Área de Chicago

Los nuevos sacerdotes deben ser líderes siervos, dice el cardenal

Por Michelle Martin (Chicago Catholic)
jueves, mayo 30, 2019

Los nuevos sacerdotes deben ser líderes siervos, dice el cardenal

El cardenal Cupich ordenó a ocho nuevos sacerdotes para la Arquidiócesis de Chicago el 18 de mayo. Los nuevos sacerdotes, dijo, son ordenados para ser líderes siervos del pueblo de Dios.
Los ordenados se postran mientras la congregación ora la Letanía de los Santos. Foto: Denise Duriga/Católico
El cardenal Cupich impone sus manos sobre Patrick Kizza. Los ordenados tienen un rango de edad de 28 a 38 años y provienen del área de Chicago y Michigan, así como también México, Uganda y Vietnam. Foto: Karen Callaway/Católico.
El recién ordenado padre Marco Franco recibe abrazos de felicitación después de su ordenación. Originario de Zapopan, Jalisco, el padre Marco es el único mexicano de los ocho. Foto: Karen Callaway/Católico.
La congregación aplaude mientras los sacerdotes recién ordenados caminan en la procesión final. El cardenal Cupich ordenó a ocho sacerdotes diocesanos el 18 de mayo de 2019 en la catedral del Santo Nombre. Foto: Karen Callaway/Católico.

 

El cardenal Cupich ordenó a ocho nuevos sacerdotes para la Arquidiócesis de Chicago el 18 de mayo. Los nuevos sacerdotes, dijo, son ordenados para ser líderes siervos del pueblo de Dios.

“Hoy, ustedes ocho, están señalando públicamente a través de su ordenación que saben su lugar, y que están listos para tomarlo en la comunidad”, dijo el cardenal Cupich en su homilía, después de recordar la reprimenda de sus propios padres a sus hijos para que “sepan su lugar”.

“Sí, ustedes están tomando un puesto de liderazgo, pero es un liderazgo siervo”, dijo. “No es un asunto de servir al liderar, sino de liderar al servir. Aceptar el lugar de un siervo no viene fácil, como lo vemos cuando se desata una discusión entre los apóstoles acerca de quién es el más grandioso. Requiere una conversión continua que rechaza la tendencia natural de ponerse uno primero y en cambio convertirse en alguien que está más conformado a Cristo”.

Los hombres, todos entre los 28 y 38 años, provienen de la arquidiócesis misma, así como también de México, Uganda y Vietnam. Algunos crecieron sabiendo que querían convertirse en sacerdotes, otros discernieron un llamado a la vocación del sacerdocio después de explorar otros caminos.

La liturgia de la ordenación bilingüe en la Catedral del Santo Nombre incluyó los rituales de prometer obediencia al arzobispo, postrarse delante del altar con toda la congregación cantando la letanía de los santos sobre ellos, la imposición de manos —el momento real de la ordenación— y los sacerdotes nuevos investidos en estolas y casullas. Sus manos fueron ungidas con el santo crisma.

Todos ellos celebraron sus primeras misas ese día más tarde y el 19 de mayo.

El cardenal Cupich dijo a los nuevos sacerdotes que ellos también recuerdan a las personas que sirven que permanezcan enfocados en la realidad de la salvación y la vida eterna.

“Los líderes siervos de la iglesia necesitan dar testimonio de que Dios continúa salvando y llamándonos a una vida santa, no de acuerdo a nuestras obras sino de acuerdo a su propio diseño y la gracia otorgada sobre nosotros en Jesucristo”, dijo.

Los dones conferidos por ordenación ayudarán a los nuevos sacerdotes a servir como líderes siervos, dijo el cardenal Cupich.

“Te tiene que gustar la gente”, dijo. “Eso puede sonar obvio, pero si no te gustan las personas, si no te gusta estar con ellas, no vas a ser feliz como sacerdote. Sean conscientes de que un regalo especial que se ha dado a ustedes hoy es el de mejorar su deseo ya presente de estar con el pueblo, ver sus encuentros con aquellos a los que sirven no como una carga, sino como una bendición”.

El recién ordenado padre Marco Antonio Franco, de 28 años, es el único latino de esta promoción. Él dijo que él también fue atraído al sacerdocio por el ejemplo de su pastor en Zapopan, México, y comenzó sus estudios de seminario a la edad de 12 años.

“Me gusta decir que mi vocación y yo somos gemelos”, mencionó Franco. “Nacimos juntos”.

Él tomó un tiempo lejos del seminario cuando el segundo de sus hermanos mayores falleció en un accidente de auto, quedándose en casa y asistiendo a la universidad en su ciudad de origen. Cuando estaba listo para regresar al seminario, vino a Chicago, sabiendo que aquí había necesidad de sacerdotes.

Sus padres y dos hermanos se encontraron entre los 20 familiares que viajaron a Chicago para su ordenación.

Él continuará su ministerio en la parroquia Good Shepherd en La Villita, donde sirvió como diácono y ya ha bautizado a 80 bebes. Él también espera escuchar confesiones, de manera que pueda traer a otros la misma misericordia que él ha recibido.

“Cuando estaba dejando México, un sacerdote me dijo que no viniera, que la gente aquí no va a la iglesia”, señaló Franco. “Pero la iglesia aún es muy importante para la gente de aquí”.

La misa de ordenación completa puede ser vista en youtu.be/Bxzeaj-grEY.

 

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