Área de Chicago

La parroquia Santos Genoveva y Estanislao Mártir se consolida con optimismo en una nueva familia

Por Ely Segura
martes, diciembre 29, 2020

María Jara revisa la temperatura de un asistente a misa el 5 de diciembre. Foto: Karen Callaway/Católico

Uno de los recientes retos que han enfrentado los feligreses de las iglesias Santa Genoveva y San Estanislao ha sido consolidarse, desde el 1 de julio de 2020, en una nueva familia de fe como parte del plan estratégico pastoral Renueva mi Iglesia, de la Arquidiócesis de Chicago. A pesar del desconcierto y la incertidumbre inicial, los miembros de ambas comunidades han acogido con optimismo la propuesta pastoral.

La parroquia Santa Genoveva (en 4835 W Altgeld St, Chicago, IL) fue fundada en 1889. La parroquia San Estanislao Obispo y Mártir (en 5352 W Belden Ave.), por su parte, se instituyó en 1893 como una misión para los fieles de habla polaca que vivían en ese vecindario, bajo la jurisdicción de Santa Genoveva. Ambas ahora están unificadas bajo una sola jurisdicción y bajo el nombre Santos Genoveva y Estanislao Mártir, debido principalmente al descenso poblacional de la ciudad, la falta de sacerdotes para pastorear a las comunidades de fe y la incapacidad económica para sostenerse por sí mismas, según el decreto emitido por el cardenal Blase J. Cupich, el 8 de mayo del año en curso.

Este cambio, como es de esperarse, ha sido doloroso para muchos fieles porque ha sido un proceso de restructuración que ha implicado pérdidas laborales y el seguimiento de lineamientos a los que no estaban acostumbrados. Pero, en general, los feligreses de ambas parroquias de la comunidad Belmont Cragin (separadas físicamente sólo por unas pocas cuadras) lo han visto con buenos ojos. “Es preferible esto a que cierren la iglesia”, pensó Ana Vázquez, miembro de Santa Genoveva desde el 2008 y actualmente catequista.

“Todo es cuestión de adaptarse”, reflexiona Galdina Manjarrez, feligrés de San Estanislao desde el 2010 y hoy día ministro de Comunión y coordinadora de lectores. Para Manjarrez, todo sigue prácticamente igual, e incluso agradece que ahora en el templo se celebran dos misas dominicales en español y no solo una, como antes (porque las misas en polaco fueron suprimidas), y que ahora tienen un párroco fijo para las misas de español, porque antes cada domingo iban padres invitados para celebrar la Eucaristía en este idioma.

La parroquia Santos Genoveva y Estanislao Mártir sirve ahora a una mayoría hispana. Su párroco, el P. Sergio Enrique Rivas Tamayo, sacerdote colombiano, antiguamente benedictino, señala que cerca del 85% de los feligreses son latinos, procedentes de México, Ecuador, Puerto Rico y algunos países de Centroamérica. Se trata, según cuenta el padre Sergio Rivas, de personas fervorosas que trabajan principalmente en el sector de servicios, ya sea limpiando casas, en la construcción o cocinando, y que algunos tienen sus propios negocios.

Para el P. Sergio, uno de los mayores desafíos en esta unificación eclesial es afianzar el sentido de pertenencia y encauzar la cantidad de grupos, porque cada uno está apegado a sus propios lineamientos. “Deseo que ellos entiendan que no perdieron una iglesia, sino que ganaron otra. Que todo tiene que ser organizado para que sea fiel al evangelio. Crear una familia entre los dos es el gran reto que tenemos”, enfatiza.

Los veinte grupos pastorales activos hacen de esta parroquia una familia sumamente activa y comprometida. Entre su propuesta pastoral se cuentan un grupo de evangelización Emaús (para hombres y mujeres), los ministerios devocionales de los Sagrados Corazones de Jesús y María, Legión de María, grupo de oración de la Renovación Carismática, el ministerio de formación catequética para adultos San Andrés, dos grupos de distribución de alimentos, cuatro grupos juveniles y el programa de catequesis.

La coordinación de la Educación Religiosa de ambas iglesias ha sido también unificada y ahora está a cargo de Jorge Flores, quien señala que actualmente en el programa participan 410 niños (y algunos adultos) que se preparan para recibir los sacramentos de la Reconciliación, la Comunión y la Confirmación. Gracias al apoyo voluntario de veinte catequistas, el programa se desarrolla virtualmente (por la pandemia) los jueves, viernes y sábados tanto en inglés como en español. “Ha sido todo un reto para mí porque llegué al programa un poco tarde –me designaron como el nuevo coordinador de ambas iglesias en agosto– y también porque teníamos que hacer el entrenamiento para que los catequistas impartieran las clases virtuales. Me parece que la respuesta de los participantes ha sido buena. Me siento satisfecho”, comparte Flores.

Entre las iniciativas para facilitar la integración de ambas comunidades está la reunión virtual de los lunes a través de la plataforma Zoom. Así también lo es para Rosmery Onesto, quien representa a la comunidad angloamericana, lectora y catequista del programa SPRED (para niños con capacidades diferentes). Onesto ha sido feligrés de Santa Genoveva desde que estaba en el kínder, relata. “El proceso de integración ha sido lento a causa de la pandemia, pero a través de estas reuniones por Zoom nos mantenemos actualizados e integrados” dice Onesto.

“Yo sé que vamos a estar bien” agrega; “somos una comunidad cálida, amorosa, con sentido de familia, y hemos tenido la guía de sacerdotes maravillosos como el Rev. Timothy O´Malley y ahora el padre Sergio que se preocupan por mantenernos unidos y mantener la iglesia viva”.

“Ha sido un choque muy fuerte. La gente aún no se acopla a todo esto, pero poco a poco son más quienes se van sumando a las reuniones virtuales de los lunes. Yo sigo con fe en los ministerios que Dios me ha confiado y siguiendo la frase que padre Sergio nos repite ´Sean santos y amen a los demás´”, expresa Ana Vázquez, quien además es coordinadora del grupo devocional de la Virgen de la Nube (advocación mariana de Ecuador).

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