Área de Chicago

La Sra. Guadalupe Jiménez fue un apoyo constante a nuestro periódico y a la comunidad hispana

Por Redacción Católico
lunes, marzo 7, 2022

La Sra. Lupe Jiménez, en foto cedida por su familia

Con mucha tristeza nos enteramos del fallecimiento de la Señora Guadalupe Jiménez, el 7 de febrero a la edad de 64 años.

Guadalupe Jiménez fue cofundadora de Carnicerías Jiménez en Chicago, un negocio que ha apoyado a este periódico desde nuestros inicios, por lo que queremos expresar a la familia nuestras condolencias, así como nuestra gratitud por su firme solidaridad a través de los años.

Doña Lupe fue una inteligente mujer de negocios, pero también una profunda devota de la fe católica. Por medio del trabajo duro, ella y su esposo, José Jiménez, levantaron el negocio que hoy cuenta con varias sucursales en el área de Chicago.

Sus padres Socorro y Efraín Bedolla la trajeron al mundo el 16 de marzo de 1957 en Chicago. Desde muy joven trabajó mucho, haciendo malabares para compaginar escuela, trabajo y su relación con su novio. En 1975, doña Lupe se graduó de la secundaria y se casó con el amor de su vida, José Jiménez. Ese mismo año, ella con 18 y él con 23 años, abrieron su primer negocio, Frutería Jiménez. Así, en equipo, siguieron trabajando para abrir su siguiente locación, Carnicerías Jiménez, el 8 de agosto de 1976. Tres días después dieron la bienvenida a su primer bebé, su hija Luz Maribel. Al año siguiente ya habían abierto su tercera tienda, en 4204 W. North Ave, donde todavía permanece.

Con el tiempo, doña Lupe y su esposo iban a abrir numerosas locaciones y a ganar muchos reconocimientos nacionales y locales con su participación como empresarios y como ciudadanos.

Desde sus modestos comienzos, doña Lupe y su esposo levantaron una empresa de comestibles que empezó con ellos dos solos y llegó a tener más de 400 empleados, entre ellos muchos que llegarían a convertirse en pioneros en la comunidad inmigrante mexicana.

Once años después de dar la bienvenida a su primer bebé, doña Lupe y su esposo le dieron la bienvenida a su hijo, José III en 1987 y a su hija Lupita, en 1989. 

Como devota católica romana vivió su vida al servicio de los demás y fue un pilar significativo de la Arquidiócesis de Chicago. Fue mentora de muchos empresarios locales y de manera callada patrocinó organizaciones a lo largo de la ciudad, del país y en el extranjero, en el nombre de Dios Nuestro Señor.

Como nunca pudo jubilarse, doña Lupe mantuvo hasta su muerte un rol activo en el negocio, que ahora estará a cargo de su esposo y sus tres hijos. 

A doña Lupe le sobreviven su esposo, don José Jiménez; sus hijos, Luz Maribel, Jose III y Lupita; sus nietos, Victorito, José Alejandro, Adriana Sophia, Camila Itzel; sus hermanos Patricio, Mario, Pepe, Octavio, Andrés; y su madre Socorro Bedolla.

A menudo se decía que José y Lupe estaban cortados de la misma tela, pues compartían la misma devoción y fe en Dios, así como su responsabilidad hacia la familia y los amigos. Sus dotes de empresaria práctica eran equilibradas por sus modos encantadores, su gran amor por la gente y su enorme corazón. ¡Descanse en paz!

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