El resultado de la reciente elección presidencial, que dio el triunfo al candidato republicano Donald Trump, fue recibido con alarma entre la población migrante, especialmente los latinos. Como sabemos, en la campaña electoral del señor Trump hubo amenazas directas de llevar a cabo deportaciones masivas y la construcción de un muro fronterizo que supuestamente México pagaría. El 17 de noviembre era un día planeado para la reunión bimensual de la Pastoral Migratoria en el centro Meyer, al sur de la ciudad. El plan era presentar a una organización que ayuda con los trámites de impuestos a indocumentados. Pero esa no fue una semana común, y hubo que cambiar los planes. La preocupación estaba en todas partes y aún al escribir estas líneas hay mucha incertidumbre, no hay claridad de cómo procedería el plan del nuevo presidente. La reunión bimensual convoca a líderes de Pastoral Migratoria, que luego vuelven a sus parroquias y comunidades y llevan los recursos y la in formación aprendida. En esta ocasión, había que dar un mensaje de apoyo. En la reunión estuvieron presentes miembros de Sacerdotes Pro-Justicia para Inmigrantes, una agrupación que cuenta con 200 sacerdotes, así como Hermanas y Hermanos de Inmigrantes, que abarca 57 órdenes religiosas. Estuvo también, en representación del Centro Nacional de Justicia para el Inmigrante el abogado Chuck Roth. El abogado dijo que a menudo la ley no favorece a las personas que enfrentan una orden de deportación. “Puedo luchar, pero la ley no le favorece” dijo. “Ha sido así por lo menos a partir del año ‘96 cuando el congreso eliminó muchos remedios legales que existían”. Explicó que a raíz del programa de Acción Diferida del presidente Obama en 2012, más de 26 mil personas en Illinois han recibido estos beneficios (el permiso de trabajar, un periodo de acción diferida por dos años, la persona puede obtener un número de seguro social, e incluso algunas personas han podido viajar fuera del país con un permiso especial). DACA no le da al inmigrante un estatus firme, y lamentablemente su vigencia depende del presidente. “No sabemos qué pasará” dijo Roth. “El nuevo presidente ha hablado fuerte y no muy bonito, Pero no sabemos qué pasará. Pensamos que es probable que él termine DACA”. Por supuesto, nadie tiene una idea clara de cómo sería posible deportar a millones de personas, el costo que esto tendría y la logística que haría falta. “No creo que vayan a andar buscando la dirección postal en los archivos de los millones de personas que hicieron la solicitud” dijo Roth, “o que vayan a mandar a los agentes. Es posible, pero no muy probable”. Roth dijo que Trump aún está escogiendo al personal que integrará su gabinete, por lo que no hay certeza de lo que va a pasar con los migrantes indocumentados. Pero ratificó que Chicago es un santuario para inmigrantes y no ha querido ser partícipe de la hostilidad. Por su parte el padre franciscano Ed Shea habló a nombre de Sacerdotes Pro- Justicia para Inmigrantes. “Estamos con ustedes en el camino” dijo. “La Iglesia no es una estructura, no es una jerarquía, no es el Papa ni nuestro cardenal. Sí, ellos son representantes, pero la Iglesia somos nosotros, el pueblo de Dios.” Tanto ellos como Hermanas y Hermanos de Inmigrantes asisten regularmente al centro de detenciones en Broadview, Illinois, donde muchos migrantes esperan a ser deportados. “Es una tristeza tan grande” dijo Shea. “Entran en el camión, uno los ve esposados. Tenemos la oportunidad de estar con ellos, rezar con ellos. Para nosotros es una humillación, una vergüenza. Yo les digo que no están solos.” “El Sr. Trump no puede quitarnos nada” agregó Shea, “es un obstáculo, pero no tiene el poder, nosotros tenemos más poder, estamos juntos.” La Pastoral Migratoria es la pastoral social de la iglesia desarrollada por inmigrantes. La noche del 17 de noviembre hubo aproximadamente 30 parroquias representadas. Al final de la reunión hubo círculos de paz, donde los asistentes se congregaron a hablar de sus preocupaciones y temores y a ofrecerse apoyo mutuo.