Estados Unidos

Plato de Arroz es un programa de fe en acción

Por Redacción Chicago Católico
lunes, febrero 29, 2016

“En esta Cuaresma, nosotros dejamos de comer chocolate o de tomarnos una soda, algo entregamos” dice Luis Beteta de Catholic Relief Services (CRS). “Lo que hubieras gastado en tu chocolate ese día, ponlo en la cajita de Plato de Arroz. Y ese sacrificio que has hecho se convertirá en un plato de comida para varios niños en otras partes del mundo. Esta Cuaresma es la oportunidad para poder llegar a aquel que lo necesita.”

Beteta se refiere a las cajitas de cartón que se entregan cada año en las parroquias para que la gente se las lleve a su casa, a manera de alcancía, y deposite algo para repartirlo en otras partes del mundo. Beteta, quien es encargado de comunicaciones de CRS, expresó lo anterior en conversación con Al Castillo para el programa de radio Una comunidad católica de fe.

Plato de Arroz es el programa con el que CRS, una iniciativa de los Obispos de Estados Unidos, busca poner en acción los valores de la Cuaresma al ayudar a personas en necesidad más allá de nuestras fronteras. En 2014, el hoy finado Cardenal Francis George lo explicó con estas palabras: “Es el programa de fe en acción para la Cuaresma que invita a los católicos a vivir en solidaridad con nuestros hermanos y hermanas más pobres y vulnerables de todo el mundo a través de los tres pilares de la Cuaresma: oración, ayuno y limosna.”

Del dinero que usted deposita en las pequeñas cajas de cartón de Plato de Arroz, 75% va a ayudar a proyectos de alivio y de desarrollo en otras partes del mundo y 25% se queda a financiar proyectos en su diócesis.

Beteta explica la función de CRS de esta manera: “Vimos en el Evangelio que la Iglesia es como un cuerpo. Imaginemos que para servir al mundo, la Iglesia en Estados Unidos, tiene los dos brazos. Dentro de Estados Unidos, Caridades Católicas va a proveer los servicios. Pero CRS es ese otro brazo que se extiende al hermano necesitado en el mundo.”

Explicó también que CRS surgió después de la II Guerra Mundial y que este organismo está presente en más de 103 países, con más de cinco mil empleados, “Respondemos a problemas de causa natural como terremotos e inundaciones, pero también desastres causados por el hombre, como la violencia” dijo.

Nicole Leitzelar conoce los estragos de la pobreza en el campo, en su natal Honduras. Ella ha visto que la situación que orilla a los adultos a emigrar también empuja a los niños a dejar la escuela.

Desde que empezó a trabajar para CRS como coordinadora de Recursos Humanos, Leitzelar ha ayudado a establecer programas como “Alimentos para la educación”.

“Nuestra área más grande e importante es la educación” dijo Leitzelar en el citado programa radiofónico. “Trabajamos y beneficiamos a miles de niños en comunidades que tienen mucha necesidad como la Esperanza en Intibucá, que es uno de los departamentos más pobres.”

Leitzelar agregó que el proyecto está comenzando su segunda fase. “Sus componentes principales son dar alimentación escolar a los niños” dijo, “y mejorar la infraestructura de las escuelas. Es importante saber que esta comida que reciben gracias a nuestro proyecto, es quizá la única que reciben en todo el día. Es para nosotros una satisfacción que este proyecto sea tan exitoso.”

Respecto a la mejora de infraestructuras, Leitzelar dijo que, entre otras cosas, buscan construir en las escuelas mejores sistemas sanitarios. “Porque allá quizás hay dos letrinas que sirven para 130 niños, por ejemplo” dijo. “Entonces este proyecto se encarga de darles aulas, comedores infantiles, porque no tienen cocina, no tienen acceso al agua.”

Durante su estadía en Chicago, Leitzelar habló en varias parroquias. Fuimos una noche de febrero a la parroquia de San Procopio, en Pilsen, donde en la rectoría mostró una serie de fotos a los asistentes.

