Área de Chicago

La escuela Santa Inés, en Chicago Heights abre las puertas por primera vez al Día de Muertos

Por Ely Segura
lunes, noviembre 4, 2019

El tradicional altar de muertos no podía faltar en la primera festividad del Día de Muertos en la escuela católica Santa Inés (St. Agnes), en Chicago Heights. Foto: Karen Callaway/Católico

Después de 120 años de existencia, la escuela católica Santa Inés (St. Agnes), en Chicago Heights organizó por primera vez la festividad del Día de Muertos el 1 de noviembre. Con una vistosa decoración típica de México, la escuela le dio la bienvenida a alrededor de trescientas personas –familiares y amigos de la comunidad escolar y parroquial–, quienes al ritmo del DJ y de los danzantes chinelos del grupo folclórico Manquetzalli degustaron platillos del menú mexicano e internacional.

Los chicos, los grandes protagonistas y principales destinatarios de la fiesta, participaron en el concurso de catrines y catrinas –personajes principales de esta tradición– y disfrutaron los divertidos diseños de la estación de pinta-caritas y de la estación de fotos, con caretas de las calaveritas.

Por supuesto, el tradicional altar de muertos no podía faltar, por eso Lorena Bravo, madre de dos niños estudiantes de Santa Inés y organizadora de esta fiesta, pensó en colocarlo en el centro del gimnasio en donde tuvo lugar el festejo. Con él, la apertura consistió en la explicación de la fiesta del Día de Muertos y de cada uno de los símbolos que componen el altar. “Es muy importante que nuestros hijos, a pesar de que están en otra cultura, aprendan de nuestras raíces y nuestras tradiciones y que las puedan seguir transmitiendo de generación en generación, porque como me dijo una vez un sacerdote, una familia sin cultura no es familia”, manifestó.

Matt Lungaro, director de la escuela de Santa Inés, lleva doce años dirigiendo esta institución educativa que acoge a alrededor de 250 estudiantes. Con un marcado entusiasmo en sus gestos y su voz, cuenta que cuando llegó a esta escuela, la comunidad hispana representaba menos del 30 por ciento y que hoy alcanza el 90 por ciento de sus estudiantes. Entonces, dar cabida a este tipo de celebraciones es una forma de involucrase más y mejor con la comunidad hispana.

 “Santa Inés en un lugar en donde todos son bienvenidos; es un hogar fuera del hogar para todos y cada uno en Chicago Heights y sus alrededores”, señaló.

Esta gran fiesta fue el resultado del esfuerzo de toda la comunidad educativa, desde las maestras de arte, que durante semanas se enfrascaron animosamente en la tarea de crear con sus niños las llamativas calaveritas, hasta padres de familia que se encargaron de la suculenta propuesta gastronómica.

La celebración del Día de los Muertos, con el cariz sin igual que recobra en México, fue declarada por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la humanidad en 2008. Se trata de una colorida alegoría de la victoria de la vida sobre el infortunio de la muerte. La creencia que subyace en esta tradición consiste en que los fieles difuntos visitan a sus seres queridos el 2 de noviembre (en consonancia con el calendario litúrgico católico). Por ello, quienes les recuerdan con cariño les honran colocando un altar con sus fotos, flores (especialmente la de cempasúchil), veladoras, frutos típicos –o aquellos que gustaban al difunto–, entre otros elementos, en la alegre y a la vez melancólica espera de su visita.  

La escuela Santa Inés, bajo el respaldo de las Hermanas de San Francisco, ofrece un programa académico para los pequeños de Jardín de niños hasta el octavo grado de primaria. Junto a la Parroquia, Santa Inés vela para que sus miembros se beneficien de un enriquecedor ambiente que promueve las artes, la ciencia, el deporte y la vida de fe. Los fondos recaudados en esta amena convivencia serán destinados a los proyectos de la escuela y de la parroquia.

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