Área de Chicago

Arquidiócesis y Caridades Católicas recaudan $20 millones para ayuda con COVID

Por Michelle Martin
martes, enero 5, 2021

Lauren Jhin ayuda a organizar la comida que repartirán durante la despensa mensual en la parroquia Epiphany. Esta despensa comenzó durante la pandemia en una asociación de Caridades Católicas con la comunidad latina. Foto: Karen Callaway/Católico

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Una madre joven, embarazada y despedida de su empleo, con dos niños pequeños que cuidar en casa y sin ingresos para la comida o el alquiler. Un hombre que no puede trabajar después de haber sido hospitalizado con COVID-19, no puede llegar a fin de mes cuando su esposa también se enferma y tiene que dejar de trabajar. Familia tras familia que se arriesga a la bancarrota para ofrecer un entierro digno a sus seres queridos fallecidos.

Sharon Tillmon y sus colegas en Caridades Católicas de la Arquidiócesis de Chicago han escuchado estas historias y muchas, muchas más, mientras trabajan para satisfacer las necesidades de las personas cuyas vidas han sido afectadas por la pandemia.

Muchas de ellas han sido ayudadas con aproximadamente $20 millones recaudados por la Arquidiócesis de Chicago y Caridades Católicas en respuesta a la crisis.

“Hay tantas personas que nunca necesitaron ayuda, nunca pidieron ayuda antes”, dijo Tillmon, directora de los Servicios de Estabilización Familiar de Caridades Católicas. Los Servicios de Estabilización Familiar ofrecen ayuda de emergencia con las necesidades del día a día como alimentos, ropa y albergue.

Otras oficinas dentro de Caridades Católicas pueden asistir con dinero para entierros y proveen ayuda para las personas que experimentan violencia doméstica, entre otras cosas.

El dinero recaudado por la arquidiócesis también ha sido usado para financiar becas de emergencia para alumnos de escuelas católicas cuyos padres no pueden pagar tanta colegiatura como lo hacían antes de la crisis, para el ministerio de cárceles y prisiones Kolbe House para ayudar a las personas que regresan a la comunidad y para ayudar a las parroquias a mantener abiertos sus propios ministerios que sirven a los pobres.

El obispo Robert Casey, vicario general de la arquidiócesis, dijo que el fondo ha sido usado para responder a las solicitudes a medida que llegan.

“Esa es la cosa buena con este dinero de ayuda, que tenemos la flexibilidad de ir más allá de solo ofrecer comida en un momento de tanto estrés y dificultad para la gente”, dijo el obispo Casey.  “Lo que vemos con la pandemia no es necesariamente el surgimiento de necesidades que son nuevas y que no hayamos visto antes. Es una aceleración de esas necesidades, y un aumento de esas necesidades. Caridades Católicas y nuestras parroquias han estado respondiendo a estas necesidades durante años”.

El obispo Casey dijo que se siente alentado por la respuesta que el fondo de emergencia ha recibido.

“La verdad es que constantemente hemos estado tratando de responder a la realidad de la pobreza y la injusticia”, señaló. “Es parte de nuestra misión como iglesia. Este momento despierta la necesidad de ser generoso. La gente ha abierto sus ojos a la verdad ante nosotros”.

Brendan Keating, director principal de desarrollo de la arquidiócesis, dijo que las personas han respondido generosamente a las solicitudes de ayuda, bien sea que son grandes donantes a quienes se les ha pedido directamente contribuciones o donantes más pequeños, que escucharon al cardenal Cupich mencionar el Fondo de Repuesta de Emergencia de COVID-19 durante una homilía en una misa que estuvo disponible en televisión y YouTube.

Aproximadamente el 30% de los donantes al fondo de ayuda nunca habían dado a la arquidiócesis antes, dijo Keating, y más donaciones han venido de otros estados de lo usual. Algunos donantes han sido extraordinariamente generosos.

“Realmente depende de su situación individual”, mencionó Keating. “Para algunos de nuestros donantes esta es la contribución caritativa más grande que alguna vez hayan hecho. Algunos donantes que normalmente son muy generosos es posible que no puedan contribuir tanto como esperaban”.

