Kathleen Donahue

Es el momento de seguir enfocados en nuestra tradición de cien años

martes, octubre 1, 2019

Es un gran honor comunicarme con ustedes en este espacio que mi querido amigo, exjefe y mentor de confianza, Monseñor Mike Boland, ha ocupado durante tantos años.  Como casi todo lo que Monseñor Boland hizo mientras era presidente, administrador y director ejecutivo de Caridades Católicas, esta columna fue creada para el bien de los más vulnerables en nuestra comunidad.  Comenzó la Voz de las Caridades Católicas en 1995 como una forma de ayudar a los lectores a comprender los muchos desafíos de la pobreza y cómo podemos trabajar juntos para cumplir la misión del Evangelio de ayudar a nuestro prójimo.  Ahora, la columna, como muchas de las contribuciones de Monseñor, continuará como parte de su legado a Caridades Católicas y a todos aquellos a quienes servimos.

Mientras se realiza una búsqueda nacional de un nuevo líder, tengo el privilegio de servir como presidenta interina, administradora y directora ejecutiva de Caridades Católicas. Este puesto es realmente un honor para mí personalmente porque Caridades Católicas ha sido parte de mi vida desde que tengo memoria.  Al crecer, mi hermano recibió servicios aquí, mi familia era voluntaria aquí y obtuve mi primer trabajo aquí; se suponía que era un proyecto de tiempo limitado, ¡pero nunca quise irme! Estar involucrada con Caridades Católicas inspiró mi elección de carrera como trabajadora social clínica licenciada y ha impactado profundamente mi vida.  Sin duda, Caridades Católicas es un lugar muy especial. Puedes sentir a Dios trabajando aquí.

Es difícil creer que he estado con la agencia por 40 años.  He servido en una variedad de capacidades desde servicios directos hasta posiciones directivas, más recientemente como vicepresidente principal de desarrollo y evaluación de programas. Me siento bendecida de haber trabajado junto a Monseñor Boland durante 30 de esos 40 años.  No podría haber pedido un mejor mentor o amigo que me mostrara el camino. 

Aunque es hora de que Monseñor haga la transición a la siguiente fase de su ministerio sacerdotal, lo hace habiendo hábilmente preparado a Caridades Católicas para asumir nuestro segundo siglo de servicio a la comunidad. Sus habilidades de organización han dejado su huella permanente en Caridades Católicas, brindándonos un equipo de liderazgo sólido, una junta de asesores dedicada y talentosa, y una sólida infraestructura de gerencia.  Monseñor guió hábilmente a la agencia a través de tiempos económicos difíciles, al mismo tiempo que amplió nuestros servicios y se aseguró de que Caridades Católicas esté presente para las personas y en los lugares que más nos necesitan.

Pero, aunque Monseñor compartió sus muchos talentos profesionales en sus años como líder de Caridades Católicas, su mayor legado es quizás la forma muy simple en que ha sido un ejemplo diario del servicio humilde de Jesús a los más necesitados.  Cada decisión que ha tomado, sin importar las presiones externas que haya tenido que soportar, han sido basadas en la misión fundamental del Evangelio de amar a Dios y a nuestro prójimo apasionadamente. 

Monseñor Boland ha sido un gran maestro, para mí, para mis colegas y para los miembros de nuestra junta, voluntarios y donantes.  Ahora es el momento de asumir el cargo, permanecer enfocados en nuestra tradición de 100 años y sembrar las semillas de la esperanza y ayudarlas a florecer para siempre en esta notable agencia donde Dios hace milagros todos los días. 

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