Área de Chicago

Estudiantes de Queen of the Rosary y de otras escuelas regresan a clases con nuevos protocolos

Por Michelle Martin
miércoles, septiembre 2, 2020

Alumna de Queen of the Rosary, en Elk Grove Village llega para su primera semana de clases el 17 de agosto. Foto: Karen Callaway/Católico

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Cuando los estudiantes, de kindergarten a octavo grado regresaron a la escuela Queen of the Rosary en Elk Grove Village el 17 de agosto, no fue exactamente como de costumbre.

Los padres tuvieron que quedarse en sus carros, dijo la directora Kathleen McGinn, mientras que los niños fueron a sus puertas designadas para que se les revisara la temperatura y se les preguntara si tenían algún síntoma de COVID-19.

Una vez en el edificio, los estudiantes fueron recibidos en salones de clases reacomodados, y muchos de los muebles en los salones de clases fueron removidos para permitir al personal separar los escritorios.

“Salió bien”, dijo McGinn. “No hubo contratiempos. Ni siquiera algún niño llorando”.

Pam Pontrelli, madre de la escuela Queen of the Rosary durante 17 años, dijo que algunas cosas fueron normales.

“Mi hijo llegó a casa y dijo que se metió en problemas por hablar”, señaló. “Pero él siempre ha sido platicador”.

El hijo menor de Pontrelli, Dylan, está en quinto grado en Queen of the Rosary, y estaba feliz de regresar a la escuela y ver a sus amigos.

“Creo que es tan importante para los niños, no solamente lo académico, sino todo el aspecto social y emocional”, señaló Pontrelli. “Ellos necesitan estar de regreso en la escuela”.

Los estudiantes en Queen of the Rosary y otras escuelas en la Arquidiócesis de Chicago no han estado en los edificios de las escuelas desde mediados de marzo, cuando primero la arquidiócesis y luego el estado de Illinois requirieron a las escuelas cerrar sus puertas.

Los estudiantes que regresan a las escuelas católicas a lo largo de la arquidiócesis serán recibidos con los mismos procedimientos y lineamientos nuevos que fueron establecidos en Queen of the Rosary: controles de temperatura, chequeo de síntomas, mascarilla y desinfectante de manos al entrar; mascarilla mientras los estudiantes están en el interior, a menos que estén comiendo y los escritorios distanciados con tanta separación como sea posible.

En los momentos en que los estudiantes pueden remover las mascarillas, cuando estén al aire libre y mientras comen, deben estar a por lo menos 6 pies uno del otro. También deben estar en la misma cohorte todo el día.

Pontrelli dijo que los estudiantes en la clase de Dylan ahora tienen que levantar la mano antes de beber de sus propias botellas de agua, porque tienen que remover sus mascarillas para hacerlo.

“La maestra no quiere que todos lo hagan al mismo tiempo”, dijo Pontrelli.

A Dylan le preocupaba llegar tarde en su vuelta a clases, dijo su madre, porque ha pasado tanto tiempo desde que puso un pie en un salón, aunque las escuelas tuvieron educación a distancia en la primavera.

“Le dije que no se preocupara, que todos están en el mismo barco”, señaló Pontrelli.

Aunque Queen of the Rosary no pudo tener su acostumbrada actividad social de regreso a clases con helados y día para dejar los útiles, hubo un desfile en autos la semana antes de que las clases comenzaran, para que los padres se acostumbraran al nuevo patrón de tráfico y para que los estudiantes saludaran a los maestros viejos y nuevos, dijo McGinn.

La escuela dio la bienvenida a 246 estudiantes el 17 de agosto, con un tamaño de clase promedio de aproximadamente 16 personas. Los estudiantes en preescolar fueron programados para comenzar más tarde en la semana. Aproximadamente el 10 por ciento de las familias de la escuela optaron por aprendizaje electrónico en vez de regresar en persona, pero la escuela dio la bienvenida a algunos estudiantes nuevos también.

Algunos maestros llevaron a sus alumnos afuera de tal manera que pudieran remover sus mascarillas por un momento, y McGinn dijo que la escuela planea poner hasta dos o tres toldos que los maestros puedan usar para enseñar sus clases al aire libre siempre y cuando el clima lo permita.

Pontrelli dijo que ella y otros padres de la escuela tienen confianza en el liderazgo de la escuela y en las familias de cada uno.

“Mucho es sentido común”, dijo. “Usa tu mascarilla, lávate las manos, no juegues con tu mascarilla. Estuvimos muy preparados”.

Padres como Pontrelli, quien estuvo entre el puñado de voluntarios dirigiendo el tráfico en el estacionamiento, hacen el trabajo más fácil.

“Una escuela católica es como una familia”, mencionó Pontrelli. “Todos hacemos nuestra parte”.

El final del día también salió bien, dijo McGinn, aunque los procedimientos para recoger pueden necesitar un pequeño ajuste.

 “Es ensayo y error”, dijo Pontrelli, “Gracias a Dios todos los padres fueron comprensivos”.

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