Área de Chicago

La misa por la Semana Nacional de la Migración celebró la experiencia multicultural en varias lenguas

Por Ariane Moya
martes, enero 28, 2020

Asistentes a la Misa. Foto: Karen Callaway/ Católico

El 6 de enero, en la festividad de Epifanía, se celebró la misa con que dio inicio la Semana Nacional de la Migración. La misa fue celebrada en la Catedral del Santo Nombre por el obispo Mark Bartosic. En procesión entraron varias personas provenientes de parroquias de toda la arquidiócesis portando trajes típicos al igual que banderas pequeñas representando sus países de origen.

Concelebraron alrededor de otros veinte sacerdotes, al igual que los obispos John Manz y Joseph Perry. La diversidad hizo acto de presencia, ya que los diferentes asistentes hicieron las lecturas en su propia lengua incluyendo los cantos en la misa.

“La venida de Dios entre nosotros debería manifestarse hoy a todas las naciones, ya que el nacimiento del hijo de Dios debería ser la buena nueva para todo el mundo. Ese fue el trabajo de Dios para nuestra salvación” explicó el obispo Mark Bartosic. “Jesús nos lleva un paso más allá al decirle a sus discípulos que ellos son la luz del mundo. Esto es lo que describe a la iglesia y a nosotros. Tú eres la luz del mundo.” El obispo Bartosic fue encargado de Kolbe House, un ministerio de la arquidiócesis de ayuda a los encarcelados y a sus familiares. Él ha predicado con su ejemplo al estar presente para esas familias que necesitan esa luz en sus vidas.

Jing Zhang emigró a Estados Unidos con su familia y se siente afortunada de haber podido dejar su país y conocer el cristianismo, ya que en su país no creció con esta fe. Ella se convirtió al catolicismo en 2013 y está considerando la vida religiosa. Zhang trabaja en la parroquia católica en el barrio chino y fue invitada a ser parte de la misa. “Me sentí muy bienvenida especialmente con todas las nacionalidades. Todos fueron muy amables al presentarse y nos tomamos una foto juntos” dijo Zhang. “Mi meta es compartir mi religión en China ya que nuestra religión no tiene mucho apoyo.”

Emily Schwab compartió al final de la misa su testimonio al haber viajado a Tijuana a un centro de acopio para inmigrantes. Ella pudo viajar con su párroco, el padre Michael Shanahan, de Nuestra Señora de Lourdes y algunos otros feligreses. “Pudimos conectar con los niños inmigrantes y con las dos religiosas escalabrinianas que están a cargo del centro” dijo Schwab, quien agregó que dicho centro diariamente les brinda ayuda a más de cien mujeres y niños.

“No hay hombres, ya que la mayoría de estas familias han sido separadas” agregó Schwab. “Originalmente, el centro estaba capacitado para albergar a quince personas, pero a pesar de esto las religiosas han hecho de este un hogar. Un hogar con amor, dignidad, y respeto”.

En la misa hubo muchas más personas que compartieron sus testimonios de haber salido de sus países para encontrar un mejor futuro. Todo esto con un énfasis en la fe y la manera en que ésta les ha ayudado a mantenerse de pie y seguir con sus vidas. “Las religiosas me dieron una lección de humildad” compartió Schwab. “Pude comer y compartir con los inmigrantes y la violencia se hizo algo verdadero, no solo una noticia. Ellos son nuestros hermanos y hermanas con necesidades básicas, pero también con sueños como nosotros. Lo único que nos separa son los lugares donde hemos nacido”.

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