Estados Unidos

Un obispo de origen mexicano estará al frente de los obispos de Estados Unidos. La reforma de inmigración es una de sus prioridades

Por Chaz Muth (CNS)
lunes, noviembre 25, 2019

Arzobispo José H. Gómez. Foto: Bob Roller/CNS

BALTIMORE (CNS) -- No sorprende a cualquiera que ha seguido al arzobispo de Los Ángeles José H. Gómez, que la reforma de inmigración esté al frente de su lista de prioridades como presidente recién electo de la Conferencia de Obispos Católicos de EE.UU.

"Es algo en lo que he estado trabajando por casi 25 a 30 años", dijo el arzobispo Gómez a Catholic News Service (CNS) durante la reunión general de otoño de los obispos de Estados Unidos del 11 al 13 de noviembre en Baltimore.

El 12 de noviembre, el cuerpo de los obispos lo eligió como su líder por un periodo de tres años y es el primer latino en asumir la presidencia de la USCCB. El arzobispo Gómez ha servido como vicepresidente de la conferencia desde 2016. Sucede en la presidencia al cardenal Daniel N. DiNardo de Galveston-Houston. Su gestión empezó al concluir la reunión.

Para el pastor de 67 años de la arquidiócesis más grande de EE.UU., la enseñanza católica es la que impulsa la defensa de los derechos de los migrantes, fundamentada en los principios bíblicos de acoger al extranjero y defender la dignidad de los inmigrantes y refugiados como hijos de Dios.

Este tema también es muy personal para el arzobispo Gómez, quien nació en Monterrey, México, y eventualmente migró a EE.UU., donde ha servido como obispo auxiliar en la Arquidiócesis de Denver, arzobispo en San Antonio y últimamente como arzobispo en Los Ángeles.

"Es realmente parte de mi vida", dijo. "Tengo familiares y amigos ... en ambos lados de la frontera. Así que creo que es importante para nosotros comprender que todos somos hijos de Dios. Si trabajamos juntos, podemos encontrar una solución para esta realidad y elaborar un claro, simple y buen sistema de inmigración que pueda suplir las necesidades de las personas de ambos lados".

El arzobispo Gómez dijo que continuará conversando con el presidente Donald Trump, cuya administración ha sido criticada por los defensores católicos por su política de separar familias en la frontera, sus restricciones a los inmigrantes que buscan asilo y una propuesta para reducir más el número de refugiados que son aceptados en Estados Unidos.

La Iglesia Católica sí defiende el derecho de una nación a asegurar sus fronteras, pero la mayoría de los migrantes del mundo están dejando su tierra natal para escapar de la guerra, la violencia y la extrema pobreza, dijo.