Monseñor Michael Boland

Casi un siglo de llevar la esperanza y la luz de Cristo

jueves, marzo 31, 2016

Alo largo de este Jubileo de la Misericordia, el papa Francisco ha animado a todos los fieles a compartir la poderosa misericordia de Dios con nuestros hermanos y hermanas necesitados, dedicándonos a obras corporales y espirituales de misericordia. Durante todo su ministerio petrino, el Santo Padre nos ha recordado constantemente que la misión evangélica de la Iglesia de amar y servir al pobre se vive a través de la acción colectiva de cada uno de nosotros.

Veo que esta verdad se revela cada día en Caridades Católicas. Aun cuando Caridades Católicas es la rama oficial de servicio social de la Iglesia dentro de la Arquidiócesis de Chicago, nuestras obras de misericordia son posibles únicamente por la acción colectiva que realizan los feligreses en toda la Arquidiócesis.

Cuando Caridades Católicas fue fundada hace casi 100 años, el propósito original de la organización era ayudar a las parroquias y a los grupos comunitarios católicos de asistencia a atender las grandes necesidades provocadas por la epidemia de influenza y demás problemas sociales de la época. El otro día, mientras revisaba algunos antiguos documentos, me encontré con esta cita del cardenal Mundelein durante su intervención ante la Junta de Asesores de Caridades Católicas en su primera reunión anual en el año de 1919:

“Durante los últimos doce meses, 50,000 personas en esta ciudad y la diócesis han contribuido con su tiempo y sus servicios para que pudiéramos realizar eficientemente estas obras de misericordia, para permitirnos alimentar a los hambrientos, atender a los enfermos, proteger a los huérfanos, albergar a las personas sin techo y ayudar a los pobres en nuestro entorno. Hemos aprendido la lección que dice ‘La unión hace la fuerza’, y así, mediante la combinación de nuestros esfuerzos en una extensa organización en toda la ciudad, hemos sido capaces de hacer que el regalo individual de cada uno de nosotros tuviera un efecto mucho más amplio de lo que hubiese sido posible sin tal unidad”.

El cardenal Mundelein pronunció esas proféticas palabras hace casi 100 años, y hoy en día son aún más ciertas —la unión HACE la fuerza. Las colaboraciones de Caridades Católicas con las parroquias se extienden y fortalecen de manera efectiva la red de seguridad para las personas pobres y vulnerables en los condados de Cook y Lake. Durante casi un siglo, hemos trabajado juntos para llevar la esperanza y la luz de Cristo a los que tienen grandes necesidades.

Los ministerios sociales que existen dentro de nuestras parroquias son verdaderamente notables, y Caridades Católicas tiene la bendición de poder participar en estos esfuerzos. Los colaboradores parroquiales de Caridades Católicas realizan colectas de alimentos, ropa, pañales, artículos escolares y juguetes; “adoptan” varios programas como nuestros albergues familiares, los servicios a refugiados y programas para veteranos; dedican apoyo financiero para servicios específicos como el que prestan los New Hope Apartments (Apartamentos Nueva Esperanza) o el programa Domestic Violence Outreach (Auxilio para Casos de Violencia Doméstica); proporcionan terrenos sin utilizar para el programa de vivienda para adultos mayores y para personas con necesidades especiales y donan de manera devota a nuestra colecta anual del Día de la Madre. Las parroquias son anfitrionas de las Ferias de la Salud y de las Cenas de Caridades Católicas, proporcionan espacio para grupos de apoyo y orientación, trabajan con nosotros para establecer y operar alacenas comunitarias y proveer miles de dedicados voluntarios a una multitud de programas de Caridades Católicas. Muchos de estos maravillosos voluntarios participan en nuestras juntas consultivas.

Hace unos diez años Caridades Católicas formalizó la relación que tenemos con las parroquias a través de la creación del Comité de Vinculación Parroquial de la Junta de Asesores, que reúne a representantes de las parroquias de la Arquidiócesis. Además, cada oficina regional de Caridades Católicas también tiene un Comité de Vinculación Parroquial compuesto por sacerdotes, diáconos, y ministros laicos de las parroquias locales dentro de cada una de las siete regiones suburbanas y de la ciudad. En estas reuniones regionales de vinculación parroquial, los representantes aprenden acerca de los programas y servicios de Caridades Católicas, intercambian ideas y prácticas recomendadas y hablan de las necesidades específicas de la parroquia y de la comunidad.

Aun cuando es cierto que las colaboraciones parroquiales de Caridades Católicas están ahora más formalizadas de lo que estaban hace un siglo, el objetivo sigue siendo el mismo: trabajar juntos en nuestra misión compartida para servir a los necesitados. Durante este Jubileo de la Misericordia, vamos a redoblar nuestros esfuerzos colectivos para llevar la misericordia de Dios a los más pequeños entre nosotros. Porque sabemos que ¡la unión hace la fuerza!

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