En general, $12 millones han sido recaudados para el fondo de la arquidiócesis, y Caridades Católicas ha recaudado aproximadamente $8 millones más para ayuda con COVID, señaló Keating.

La distribución de cómo el dinero arquidiocesano ha sido usado y la información sobre cómo donar está disponible en archchicago.org/coronavirus/relief-fund.

De donde quiera que venga, los clientes y el personal de Caridades Católicas necesitan cada centavo, dijo Tillmon. En marzo, la agencia vio un aumento en la demanda en la ayuda en las despensas de alimentos en un momento en que tuvo que dejar de depender de la mayoría de sus voluntarios, que estaban en grupos de alto riesgo de COVID-19.

“Tuvimos que recurrir a más agencias temporales y contratar personas”, dijo Tillmon. “Y tuvimos que descubrir nuevas formas de entregar suministros. Solíamos tener las despensas para escoger, donde las personas venían y seleccionaban lo que querían, pero no podemos hacer eso, así que ahora regresamos a las bolsas previamente empaquetadas”.

Las despensas de alimentos de Caridades Católicas expandieron sus horas y dejaron de verificar si las personas estaban viniendo por ayuda más de una vez al mes. Ellos vieron que la demanda aumentó aproximadamente un 60 por ciento en la primavera, luego el doble en el verano cuando la agencia pudo crear despensas provisionales con productos agrícolas disponibles de un programa que provee alimentos directo desde las granjas justo cuando los primeros paquetes de ayuda federal se agotaron.

La demanda disminuyó levemente en octubre, pero aumentó nuevamente en noviembre a medida que el número de personas infectadas con COVID-19 aumentó y se acercaron las festividades.

Al mismo tiempo, la agencia aumentó la cantidad de dinero disponible para las personas que necesitaban ayuda con el alquiler, hipoteca u otra asistencia para darles más tiempo para salir adelante, dijo Tillmon.

“Solía ser que dábamos un mes de alquiler, o quizás un mes más el depósito de seguridad si la gente se estaba mudando”, dijo. “Ahora podemos hacer más. O digamos que alguien perdió su trabajo y comenzó a manejar para Lyft, pero algo salió mal con su carro. Quizás podemos ayudar a arreglarlo”.

Las historias no son nada nuevo para la hermana Claudia Carillo, una Hija de María Inmaculada de Guadalupe y directora de la escuela Immaculate Conception, 8739 S. Exchange St.

Veintidós de los casi 200 estudiantes en la escuela están recibiendo becas de emergencia para ayudarlos a quedarse en la escuela, dijo.

Más de $1 millón en becas con un promedio de $1,400 cada una han sido distribuidas a 726 estudiantes en las escuelas católicas.

“Los padres viene a mí y me dicen ‘hermana, tenemos que sacar a los niños de la escuela porque no podemos pagar lo que pagábamos’”, dijo. “Algunos de ellos tienen tres, cuatro hijos, y los padres trabajaban en un restaurante que cerró, o quizás reabrió pero no los llaman a trabajar todos los días. O el padre tenía un buen trabajo y fue despedido y está manejando para Uber y simplemente ya no gana la misma cantidad”.

Las becas de ayuda de emergencia son además de varios otros fondos arquidiocesanos y de otras becas que brindan ayuda a los alumnos de Immaculate Conception.

La hermana Claudia dijo que la escuela ha perdido a algunos estudiantes — algunas familias se mudaron fuera del vecindario después de los saqueos a lo largo de la cercana avenida Commercial en mayo; pero no debido a la imposibilidad de pagar.

En general, dijo, la situación parece estar mejorando, no porque la situación con el virus es mejor sino porque las familias están aprendiendo a hacerle frente.

“Al comienzo”, mencionó, “nadie estaba preparado para esto. Ahora la gente está aprendiendo a maniobrar. Y por supuesto aquí en la escuela nos beneficiamos de nuestra fe y la esperanza que trae”.

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