Durante mis muchos años supervisando las relaciones con los voluntarios de Caridades Católicas, he tenido el privilegio de presenciar cómo cobran vida las enseñanzas bíblicas y de la Iglesia. Así como el personal, los voluntarios y aquellos que buscan ayuda interactúan entre sí, veo de primera mano los milagros cotidianos que suceden cuando se muestra misericordia, se siente amor, se forman relaciones y se crea y fortalece la comunidad. Ambas vidas se transforman a través de estas interacciones porque cada uno de nosotros tiene algo que dar y algo que recibir. Los voluntarios a menudo se sorprenden de que sean ellos los que se sientan “nutridos” por su servicio. La Iglesia llama a este impulso de servirnos unos a otros el “Llamado a la comunidad y la participación”. Los seres humanos no están destinados a vivir solos, sino que se sienten más satisfechos estando en comunidad unos con otros y con Dios, y estamos llamados a participar activamente en esa comunidad; para ayudar a convertirla en un lugar amoroso y afectuoso donde todos experimentan un sentido de propósito y pertenencia. Esa es una de las muchas razones por las que este último año ha sido tan desafiante, ya que nos hemos visto obligados a hacer exactamente lo contrario: mantenernos socialmente distanciados y limitar nuestras interacciones personales. A pesar de estas limitaciones, la mayoría de las personas han encontrado formas creativas de mantenerse conectadas con sus seres queridos. Con “comunidad y participación” a la vanguardia, ¿qué podríamos lograr en un mundo postpandémico? Cuando ampliamos el círculo de nuestro cuidado y el alcance de nuestra participación, ¿cómo podrían más personas experimentar el apoyo, la misericordia y el verdadero sentido de comunidad que Dios quiere para ellos? ¿Qué tipo de “nueva normalidad” podemos crear que sea más justa y deje a menos gente atrás? Hay una gran variedad de formas de participar en esta reconstrucción. Puede unirse a Caridades Católicas como voluntario en ccofchicagovolunteer.com, buscar ayuda en [email protected], recibir apoyo de consejería (312) 948-6951, orar con nosotros en la Línea de Oración (312) 534-8200 o hacer una donación en catholiccharities.net.