Estados Unidos

Declaración del cardenal Cupich sobre la rescisión de DACA

Por Cardenal Blase Cupich
martes, septiembre 5, 2017

El fiscal general de Estados Unidos Jeff Sessions anunció el 5 de septiembre que el programa DACA “está siendo rescindido” por el Presidente Donald Trump, dejando a unos 800,000 jóvenes, traídos ilegalmente a los Estados Unidos como menores, en peligro de deportación y de perder permisos que les permiten trabajar. Foto: Kevin Lamarque, Reuters/CNS.

Hoy el presidente Trump puso fin al programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés) y a los sueños de cerca de un millón de jóvenes cubiertos por la orden ejecutiva y de aquellos solicitando inclusión. En el pasado, el presidente señaló que la historia del Soñador “es acerca del corazón”, sin embargo la decisión de hoy no es nada menos que cruel. Los Soñadores (Dreamers) son ahora dejados en un limbo de seis meses, durante el cual se supone que el Congreso pase una reforma migratoria integral, una hazaña que no ha sido capaz de alcanzar durante una década. De hecho, esta incapacidad para ponerse de acuerdo sobre un sistema de inmigración justo llevó al presidente Obama a firmar la orden ejecutiva protegiendo a los niños menores de edad traídos a este país por sus padres.

Como las consideraciones del “corazón” parecieron ser insuficientes para mantener la protección en su lugar, el Congreso ahora debe actuar decisiva y rápidamente. Un primer paso inmediato es que nuestros líderes pasen una legislación que proteja a aquellos que previamente estaban cubiertos por el programa DACA, mientras se ocupan de la largamente atrasada reforma integral de nuestro sistema de inmigración. Ellos deben ser guiados por la compasión y el respeto por la dignidad humana, y considerar honestamente la evidencia sustancial de que deportar a estos jóvenes americanos haría un gran daño económico a los estados donde residen.

Con los obispos en este país, permanecemos comprometidos a mantener la dignidad de todas las personas y el derecho fundamental de todos a vivir libres de miedo en la nación fundada en esa promesa.