Área de Chicago

El desafío de mantener a las personas sin hogar albergadas y seguras durante la propagación de COVID-19

Por Joyce Duriga
lunes, marzo 30, 2020

Un huésped desempaca sus cosas para la noche en el albergue Franciscan Outreach el 6 de noviembre de 2012. Foto: Karen Callaway/Católico

 

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Cada noche del año, Franciscan Outreach sirve a 382 hombres y mujeres en tres albergues a lo largo de Chicago. Las personas sin hogar son una de las poblaciones más vulnerables durante la pandemia de COVID-19 y tratar de mantenerlas saludables y protegidas requiere nuevas maneras de servirles, según Richard Ducatenzeiler, director ejecutivo de la organización sin fines de lucro.

El personal de Franciscan Outreach comenzó a planear cómo servir mejor a sus huéspedes tan pronto surgieron noticias de que el nuevo coronavirus se estaba propagando a lo largo de Estados Unidos. Trabajaron con la ciudad de Chicago y otros asociados para determinar la mejor manera en que ellos podían servir y contener la posible propagación del virus en sus albergues, dos en North Lawndale y uno en Pilsen.

“A medida que comenzaron a llegar lineamientos, comenzamos a darnos cuenta de que realmente no podemos implementar muchas de estas medidas porque las personas justamente están muy cerca unas de otras. Y realmente no podemos aislar a las personas que están exhibiendo cualquier tipo de síntoma”, dijo Ducatenzeiler.

Dentro de los albergues, las camas se configuran de cerca para aprovechar al máximo la capacidad. Eso hace que sea difícil de mantener el distanciamiento social cuando los huéspedes comen, se reúnen con el personal y lavan su ropa.

“Comenzamos a pensar en la manera de canalizar mejor a los individuos si comenzaran a exhibir síntomas o si dieran un resultado positivo en la prueba, a dónde irían después”, mencionó Ducatenzeiler. “Una de las cosas más grandes que descubrimos es que si no hacíamos nada de inmediato para tratar de descomprimir nuestros albergues, se propagaría casi dentro de dos semanas entre todos dentro de nuestro albergue más grande”.

Descomprimir significó trabajar con asociados para encontrar otro lugar donde algunos de sus huéspedes pudieran ser albergados mientras tanto. El 22 y 23 de marzo, Franciscan Outreach mudó a 122 hombres fuera de sus albergues de Harrison y Annex a un edificio de YMCA cercano. Veintitrés huéspedes más de otra organización se mudaron al sitio de YMCA, y Salvation Army está proporcionando todas las comidas allí.

En tiempos normales, solamente uno de los albergues opera las 24 horas al día. En los otros dos, los huéspedes usualmente salen en la mañana y regresan en la noche. Todos los albergues ahora están operando las 24 horas al día y se pide a los huéspedes no salir, si es posible.

Un grupo de ocho voluntarios a tiempo completo de Alemania tuvo que regresar a casa debido al coronavirus y algunos empleados regulares son considerados de alto riesgo por médicos de atención primaria y deben trabajar desde casa.

“El desafío ha sido tratar de tener personal en todos nuestros lugares, operando las 24 horas, tres turnos en cada lugar, por lo menos dos o tres personas, y tratar de coordinar todas las comidas adicionales”, señaló.

Rush University Medical Center, Lawndale Christian Health Center y departamentos de la ciudad están ayudando a la agencia a abordar las necesidades de salud de los huéspedes.

“Sabemos que las cosas probablemente seguirán empeorando en lo que se refiere al número de casos que sigue en aumento. Estamos comenzando a ver más casos entre la población de personas sin hogar ahora. Estamos operando sobre una base de confinamiento esencialmente”, dijo Ducatenzeiler. “Estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo solo tratando de contener la cantidad de exposición para nuestros huéspedes”.

Profesionales médicos han ayudado a la organización a establecer protocolos de detección y proporcionaron equipo médico y cortinas de aislamiento provisionales para cualquiera que esté tosiendo o esperando ser transportado al hospital. Algunos miembros del personal médico también visitan a los albergues para proveer cuidado directo.

Pero hay un número limitado de termómetros y la detección es hecha mayoritariamente por el autoinforme y observando a los huéspedes para ver como están.

Franciscan Outreach también estableció el pago de incentivos para el personal de primera línea para mostrar aprecio por su disponibilidad para ir bajo las circunstancias.

“En general, la moral del personal es buena”, dijo Ducatenzeiler. “Para nuestros huéspedes, yo creo que algunos obviamente están un poco frustrados al no poder salir”.

Si los huéspedes se van, el personal no puede garantizar que habrá espacio para ellos cuando regresen.

“Tratamos de levantarles el ánimo lo más que podemos”, dijo Ducatenzeiler. “Yo sé que algunos simplemente están agradecidos de que sigamos proporcionándoles servicios y albergue bajo estas circunstancias. Algunos dijeron que ellos pensaron que serían completamente abandonados porque el personal tendría miedo de venir y enfermarse. Estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo”.

Ducatenzeiler y el personal de Franciscan Outreach han escuchado de otras agencias de servicios sociales que están cerrando durante este momento debido a preocupaciones de personal, financiamiento y otras razones. Ellos planean permanecer abiertos en el futuro previsible. Él pide que las personas recuerden a aquellos sin hogar en este momento.

“Los individuos que experimentan falta de vivienda ya están olvidados y, muchas veces, no se piensa en ellos”, dijo. “Bajo estas circunstancias todos están un poco bajo autopreservación. Por favor continúen teniéndolos en sus pensamientos y continúen apoyándonos”.

Franciscan Outreach pidió donaciones económicas y donaciones de suministros de limpieza, desinfectantes, ropa y otros artículos. Para donar o saber más, visite franoutreach.org.

 

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