vio el tiroteo en las grabaciones de las cámaras de seguridad de la zona. “No iban tras él. Vieron la oportunidad”.

Lara estaba de acuerdo.

“No estaba haciendo nada malo, nada incorrecto”, dijo la madre de cuatro hijos. “Así que es difícil de aceptar, porque ahora el 4 de Julio, ¿cómo será para mí?”

Carvajal tenía un futuro brillante por delante. Se alistó en la Guardia Nacional por las oportunidades que le ofrecía mientras perseguía su sueño de convertirse en oficial de policía de Chicago.

También estaba orgulloso de ser un ciudadano estadounidense de padres hondureños.

“Decía que estaba muy orgulloso de servir a este país”, dijo Lara.

La familia de Lara está muy unida y colmada de fe, y asisten juntos a Misa con regularidad. Carvajal tenía una fe fuerte que no temía compartir, dijo.

“Era ese tipo de persona muy espiritual. Compartimos mucho. Tenía la fe. La disfrutó y le encantó”, dijo Lara.

Mientras crecía, Carvajal servía en la misa regularmente. Luego se convirtió en lector tanto en español como en inglés. Cuando estaba en casa, asistía a la misa dominical con su madre.

De hecho, la última foto que Lara se tomó con su hijo es de los dos posando frente a la iglesia de San Marcos luego de la misa.

La formación básica para la Guardia Nacional fue la primera vez en la que Carvajal se alejó de la familia durante un periodo de tiempo prolongado. No pudo llevarse una Biblia, recordó Lara, pero durante su primera semana en la formación básica le pidió a su madre que hiciera una misa para él. Lo hizo, y también le envió una Biblia pequeña.

“Solía ir a ver la misa. Los otros chicos no podían creerlo, siendo él tan joven. Decía que tenía fe”, recordó su madre. “Siempre decía: ‘Mamá, gracias, porque muchos niños no saben nada de Dios. No crecen en ninguna fe, mamá’”.

A pesar de ser el tercero de cuatro hermanos, Carvajal era un ejemplo a seguir para el resto, dijo Ramírez. Era el pegamento que mantenía a la familia unida

“Creo que mucha gente diría que era una persona sincera. Mostraba mucho sus emociones y actuaba con base en sus emociones”, dijo Ramírez. “Sé que nuestra familia era muy importante para él, especialmente mi madre. Tenía una conexión muy buena con ella”.

Tenía metas grandes y trabajaba para alcanzarlas, dijo.

“Quería ser millonario a los 21 años”, dijo Ramírez. “Quería comprar una casa. Quería hacer todo lo que cualquier joven recién salido de la escuela secundaria querría hacer. Y estaba en el camino correcto”.

“Era un joven bueno con un corazón bueno”, dijo Lara, emocionándose. “Adonde fuera, tocaba corazones. Como madre, fue un honor para mí que disfrutara de la Palabra de Dios”.

El caso de Carvajal continúa abierto. La familia dijo que los detectives aportaron pruebas y un testigo presencial al fiscal del estado del condado de Cook, que dijo que no había suficiente para procesar.

Por lo tanto, la familia busca justicia asistiendo a las marchas por la paz y compartiendo su historia. También se están dirigiendo a amigos y familiares, instándolos a que se pongan en contacto con la oficina del fiscal del estado y otros funcionarios electos para ayudar a llevar a su asesino ante la justicia.

“En nuestra situación, podríamos estar fácilmente frente a la oficina del fiscal del estado protestando día y noche, provocando el caos”, dijo Ramírez. “No se puede conseguir la paz con el caos. Quieres traer la paz al mundo con la paz”.

Una de esas marchas se realizó el 28 de agosto con feligreses de San Juan Bosco, Santiago Apóstol y Santos. Santa Genoveva y San Estanislao Obispo y Mártir, que fueron de procesión por el barrio de Belmont Cragin, deteniéndose a rezar en los lugares en los que murieron personas por la violencia armada. En una parada recordaron a Carvajal.

Mientras la familia lucha con todas las emociones derivadas de la situación, se apoya en su fe en Dios.

Ramírez dijo que, tras la marcha del 28 de agosto, el padre Sergio Rivas, párroco de la parroquia Santos Genoveva y Estanislao Obispo y Mártir, le ofreció unas palabras reconfortantes para cuando quiera cuestionar a Dios por haber dejado que mataran a su hermano.

“Dijo que durante estos momentos es cuando más se ve a Dios, que nos aporta toda esta fuerza en nosotros, esta unidad. Y nos hace seguir adelante a pesar de que sea algo muy duro de sobrellevar”, dijo. “No sólo está aquí en los tiempos buenos. Está más presente cuando atraviesas un momento difícil”.

“Ahora estoy en el fuego”, dijo Lara. “Lo único que puedo decirle a cualquier persona es que confío en mi fe en Dios. Es difícil. Todos los días, cuando me acuesto, es difícil. Cuando me despierto, es difícil. Lo único que hago es rezar”.

Como seres humanos no hay respuesta para lo que le ocurrió a su hijo, dijo.

“Tengo fe y doy gracias a Dios por todo. Sé dónde está mi Chrys”, dijo, tocando su corazón. “Tengo la esperanza de que un día nos volveremos a encontrar”.

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