Más de 5,000 personas de Illinois, Wisconsin, Indiana y otros estados del Medio Oeste se reunieron el 14 de enero en la Plaza Federal en el centro de Chicago para la Marcha anual por la Vida de Chicago conmemorando el 45 aniversario de la decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos legalizando el aborto.

Los participantes llevaron avisos con mensajes en pro de la vida y globos durante la concentración y marcha a través de las calles del centro de la ciudad. La línea de tambores de la Escuela Secundaria Católica Carmel en Mundelein tocó en la marcha.

Chris Murrens de Libertyville llevó a sus dos hijos adolescentes a la marcha y dijo que ver a los hombres jóvenes y jóvenes adultos que asistieron fue “alentador” e “inspirador”.

“El Padre celestial está sonriendo. Nuestra Señora está sonriendo. Es un día grandioso”, dijo.

Murrens trajo a sus dos hijos adolescentes y sintió que era importante exponerlos al evento y mensaje.

“Quiero que vean lo importante que esto es y que ellos sean parte de esta generación que está cambiando las cosas para ser más pro-vida”, dijo Murrens. “Ellos están pasando un tiempo maravilloso y recibiendo el mensaje, todo al mismo tiempo”.

La gente joven, especialmente los adolescentes, son impresionables y están abiertos a cosas nuevas así que ese es un momento crucial para compartir las enseñanzas de la iglesia que la vida es sagrada desde el vientre hasta la muerte natural, señaló la madre de tres hijos. 

“Aquí es cuando ven mucho de lo que está sucediendo en el mundo. Este es el momento cuando realmente puedes agarrar sus corazones y hacer la diferencia para el resto de sus vidas”, comentó.

El cardenal Cupich, uno de los varios oradores que abordó a los presentes reunidos antes de la marcha, aplaudió el testimonio de gente joven y, refiriéndose a la reciente fiesta de Epifanía, los llamó “los nuevos Reyes Magos".  

“Ustedes nos dan confianza que la energía para proteger al niño en el vientre no se ha debilitado a lo largo de estos 45 años, sino que es tan joven, fuerte y vibrante como son ustedes”, dijo el cardenal. “Ustedes son los nuevos Reyes Magos de nuestro tiempo, que nos enseñan a todos a mantener nuestras cabezas en alto, y en medio de la oscuridad de la noche en algunos momentos, sentir en el corazón que Dios todavía está en el cielo, guiándonos como la estrella de Belén y manteniendo nuestros sueños vivos”.

Citando al Papa Francisco, el cardenal Cupich dijo que los niños hacen a la sociedad “soñar más allá de nosotros mismos”.

“Acabar con la vida humana, especialmente la vida del niño en el vientre, no solo tiene un impacto en ese ser humano sino que hiere profundamente a toda la humanidad, nos roba nuestra habilidad de soñar y ver la vida como algo mucho más grande que nuestras propias preocupaciones, desafíos y luchas”, señaló.  “¿Es de extrañar que estamos tan divididos como nación cuando estamos tan enfocados solamente en nosotros mismos, cuando ya no podemos soñar y ver todo lo que Dios está haciendo más allá de nosotros mismos?”

La decisión de 1973 de Roe v Wade robó a la nación de sus niños y sus sueños, dijo.

“Ahora con la reciente ley aprobada por nuestra legislatura y firmada por nuestro gobernador, más vidas y sueños serán robados mientras los ingresos de familias serán usados forzosamente para pagar abortos”, dijo el cardenal Cupich refiriéndose a HB40, legislación que el gobernador Bruce Rauner firmó como ley en 2017 que provee cobertura del seguro de salud estatal y Medicaid para abortos. “¿No podemos usar mejor los dólares de nuestros impuestos para apoyar el cuidado de la salud para las familias esperando hijos, y cuidado infantil y asistencia a los padres cuando sus niños vienen al mundo? ¿No podemos usar mejor nuestros dólares de impuestos para mantener vivos a nuestros niños y nuestros sueños como nación?

Otros oradores en la concentración incluyeron a los congresistas de Illinois Dan Lipinski y Peter Roskum y la ex directora de Planned Parenthood Ramona Trevino. 

Más temprano en el día, el cardenal Cupich celebró la Misa por la Vida de la Arquidiócesis en la Catedral del Santo Nombre, que fue asistida por una multitud donde solo quedó espacio para estar de pie. Durante la misa, jóvenes trajeron rosas blancas al altar, conmemorando las vidas perdidas por el aborto y los homicidios en Chicago el año pasado. Algunos de los asistentes a la misa y la concentración también viajarán a Washington, D.C., para la Marcha Nacional por la Vida el 19 de enero.