En ellas se veían camionetas con niños que iban rumbo a la escuela.

“Los niños tienen que caminar grandes distancias, tres, cuatro horas para poder llegar a la escuela” dijo Leitzelar. “El proyecto también tiene un componente en el que les damos el transporte escolar y esto beneficia a los niños.”

Al ofrecer alimentos a los alumnos y transporte para que puedan llegar a la escuela, así como al construir letrinas y otros servicios necesarios, este proyecto de CRS combate el ausentismo y la deserción escolar. “Estamos muy orgullosos de nuestra intervención en el área de la educación” dijo Leitzelar.

“Es difícil creer que un niño tenga que caminar cuatro horas para ir a la escuela” agregó Leitzelar. “Levantarse a las tres de la madrugada, salir en un clima que es helado por la mañana y súper caliente al regresar, que les causa muchas enfermedades.”

Leitzelar comentó que el proyecto une lazos entre la comunidad al involucrar a los padres de familia. “Es importante el aporte que da la comunidad a nuestros proyectos” dijo, “en especial al de alimentos para la educación, en el cual los padres son los encargados de llevar los materiales de construcción a las escuelas. Entonces ellos bajan tres horas a cargar ladrillos, suben con ese paquete de ladrillos, y vuelven a bajar. Así están todo el día, invirtiendo una cantidad de tiempo increíble para que nosotros podamos llevar a cabo el proyecto dentro de la escuela. Esas cosas para ellos han sido muy significativas.”

La educación no es la única área de trabajo de CRS en Honduras. La agencia tiene intervención en otras áreas básicas para el desarrollo del país, como explicó Leitzelar. “Comenzando con agricultura, enseñamos a los pequeños productores cómo sacar todo el potencial de sus tierras y cómo utilizar el agua de la lluvia. Esto es muy importante porque mucha de nuestra población depende de la agricultura para sobrevivir, es un área muy fuerte de nuestro programa”.

En este sentido, dijo que tienen proyectos específicos como Global Water Iniciative, que se encarga del agua; el proyecto Prosuelos, en el cual trabajan con los suelos, y uno llamado Blue Harvest en el cual trabajan con productores de café.

“En agua y saneamiento tenemos intervenciones en muchos municipios donde estas personas no tienen acceso a agua” agregó Leitzelar. “Entonces desarrollamos sistemas de agua potable junto con la comunidad. Y también desarrollamos las capacidades de las comunidades para la utilización del agua de manera correcta. Es un cambio completo de estilo de vida, porque la salud es primero.”

“Tenemos una intervención que ahora es una prioridad para la región: trabajar con juventud en riesgo” continuó. “Estamos capacitando a los jóvenes, con competencias laborales, competencias para la vida, para que puedan ser incorporados al mundo laboral dentro del país. Que ellos sientan que pueden aportar dentro de su propio país.”

Otro aspecto de la labor de CRS en Honduras es su programa de respuesta a casos de emergencia. “Somos un país que padece de sequía o huracanes” dijo Leitzelar. “También desarrollamos capacidades en esas poblaciones que son afectadas por esas emergencias para que puedan sobrellevarlas y estar preparadas para futuras emergencias.”

En sus diferentes exposiciones y seminarios, Leitzelar enfatizó que el trabajo que hace CRS en Honduras ha cambiado muchas vidas. CRS tiene proyectos como este en varias partes del mundo. “Ustedes ayudan, CRS es simplemente el canal para que su ayuda llegue a la gente.” Dijo Luis Beteta. Efectivamente, esta Cuaresma no se limite a privarse de un simple chocolate o cualquier golosina, recuerde que ese aporte puede significar la comida del día de un niño en otras partes del mundo. Visite la página web: www.crsricebowl.org/es/

Allí puede descargar la aplicación, encontrar reflexiones para la Cuaresma, materiales de consulta y formas de donar.