Área de Chicago

Parroquias van más allá de la “inclusión” hacia la pertenencia

Por Michelle Martin (Chicago Catholic)
jueves, agosto 29, 2019

Chris Hebein asiste al padre Joseph Tito, pastor, durante la misa en St. Nicholas en Evanston el 4 de agosto. Foto: Karen Callaway/ Católico

Parroquias en la Arquidiócesis de Chicago están yendo más allá de “incluir” a las personas con discapacidades, y trabajan para encontrar maneras de ayudar a aquellos con discapacidades y a sus familias a encontrar un verdadero sentido de pertenencia.

“Si invitas a alguien a tu casa, y los incluyes en lo que estás haciendo, eso es grandioso”, dijo David Gayes, feligrés de la parroquia St. Nicholas en Evanston. “Porque los incluyes en tu espacio. Pero la iglesia no es solamente tu espacio. ‘Pertenencia’ significa que el espacio pertenece a todos”.

Como parte de ese cambio, la arquidiócesis se ha alejado de observar el “Domingo de inclusión” un día en octubre. La observación de un día se ha convertido en todo un mes en el cual se pide a las parroquias que piensen en lo que realmente significa pertenencia para los feligreses con discapacidades.

Joanne Meyer de That Every Ability May Worship, un programa de Pathways.org, dijo que todo mundo necesita sentir que pertenece a una comunidad. La arquidiócesis está tratando de abordar esa necesidad a través de su iniciativa Renueva mi Iglesia. Team-W está trabajando con parroquias para ayudarlas a identificar y remover barreras que impiden a las personas con una discapacidad tener ese sentido de pertenencia.

Ahora con 33 años de edad, Gayes, que usa una silla de ruedas, ha pertenecido a St. Nicholas desde que tenía 8 años. Él canta en el coro y ha trabajado en asuntos de discapacidad en la parroquia. También es un Bernardin Scholar en Catholic Theological Union, y estudia para un título de postgrado en ministerio intercultural.

“Todas las personas con discapacidades tienen sus dones, y todos queremos compartir nuestros dones. Todos queremos esa oportunidad” dijo Gayes.

El padre John Kartje, rector/presidente de la Universidad de Santa María del Lago/Seminario Mundelein, dijo que la formación de seminario debe ayudar a sus estudiantes a ser sacerdotes que vean a todos como parte del Cuerpo de Cristo.

“No queremos que nadie vea a las personas con discapacidades como una carga especial u ‘otro’ grupo a ser acomodado”, dijo. “Las personas con discapacidades pueden necesitar ciertos acomodos, igual que todo mundo — las familias jóvenes, las personas con niños. Acomodamos todas las diferencias”.

Eso incluye dar la bienvenida a personas con discapacidades a roles de liderazgo parroquial, dijo Kartje, bien sea como ministros litúrgicos o miembros del consejo pastoral.

St. Nicholas tiene rampas para personas con desafíos en la movilidad, un elevador lleva a personas que no pueden subir las escaleras al salón social, y hay un intérprete de lenguaje de señas en la misa de las 9 a.m. todos los domingos. También hay un baño con una mesa de cambio de tamaño adulto.

La feligresa Sheila Habein, miembro del comité que aboga por personas con discapacidades, ha trabajado para hacer que esos acomodos sean una realidad, pero de alguna manera, construir una rampa o añadir un elevador es la parte fácil, mencionó.

“Cambiar actitudes es lo más complejo”, dijo Habein, exdirectora ejecutiva de la Asociación Nacional para el Síndrome de Down. Su hijo Chris, de 47 años, tiene síndrome de Down y ha sido servidor de altar durante 33 años.

“Creo que Chris se ve a sí mismo como una parte integral de esta parroquia”, dijo Habein, señalando que con frecuencia sirve solo, en las misas que otros servidores de altar no quieren hacer. Él lleva la cruz cada año durante la procesión del Viernes Santo y sirve en cada vigilia de Pascua. “Para Chris, servir en la misa es su vocación”.

Tanto Gayes como Habein dijeron que, si las parroquias hacen que sea una prioridad el dar la bienvenida a todas las personas, no como objetos de caridad sino como miembros con sus propios dones para compartir, entonces encontrarán maneras de asegurarse que sus espacios son accesibles.

“Eso requiere una muy buena actitud de escuchar, de comprender qué es lo que las personas con discapacidades están experimentando, cómo se relacionan con Dios”, dijo Gayes.

Para que eso sea una realidad, dijo Habein, las parroquias deben asegurase de ser accesibles antes que las personas que tienen discapacidades aparezcan en la puerta y encuentren su camino bloqueado.

Si alguien en una parroquia dice que ellos no tienen que preocuparse de que sean accesibles a las sillas de ruedas porque no tienen feligreses que usen sillas de ruedas, dijo Habein, ella pregunta, “¿Cómo lo saben?”

Para ayudar a las parroquias y escuelas con iniciativas de accesibilidad, TEAM-W ofrece subvenciones de $1,000 como parte de los TEAM-W Awards y TEAM-W Junior Awards. Para ingresar, adultos o estudiantes entre los 5 y 18 años pueden enviar un video o un ensayo acerca de su proyecto de accesibilidad planeado. La fecha límite para ingresar es el 1 de octubre. Para más información visite team-w.org.

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