El 14 de junio de 2025, miles de personas se reunieron en Rate Field, el estadio de los Chicago White Sox, para participar en una celebración histórica: la misa en honor al papa León XIV, el primer pontífice originario no solo de Chicago, sino de todo Estados Unidos. Esto era particularmente significativo porque el Papa, conocido por su humildad y cercanía, ha expresado en varias ocasiones su cariño por los White Sox, el equipo de béisbol de su ciudad natal. El programa inició a primeras horas de la tarde, bajo un ambiente de entusiasmo y recogimiento espiritual. Chuck Swirsky, conocido comentarista de los Chicago Bulls, dio la bienvenida a los asistentes como maestro de ceremonias. El coro de la secundaria católica Leo High School emocionó al público con su interpretación, seguido por una presentación del músico peruano Luis Gálvez. Uno de los momentos más entrañables del día fue el conversatorio titulado “Amigos del papa León XIV”. Los participantes de la conversación eran ambos amigos del pontífice. La hermana Dianne Bergant, quien fue su profesora en el Catholic Theological Union, compartió cómo el entonces seminarista mostraba ya una profundidad teológica y una sensibilidad pastoral poco comunes. El padre John Merkelis, sacerdote agustino y compañero de secundaria del Papa, recordó con humor y emoción los años de juventud compartidos, señalando que “incluso en ese entonces, su corazón ya pertenecía al pueblo de Dios”. Sus relatos ofrecieron al público una mirada cercana, humana y auténtica de quien hoy guía a la Iglesia desde Roma. Más adelante, se transmitió un mensaje grabado del papa León XIV. Con voz serena y llena de calidez, dirigió sus palabras directamente al pueblo de Chicago: “Miren dentro de sus propios corazones, para reconocer que Dios está presente, que Dios los está buscando, llamando e invitando a conocer a su Hijo Jesucristo. Descubran lo importante que es prestar atención a la presencia de Dios en nuestros corazones.” Su mensaje fue acogido con gran silencio y atención, y muchos de los presentes no pudieron evitar las lágrimas. Fue un llamado personal y profundo a la conversión y a la confianza en el amor de Dios. La misa fue presidida por el cardenal Cupich, quien ofreció una homilía centrada en la autenticidad, la esperanza y la vocación de servicio. En su conclusión, el cardenal expresó: “Les pido que tomen un momento para darle gracias a Dios por las personas en sus vidas que les han enseñado a ser auténticos, como personas reales, convenciéndolos de que son amados por Dios, enseñándoles a valorar cuán interconectados estamos todos. Y por aquellos que los han inspirado a vivir sin contar el costo.” Sus palabras resonaron con fuerza entre los asistentes, dejando un eco espiritual que muchos llevarán por mucho tiempo. La jornada no solo celebró al papa León XIV como líder de la Iglesia, sino también como hijo de esta ciudad que lo vio crecer. Fue un día donde la fe se vivió con alegría, la comunidad se fortaleció, y la esperanza se renovó. Chicago no solo rindió homenaje a su Papa, sino que reafirmó su compromiso con el Evangelio que él predica. “Es lo que la Iglesia necesita en estos momentos”: feligreses en Chicago expresan su orgullo y esperanza Feligreses provenientes de parroquias a lo largo de la Arquidiócesis de Chicago y más allá compartieron la misa del 14 de junio en el estadio de los White Sox para celebrar al papa León XIV con devoción, pero también hubo un ambiente de fiesta, de familias que pasaban un sábado juntas, se comían un hot dog o unos nachos antes de que comenzara el evento, hacían bromas. En pleno el sol encontramos a la hermana Hilda Molina Urrea, de la orden de las Misioneras Hijas de San Pío X. “Vivo en Chicago” nos dijo, “a una cuadra de la 26, pero trabajo en la parroquia La Rosa Mística, son dos comunidades que se han unido: María Reina del Cielo y Nuestra Señora del Monte”. La hermana estaba muy contenta por la ocasión tan especial. “Este lugar significa muchísimo para mí” dijo. “Un 5 de mayo de 2006 me tocó lanzar la primera pelota aquí con los White Sox. Entonces soy fan de los White Sox, el venir aquí me alegra, celebrar este evento con el Santo Padre es una alegría, me siento bendecida, agraciada, muy feliz, con mucha esperanza por este gran líder que tenemos”. Le preguntamos a la hermana sobre lo que significa la elección de un papa estadounidense ahora. “Creo que es lo que la Iglesia necesita en estos momentos” respondió, “porque es un gran pastor de su pueblo que está también al lado de los pobres. Creo que en esta situación que vivimos ahorita con nuestros hermanos migrantes que están sufriendo tanto, pues es donde la Iglesia debe hacerse presente y alzar la voz por los que no tienen voz. Creo que el Papa puede jugar un gran papel en esta situación. El hecho de que él sea de Estados Unidos toca fuertemente su corazón y sus decisiones”. Entre las gradas había gente venida incluso de otras ciudades, como Adrián Reyes, que llegó con su familia desde Hammond, Indiana. “Es un día muy bonito, muy especial” dijo Reyes. “Vine con mis papás, mi esposa y mi hijo. Es muy especial, agradezco tener la oportunidad de venir a celebrar este día”. Al subir por las gradas encontramos también a Tom Howard, codirector de Formación por Vida en la parroquia Cristo Rey, que asistió al estadio acompañado de su esposa Libia Páez-Howard, también codirectora de dicho programa. “Nuestro ministerio juvenil fue establecido por el Congreso Eucarístico de Indianápolis el año pasado” dijo Howard. “El padre Sergio (Rivas) quería crear un lugar donde los jóvenes pudieran fortalecer su fe y sentirse aceptados. Entonces, gracias a Dios ya tenemos 22 jóvenes que son lideres y 14 adultos que los están guiando”. “Vinimos aquí porque estamos muy orgullosos de celebrar con nuestra arquidiócesis” agregó Howard, “y dar testimonio a nuestro vecindario de que podemos sobreponernos a la violencia y todas las cosas malas que pasan en La Villita, que los revivals pueden ser esa luz en las tinieblas. Los revivals son un grupo donde tenemos comunidad, tenemos acompañamiento. Estamos súper contentos de estar aquí”. ¿Qué significa para usted que el Papa sea de Chicago? Le preguntamos. “Mi esposa y yo somos graduados de CTU. Yo tuve los mismos profesores” que el papa León XIV, entonces con eso aún estamos más orgullosos”. Entre los jóvenes del programa juvenil de la parroquia Cristo Rey encontramos a Ruth Maribel Ramos Ayala, quien nos dijo: “Yo siento ahorita el Espíritu Santo en mi corazón brincando de alegría, al darme cuenta de lo afortunados que somos de que el papa haya sido de esta ciudad”. Maribel estaba aún emocionada poco después del mensaje del Papa, que acabábamos de ver en las pantallas del estadio. “El mensaje que nos acaba de dar a toda la juventud, es que seamos personajes de esperanza, de cambio. De crear puentes de amistad, crear comunidad en Cristo”. Le preguntamos a Maribel cuál es la meta de su grupo juvenil. “Crear agentes de cambio en la sociedad” nos respondió. “Nosotros estamos en La Villita. Sabemos cómo es allí el escenario, es un lugar donde las familias migrantes empiezan. Entonces, es llevar esperanza, amor, a Cristo a las calles. Es ser misionero, enseñar a todos los jóvenes a ser misioneros en su propia ciudad. Tal vez no podamos cambiar el mundo pero podemos ser agentes de cambio en nuestra propia ciudad, la ciudad en que nacimos”.