Cuando entras a la tienda de diseños florales de Manny en Northlake Flowers, una de las primeras cosas que observas es un altar grande con imágenes de Nuestra Señora de Guadalupe, San José y otros santos. Lo que también observas son arreglos de flores elaborados y coloridos junto con muchos osos de peluche. La fe y las flores son dos de las cosas más importantes en la vida del dueño, Manny Buenrostro. “Esta es mi parte favorita” dijo Manny acerca del altar durante una entrevista reciente en su tienda. “Lo hice el foco de atención de mi tienda. Quiero mostrar lo hermoso que Dios ha sido en mi vida”. Él dice que Dios trajo su ministerio a través de las flores. “Mi cosa favorita en el mundo es hacer que todos sonrían. Puedes hacer eso con flores, o simplemente con un oso de peluche pequeño”, mencionó Manny. Al igual que la mayoría de los floristas, Manny hace arreglos para bodas y otros eventos especiales y también maneja órdenes para festividades y cumpleaños. Pero a diferencia de muchos otros floristas, él añade un poco del amor de Jesús y evangelización en cada arreglo. Cuando Manny comenzó su negocio hace diez años, él no tenía capacitación profesional, solo algo de talento natural. Cansado de la vida corporativa estadounidense, decidió abrir su propia tienda en un local comercial propiedad de un amigo. “Ha sido la mejor bendición que he recibido y que la Virgen María me ha dado”, dijo el hombre de 35 años de edad. Antes de abrir, él acompañó a varios floristas y continúa el auto aprendizaje y probando sus límites creativos, que gravitan alrededor de lo llamativo. “Entre más grande, mejor. Entre más brillante, mejor”, dijo Manny, quien nació el día de la fiesta de San Francisco, el 4 de octubre. Él atribuye su vocación como florista a su abuela y su amor por las rosas. Manny nació en Chicago y se mudó a México con sus hermanos a la edad de 2 años. Su abuela lo crio a él y a sus siete hermanos en México. Ella amaba las rosas, que llenaban el jardín de su patio y florecían todo el año. Manny pasó tanto tiempo como pudo con ella en su jardín. “Siempre recuerdo todo el amor y el cuidado que daba a las flores”, dijo. A pesar que Manny fue criado en la fe, al igual que muchos jóvenes adultos la abandonó durante y después de la universidad. No fue sino hasta dos años después que abrió su tienda y comenzó a hacer arreglos florales para la parroquia local, St. John Vianney, que él tuvo una conversión. Una voluntaria de la parroquia llamada Donna Rosa tomó interés en él, orando y empujándolo de vuelta a su fe. Él la llama su ángel guardián. “Gracias a ella encontré el amor de Dios otra vez y el amor de la Santa Madre otra vez”, dijo. “Mi religión es lo número uno ahora”. Manny incluso hace un poco de evangelización cuando trabaja con parejas que vienen a él para las flores de su boda. “Me aseguro de informarles que Dios está allí, en lo bueno y en lo malo. Y mantener fuerte tu fe es la cosa más bella del mundo”, dijo.