Área de Chicago

Respaldado por una comunidad parroquial activa, el padre Sergio Rivas promueve un Evangelio que escucha y camina con su gente

Por Ely Segura
jueves, septiembre 30, 2021

El padre Sergio Rivas durante el rosario después de la marcha por la paz, el 28 de agosto, organizada por las tres parroquias de Belmont-Cragin: St. John Bosco, St. James the Apostle y St. Genevieve. Foto: Karen Callaway/Católico

El pasado 30 de julio, Católico publicó el nombramiento del padre Sergio Rivas Tamayo como nuevo coordinador arquidiocesano del Consejo Hispano en Chicago. Recientemente lo buscamos para que nos platicara sobre este cargo –que dura tres años– pero también sobre su intensa labor pastoral en la parroquia Santa Genoveva y San Estanislao Obispo y Mártir, ubicada en el vecindario de Belmont-Cragin.

Sus parroquianos lo reconocen por su admirable entrega en las comunidades donde ha estado presente, sobre todo en tiempos como la pandemia que tanto afectó a los hogares hispanos, o los numerosos casos de violencia que estos han experimentado.

Durante la pandemia, como respuesta a las necesidades urgentes de su comunidad, el padre Sergio Rivas, junto a sus líderes parroquiales y benefactores, posibilitó la distribución de cajas de despensa que beneficiaron a unas 600 personas durante los inicios de la crisis sanitaria. Hoy la despensa sigue en pie.

A esto se suman los desafíos de la violencia en la comunidad. El 28 de agosto, las parroquias del área de Belmont-Cragin convocaron a una marcha por la paz, tras la indignación ante los asesinatos acaecidos en el barrio. El padre Sergio marchó junto a un centenar de feligreses desde la parroquia San Juan Bosco hasta la parroquia Santa Genoveva, reclamando paz y seguridad para su comunidad. Durante la marcha, se detuvieron en cinco lugares significativos, relacionados a estas muertes, orando por las víctimas y sus familiares y por la comunidad en general.

“No es sólo tratar cuestiones de religión, sino también del bienestar de las personas” nos dijo el padre Sergio durante la conversación. Agregó que al problema de la violencia se agregan otros, como la deserción de los jóvenes de las universidades. “Nuestra tarea es ver cómo podemos, desde las parroquias, evitar que esto pase, crear mentores y equipos que atiendan a estas necesidades de manera directa”, dijo.

El padre Sergio Rivas reconoce y agradece que parte de su entusiasmo lo recibe de su comunidad parroquial, una feligresía, que él describe como activa y sensible.

Aunque es cierto que muchas de sus tareas no han sido para nada fáciles, como lograr que más personas se vacunen contra el Covid-19. “Hay gente que muere porque no hay vacunas. Aquí tenemos suficientes y se están perdiendo porque la gente mal informada no quiere vacunarse”, se lamenta, aunque expresa que no ha perdido el ánimo para seguir promoviendo la vacunación.

Ante todo, el padre Sergio cuenta con una comunidad de mucha fe que está siempre dispuesta a ayudar.

 

Proyectos con el Consejo

El padre Sergio se muestra muy entusiasmado con la nueva misión que Dios le encomienda por medio de la arquidiócesis, es consciente de la gran responsabilidad que tiene en sus manos como coordinador del consejo hispano en los próximos tres años.

Como nuevo coordinador del Consejo Hispano Arquidiocesano, su meta, sobre todo, está enfocada en la gente y en sus necesidades inmediatas.

El padre comenta que entre los planes a corto plazo se encuentra la entrega de los Premios Buen Samaritano, un evento de reconocimiento a los laicos hispanos que fungieron como voluntarios en sus parroquias o como trabajadores esenciales desde sus distintas trincheras, durante los meses más arduos de la actual pandemia.

El padre Sergio dice que el evento se llevará a cabo este 23 de octubre en la capilla de San José del Santuario de Ntra. Sra. de Guadalupe. Los premiados serán personas físicas y morales (organizaciones) nominadas por sus párrocos por su alto compromiso con la Iglesia y sus comunidades, y también por los miembros del Consejo Hispano Arquidiocesano.

“La idea es una celebración sencilla” explica, “no como la Noche de Gala, y con las medidas sanitarias pertinentes. Me lo imagino como una tarde de oración y celebración en que la Iglesia reconoce a estas personas y les da las gracias”.

Otro de sus pendientes es la tarea de ayudar a implementar las conclusiones y los proyectos derivados del V Encuentro Nacional de la Pastoral Hispana, celebrado en Texas del 20 al 23 de septiembre de 2018. Estos encuentros, incentivados por la Conferencia de los Obispos Católicos de los Estados Unidos, buscan discernir la actividad misionera de la Iglesia, evaluar sus prácticas ministeriales e identificar las necesidades más imperiosas que tienen las comunidades eclesiales con relación a la nueva evangelización a la que están llamadas.

Otro de sus proyectos inmediatos consiste en promover la unidad de los sacerdotes latinos de la Arquidiócesis. “La idea es crear una base de datos para tener una buena comunicación entre nosotros” explica. “Muchos de los sacerdotes de la diócesis somos latinos, pero no sabemos quiénes somos ni dónde estamos, especialmente por los cambios que hemos experimentado a partir del proyecto Renueva mi Iglesia. Es algo que suena muy simple, pero sumamente necesario, porque nos necesitamos para consolidar los planes que tenemos para nuestras comunidades”.

El padre Sergio es colombiano. En 2004 ingresó con los religiosos benedictinos en Aurora, IL. Tras concluir sus cursos de Teología en 2012, en el Seminario de Mundelein, fue ordenado sacerdote y asumió los cargos de director de vocaciones y maestro de novicios en los siguientes cuatro años. Entra a servir en la Arquidiócesis de Chicago en 2016 apoyando como vicario parroquial en la Parroquias Santa Inés de Bohemia, en La Villita, y en la Parroquia Sagrado Corazón, en Melrose Park. Además, fue administrador de las parroquias de Santa Domitila y Santa Genoveva. Se incardinó como sacerdote de Chicago en noviembre del año pasado.

Advertising