Kathleen Donahue-Coia

Los voluntarios ponen su fe en acción en Caridades Católicas

martes, febrero 25, 2020

 

Cada año, el Miércoles de Ceniza, los miembros de la Junta de Asesores de Caridades Católicas y de la Junta Menor son invitados a una “Noche de Reflexión” en nuestra Capilla de Santa Luisa de Marillac en el Centro de San Vicente en la calle LaSalle. Este año colectamos calcetines y ropa interior para nuestros Ministerios del Papa Francisco, celebramos misa, distribuimos cenizas y compartimos una comida sencilla juntos. Siempre me sorprende cuántos de nuestros atareados miembros de la junta se toman el tiempo para asistir al evento, y aún más sorprendida por el número de miembros jóvenes de nuestra Junta Menor (normalmente entre las edades de 25 a 40 años) que participan. 

Se comenzó la “Noche de Reflexión” para darles a los miembros de la Junta de Caridades Católicas una manera especial de comenzar el camino cuaresmal de oración, limosna y ayuno.

Cada día recibo una lección de humildad de parte de nuestros cientos de miembros de la junta y miles de voluntarios que eligen poner su fe en acción a través de su compromiso con Caridades Católicas. En palabras del Papa Francisco, los voluntarios “están entre las cosas más preciadas que tiene la Iglesia, que cada día, a menudo en silencio y sin pretensiones, dan forma y visibilidad a la misericordia. [Los voluntarios] expresan uno de los deseos más nobles del corazón humano: hacer que una persona que sufre se sienta amada”.

De hecho, los voluntarios son el alma de Caridades Católicas, proporcionando el amor y la preocupación que alimentan nuestros servicios. Realmente hay un lugar para todos los que quieren echar una mano, y ningún acto de bondad es demasiado pequeño. 

Contamos con voluntarios que ofrecen a nuestros invitados una sonrisa, cálida bienvenida y un lugar para descansar mientras esperan los servicios. Tenemos decenas de voluntarios en nuestro programa de duchas que me recuerdan a Jesús lavando los pies de los discípulos cuando hacen el aseo a las duchas después de cada invitado. Mi corazón se hincha en nuestros diversos eventos de recaudación de fondos cuando observo a nuestros miembros voluntarios del comité de eventos, que ya han puesto innumerables horas de trabajo durante meses, trabajando como locos durante un evento para asegurarse de que cada detalle salga bien. 

Recibo una lección de humildad al presenciar la generosidad de tantas personas durante nuestra Celebración de Regalos que hacen la Navidad especial para casi 25 mil personas cada año. ¡Me sentí aún más entusiasmada cuando me enteré de que miembros de nuestra Junta de Mujeres del Condado de Lake entregan regalos personalmente a cientos de personas de edad avanzada para que puedan disfrutar el recibir un regalo especialmente para ellos! Me inspiran nuestros mentores juveniles que eligen pasar su tiempo libre con adolescentes y jóvenes en nuestros programas de tutoría, mostrándoles que son importantes y que hay personas que se preocupan por ellos y su futuro. 

Estoy agradecida a cientos de voluntarios en nuestros programas de comidas a domicilio que entregan comidas calientes y nutritivas y visitas amistosas a personas de tercera edad confinadas a su hogar. También estoy agradecida por los miles de voluntarios que diariamente ayudan a Caridades Católicas con todo, desde hacer el acopio de despensas de alimentos, servir en nuestros Programas de Cenas por las Tardes, cuidar a las personas de edad avanzada en nuestros sitios de guardería para adultos, hasta preparar nuestras campañas anuales. Cada voluntario marca la diferencia y cada voluntario permite a Caridades Católicas cumplir su misión de amor y servicio a los más necesitados. 

Si usted está buscando un lugar para profundizar su viaje cuaresmal a través del voluntariado este año, por favor considere una de las muchas oportunidades disponibles en Caridades Católicas (ccofchicagovolunteer.com). Los voluntarios son verdaderamente las manos de Cristo extendidas para apoyar a todos: compartiendo Su amor y misericordia, siendo un símbolo concreto de nuestra solidaridad el uno con el otro.

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