Padre Claudio Díaz Jr.

Que se extienda la paz de Cristo

viernes, julio 1, 2022

Jesús, en su amor al mundo y en su deseo de que todos se salvaran, quiso que su mensaje de paz fuese más allá de la pequeña provincia de Palestina. Con urgencia llama, no sólo a los doce apóstoles sino a setenta y dos discípulos, a llevar la Buena Nueva. Como misioneros los envía al mundo. El mensaje de Dios se hizo disponible con el esfuerzo de estos primeros evangelizadores. Fueron enviados a todo tipo de peligros, sacrificios y desafíos para simplemente proclamar “paz”. La paz que el mundo no puede dar y que Dios quiere para sus hijos.  La palabra clave en hebreo es “shalom”, concepto que no se queda en lo superficial sino que toca la profundidad del individuo desde la concientización de Dios hasta la fibra más íntima de nuestro corazón.

La paz, la paz de Cristo, es profunda y te lleva a mantener un sentido de equilibrio incluso en medio del caos. La verdadera paz no nos conduce a ser víctimas de violencia o sufrimientos innecesarios. No nos lleva a resignarnos a abusos de ningún tipo. La verdadera paz, en el nombre de Dios nos lleva al cambio. Y ese cambio comienza con nosotros mismos. 

Sin embargo, los evangelios nos confrontan con la realidad de que “la mies es mucha y los obreros pocos”. Así fue durante el tiempo de Jesús y lo sigue siendo en nuestro tiempo. Necesitamos trabajadores, misioneros y evangelizadores. No solamente en el ámbito tradicional de ir “hacia afuera”, “hacia otros mundos”, sino en nuestras comunidades, en nuestra parroquia, en nuestros trabajos, familias, escuelas y realidades inmediatas… Tú puedes ser evangelizador y llevar ese sentido profundo de paz a tu trabajo mostrándole el rostro de Dios a aquellos que te rodean. Es llevar ese mensaje a tus hijos, a tu esposo, a la familia extendida, a los colegas y a los amigos. También estamos llamados a ser misioneros con nuestros talentos aquí en la parroquia, siendo catequistas, miembros de los varios coros que poseemos, apoyando como ujier o formándonos como ministros de la Eucaristía o lectores, colaborando con el ministerio de despensa de alimentos o como padrinos en el proceso de RICA, o Rito de Iniciación Cristiana para Adultos.

Debemos continuar llevando el mensaje de paz a través de nuestra fe y adhesión a Cristo, de vivir nuestro catolicismo activamente, informados y con intencionalidad para la gloria de Dios Padre y la salvación de sus hijos. ¡Seamos evangelizadores! Llevemos la paz de Cristo a toda frontera, comenzando con la frontera de nuestra cotidiana realidad.

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