Área de Chicago

Escuelas secundarias católicas ofrecen ayuda financiera a familias afectadas por COVID-19

Por Michelle Martin
miércoles, diciembre 2, 2020

Amerie Ellis, de 14 años, estudia en su laptop en su casa en Tallahassee, Fla., el 31 de marzo de 2020. Foto: Shaia Simmons, USA Today Network via Reuters/CNS

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Las escuelas secundarias católicas a lo largo del área de Chicago han estado buscando maneras para proveer más ayuda financiera a los estudiantes y las familias desde que la pandemia de COVID-19 cerró por primera vez las puertas de las escuelas y la mayoría de los negocios en la pasada primavera.

Las escuelas han tomado medidas que van desde descuentos en la colegiatura en general hasta una mayor recaudación de fondos y asociaciones, incluso a sacar de sus cuentas de ahorro. En una cosa están todas de acuerdo: ninguna quiere perder estudiantes cuyas familias hayan perdido ingresos debido a la pandemia.

En la Escuela Secundaria Trinity en River Forest, los líderes acordaron tomar $1 millón de las reservas estratégicas de la escuela —esencialmente, un fondo de emergencia— y usarlo para familias que repentinamente no puedan pagar su colegiatura completa, dijo Laura Curley, presidenta de la escuela.

La escuela también cambió su gala de la primavera a una recaudación de fondos en línea y trajo $220,000 para ayuda con la colegiatura.

“Nuestra meta era que, entre la primavera del año pasado y el otoño de este año, no perdiéramos ningún estudiante debido a las finanzas”, dijo Curley. “Esta es una crisis, y eso es lo que las familias hacen en una crisis. La familia ayuda a la familia siempre que sea posible”.

Para hacerlo funcionar, la escuela creó un formulario de solicitud especial que fue manejado dentro de la escuela, preguntando a las familias cuál era su situación y cuánto pensaban que podían pagar.

Alrededor de 80 de las aproximadamente 380 familias de la escuela hicieron la solicitud, y la escuela también pudo abrirlo a estudiantes entrantes de primer año que habían tomado el examen de admisión en diciembre y se inscribieron en febrero, el mes antes de que golpeara la pandemia, señaló Curley.

Aunque algunas estudiantes no regresaron debido a mudanzas de la familia u otras razones, ninguna se fue porque les faltara dinero después de que uno de los padres perdiera un trabajo o le recortaran las horas, mencionó Curley.

“Eso es importante para nosotros”, dijo Curley. “Decimos que somos una familia, y las extrañaríamos si se fueran”.

John Malloy, director de operaciones de la Escuela Secundaria Holy Trinity, 1443 W. Division St., dijo que la escuela se puso en acción tan pronto como los negocios, bares y restaurantes fueron forzados a cerrar la primavera pasada.

“Cuando comenzó la pandemia en marzo, abrimos ayuda financiera de emergencia que las familias pudieran solicitar”, dijo. “Afortunadamente, en ese momento solamente nos quedaban tres meses del año escolar y tres meses más de colegiatura. Tuvimos a varios que hicieron la solicitud y pudimos ayudarlos”.

La primavera pasada, 44 familias pidieron ayuda de emergencia, y la escuela pudo darles $25,000, la mitad de eso vino de Big Shoulders Fund.

La escuela tuvo más solicitudes de ayuda financiera este año escolar, algo que Malloy espera que continúe.

“Hemos visto que familias que no habían solicitado ayuda financiera antes están haciendo la solicitud, y hemos visto que familias que ya obtienen ayuda financiera, necesitan más”, mencionó. “Hemos estado pidiendo a nuestros donantes que incrementen su apoyo en estos tiempos difíciles. También hemos visto a nuestros asociados en las becas salir adelante. Big Shoulders Fund nos ha ayudado a atender las familias que han sido afectadas por COVID de tal manera que podamos ofrecer más ayuda”.

Big Shoulders Fund ayudó con un esfuerzo para apoyar tanto a las familias que trabajan en la industria hotelera y de restaurantes como a aquellas que se preocupan por poder comprar alimentos, proporcionando vales para que las familias puedan comprar comidas para llevar de los restaurantes que son propiedad de familias de Holy Trinity, o que emplean a miembros de estas familias, dijo Malloy.

“Tenemos varias familias que trabajan en servicio de comida o en la industria hotelera y pequeños negocios que han sido afectados desproporcionadamente”, dijo Malloy. “Ellos querían hacer algo creativo que ayudara de dos maneras”.

Holy Trinity también comenzó su propio fondo de emergencia y está urgiendo a los exalumnos y otros donantes a que sean generosos.

Hasta ahora, las medidas han dado frutos.

“Hemos visto un pequeño crecimiento en nuestras inscripciones desde que comenzó la pandemia”, dijo Malloy, señalando que las inscripciones se mantienen en 340 estudiantes. “Hay mucho interés en la opción en persona”.

Los estudiantes que eligen la instrucción en persona en Holy Trinity asisten a clases en un horario híbrido, como es el caso en la mayoría de las escuelas secundarias católicas. También pueden elegir aprendizaje a distancia a tiempo completo, y la escuela pasó a aprendizaje a distancia total durante dos semanas en octubre después que una persona dio resultado positivo para COVID-19.

Los estudiantes en la escuela secundaria St. Patrick, 5900 W. Belmont Ave., también pueden asistir en persona la mitad del tiempo en un horario híbrido, con la mitad de los 550 estudiantes en el edificio a la vez, aunque algunos han elegido aprendizaje a distancia a tiempo completo, dijo el presidente Joe Schmidt.

Todos han tenido dificultades causadas por la pandemia, dijo Schmidt, así que la escuela decidió hacer las cosas un poco más fáciles para todos al ofrecer una reducción de la colegiatura de un año.

“Estamos ayudando a nuestras familias con una reducción de $500 este año”, señaló Schmidt. “Tres cuartas partes de nuestras familias reciben algún tipo de ayuda financiera para asistir a St. Patrick’s. Hay varias que han tenido tiempos difíciles con este COVID, así que llegó en un buen momento. Simplemente vamos a absorber el crédito por este año. La realidad es que esas familias trabajan duro y se sacrifican para enviar a sus hijos a nuestra escuela”.

Las familias que necesitan más ayuda han podido obtenerla al ir a través del proceso de solicitud de ayuda financiera usual, dijo Schmidt.

La escuela también ha lanzado su fondo “Shamrock Cares”, con una meta de $500,000, para ayudar a las familias en el futuro.

“Estamos haciendo correr la voz a nuestros exalumnos”, dijo Schmidt. “Ellos han sido receptivos”.

Las familias en todas las tres escuelas están felices de tener a sus hijos en los salones de clases, dicen oficiales escolares, pero está lejos de ser un año normal.

“Hay tantos desafíos”, dijo Curley de la escuela Trinity. El mayor es no poder reunirnos como una comunidad en oración o celebración.

Pero otra es no saber lo que traerá el futuro. “Realmente estamos todos tomando esto un día a la vez”, dijo.

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