Área de Chicago

Inmigrantes y refugiados enfrentan una mayor inseguridad durante la pandemia

Por Joyce Duriga
miércoles, mayo 27, 2020

Personas en Chicago esperan para ingresar a una tienda de comestibles el 11 de abril, durante la pandemia de coronavirus. Foto: Joshua Lott, Reuters/CNS

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Las comunidades de inmigrantes y refugiados enfrentan incertidumbre y estrés cada día, pero la pandemia del coronavirus ha agravado esa situación, lo cual es motivo de preocupación para las personas que ministran a los inmigrantes y refugiados.

Los indocumentados son particularmente vulnerables ya que su estatus migratorio hace que sea fácil para los empleadores aprovecharse de ellos, señaló el padre Larry Dowling, miembro de Sacerdotes por la Justicia para los Inmigrantes y pastor de la parroquia St. Agatha, 3147 W. Douglas Blvd.

“Obviamente ha habido algunos problemas que han surgido por la falta de empleo”, dijo. “Pero también, algunos lugares que no son negocios esenciales los han hecho trabajar y los han sometido a algunas condiciones peligrosas”.

Los inmigrantes sin documentos y refugiados no son elegibles para los cheques del estímulo económico dado a los ciudadanos de Estados Unidos u otro apoyo económico o cuidado de la salud. “Eso obviamente es una gran omisión ya que muchos de ellos son trabajadores esenciales” dijo Dowling.

Dowling habló de la resistencia en estas familias para reportar una enfermedad o ir al hospital. “En la población hispana, hay una creciente crisis de salud de personas en riesgo debido a las condiciones en las que viven o el estrés que soportan y son especialmente susceptibles al virus”.

Dowling, sus compañeros sacerdotes que ministran a comunidades de inmigrantes y otros ministros de la iglesia están comunicándose con individuos y familias para ayudarlos y animarlos a buscar atención médica si la necesitan.

Una falta de acceso y entendimiento de las herramientas virtuales pueden dificultar esos esfuerzos de alcance, y por eso la Pastoral Migratoria, el ministerio de inmigrante a inmigrante de la arquidiócesis, se ha enfocado en capacitar a líderes locales y nacionales dentro de las comunidades inmigrantes para conducir reuniones virtuales usando herramientas como Zoom y WhatsApp, dijo Elena Segura, coordinadora senior para inmigración de la arquidiócesis.

Cada año, Caridades Católicas de la Arquidiócesis de Chicago ayuda a reasentarse a aproximadamente 200 refugiados que han sido forzados a huir de sus tierras natales debido a la guerra, terror y persecución.

Algunos de esos clientes han perdido sus trabajos debido a la pandemia y Caridades Católicas los está ayudando a hacer la solicitud del desempleo.

“Es difícil para el público en general hacer la solicitud del desempleo, ¿pero puedes imaginar lo que es para nuestros clientes que no hablan inglés?”, señaló Elmida Kulovic, directora del Programa de Reasentamiento de Refugiados de la agencia y ella misma ex refugiada.

Obtener los documentos necesarios para comenzar las búsquedas de trabajo se ha convertido en un mayor desafío para los refugiados, debido a que las oficinas del gobierno están cerradas, dijo Kulovic.

“Tenemos clientes que llegaron y tienen una tarjeta de seguro social. Sin embargo, no pueden obtener identificaciones del estado así que esto es un gran obstáculo para que nuestros clientes busquen trabajo”, dijo Kulovic. “Afortunadamente el transporte público sigue funcionando. Algunos de nuestros colegas en otros estados dicen que esto es un obstáculo para sus clientes porque no puede llegar a sus trabajos”. 

Hasta ahora los clientes no han necesitado ayuda con el alquiler, pero Kulovic espera que pronto será un problema para aquellos que continúan sin trabajo.

El trabajo continúa, pero de una manera diferente de lo normal, para el programa LOOM de Caridades Católicas. LOOM es un emprendimiento social sin fines de lucro iniciado por el programa de reasentamiento de refugiados de la agencia donde los refugiados – la mayoría mujeres – hacen artesanías que son vendidas para ayudarlos a ganar dinero.

Aunque el estudio de LOOM está cerrado, los artesanos se han volcado a hacer artículos de protección personal en casa.

“Estamos proporcionándoles materiales y muchos de nuestros artesanos que tienen máquinas de coser en casa comenzaron a coser mascarillas de tela”, mencionó Kulovic. “Estamos haciendo la entrega de estas a los programas de vivienda de personas mayores de Caridades Católicas para los residentes”.

Los artesanos son pagados por las mascarillas y están enviando algo de ese dinero a sus familiares.

“Los refugiados son personas realmente resistentes, y yo sé que esta situación de distanciamiento social está trayendo mucha ansiedad para todos, pero especialmente para aquellos que han atravesado traumas como los refugiados”, señaló Kulovic.

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