Área de Chicago

Ministerio de la Cruz promueve tiempo de oración familiar

Por Joyce Duriga (Chicago Catholic)
miércoles, noviembre 28, 2018

Sergio Robles hace cruces en Hoffman Furniture Restoration, en Chicago, donde él trabaja, el 8 de octubre. Foto: Karen Callaway/Católico

Durante los últimos seis años, la parroquia y escuela San Nicolás de Tolentino ha creado momentos especiales de oración para las familias alrededor del rosario y la cruz.

Cada octubre por el mes del rosario, las clases de la escuela y del programa de educación religiosa reciben cruces de madera talladas a mano hechas de bancos de la iglesia viejos junto con un rosario. Cada semana un estudiante en cada clase lleva la cruz y el rosario a casa prometiendo rezar el rosario junto con su familia.

Ellos regresan la cruz y otro estudiante se la lleva a casa por una semana. Si las clases tienen un gran número de estudiantes recibirán dos cruces de tal manera que cada estudiante tenga un turno para llevarla a casa y rezar.

Esta tradición comenzó cuando el feligrés Sergio Robles, y su esposa Edith, la directora de educación religiosa de la parroquia, estaban tratando de encontrar maneras de enseñar a los niños a rezar.

Sergio, quien es un carpintero profesional, tuvo la idea de hacer las cruces para las familias para motivarlas a rezar el rosario. Poco después que comenzó, la parroquia removió algunos bancos de la iglesia para hacer espacio para un santuario para su patrón, San Nicolás, y Sergio ha estado usando esa madera para las cruces.

“Seguíamos pensando en maneras en que nosotros podemos enseñarles. Con este ministerio ellos aprenden cómo hacer el rosario juntos como familia”, señaló Sergio Robles.

Cada familia también recibe información acerca del rosario y cómo rezarlo, tanto en inglés como en español, cuando el estudiante se lleva la cruz a casa. Hay un ritual involucrado en los salones, dijo Edith Robles. Los maestros y catequistas tienen servicios de oración breves cada semana para recibir y luego enviar las cruces.

Este año hay 440 estudiantes en la escuela y 480 estudiantes en educación religiosa.

Las cruces son bendecidas y distribuidas durante una misa especial para familias de la escuela y educación religiosa en octubre. La misa de este año tomó lugar el 14 de octubre.

“Las familias esperan con emoción y atesoran la oportunidad de tener la cruz en casa”, señaló Edith.

Crea tal impacto que algunas familias piden quedarse con las cruces.

“Las mamás dirán ‘nunca podía hacer que mis hijos oren y ahora ellos quieren orar’”, dijo Edith. “Es simplemente una alegría”.

A Sergio, quien también es candidato a diácono para la arquidiócesis, no le importa tener que hacer más cruces cada año.

Las familias también son animadas a invitar a amigos y familiares durante la semana para acompañarlos en oración. Para aquellos que sienten que no pueden rezar un rosario completo, se les anima a rezar por lo menos una década cada día.

Con frecuencia en las parroquias, los estudiantes de la escuela y educación religiosa no interactúan mucho, pero Edith dijo que ella y la directora Mariagnes Menden han hecho un esfuerzo por unir a los niños tanto como una comunidad como alrededor del ministerio de la cruz.

La hija de Annette Gutiérrez, Sophia Sierra, es una estudiante de segundo grado en la escuela y llevó la cruz a casa después de la misa del 14 de octubre. 

“Somos una familia muy unida así que los primeros días mi esposo, mi hija y yo rezamos el rosario en casa”, dijo. “Luego incluimos a los miembros de la familia. Todos vivimos a unas cuadras unos de otros”.

Gutiérrez dijo que en realidad su familia no era muy cercana a su fe pero que ha aumentado poco a poco desde que su hija Sophia Sierra comenzó en la escuela San Nicolás de Tolentino. Le importa mucho a Gutiérrez haberla mantenido allí incluso después de mudarse fuera del vecindario.

“Realmente nos acerca a nuestra religión y trae paz”, dijo. “La comunidad es verdaderamente unida”.

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