Área de Chicago

Un grupo por la defensa de los inquilinos - Chicago Católico

Por Michelle Martin
lunes, octubre 31, 2016

Antes de que Patricia Hightower se involucrara con la Organización Metropolitana de Inquilinos (MTO, por sus siglas en inglés), los habitantes de su edificio tenían que cargar cubos de agua entre los pisos cuando no funcionaban bien sus tuberías. Además, cargaban esas cubetas por las escaleras, ya que los ascensores no funcionaban bien. Y chinches en las camas no eran algo divertido.

Cuando uno o dos inquilinos de los 204 departamentos del edificio de 18 pisos de altura se quejaron, nada se resolvió.

Una vez que la MTO se involucró, las cosas cambiaron, afirma Hightower, quien ahora trabaja para ayudar a inquilinos de otros edificios a organizarse.

“Ellos no vienen y se hacen cargo de la situación”, dijo Hightower. “Lo que sí hacen es decirte cuáles son tus derechos y cómo hacer para colaborar con la administración”.

Eso incluye notificar a los gerentes por escrito los problemas que hay y comunicarlos con educación y con calma, dijo. Pero ella cree que lo más eficaz es que los inquilinos se organicen formalmente, con estatutos para sus asambleas y oficiales electos, de manera que tengan una voz más potente.

John Bartlett, director ejecutivo de la MTO, está de acuerdo.

“Si un inquilino se queja, es muy probable que el propietario diga, ‘anda, mejor múdate’”, comentó, y luego dar a ese inquilino una pobre referencia para cuando intente alquilar en otro lugar. “Si todos los inquilinos se quejan, eso es un asunto diferente”.

MTO es una de las 28 organizaciones en la arquidiócesis que recibieron este año una parte de las subvenciones de la Campaña Católica para el Desarrollo Humano (CCHD, por sus siglas en inglés), la iniciativa contra la pobreza de la Conferencia Episcopal de los EE.UU.

Los católicos recibirán una invitación a donar a esta campaña durante las misas del 18 al 20 de noviembre.

Los asuntos con los que lidia la MTO afectan principalmente a los residentes de bajos ingresos, a menudo gente de color, para los que mudarse puede significar una severa carga financiera, dijo

Hightower afirmó que su edificio ha funcionado mucho mejor desde que los inquilinos se organizaron, y desde que el grupo de los inquilinos y la administración han desarrollado una buena relación de trabajo.

“Nosotros no queremos que sea una relación antagonista. Lo que queremos es tener una sociedad de colaboración”, dijo.

La Organización Metropolitana de Inquilinos se ha beneficiado de varias becas, o subvenciones, de la CCHD a lo largo de su historia de 30 años. Los $30,000 que recibieron este año como subvención nacional lo están usando para organizar a sus miembros para abogar por el Programa de Inspección de Viviendas Saludables de Chicago. Esto crearía una ordenanza que requeriría inspecciones periódicas a los apartamentos de alquiler, buscando cosas como pintura a base de plomo deteriorada, moho y plagas, dijo Bartlett. Todos estos aspectos han sido relacionados con problemas de salud, incluyendo el envenenamiento por plomo, asma y otros problemas respiratorios.

La forma en que funcionaría la ordenanza propuesta es que los edificios que tienen muchos problemas serían inspeccionados cada dos años. Aquellos con pocos problemas serían inspeccionados cada cinco años, y los que no tengan antecedentes de problemas serían inspeccionados cada siete años. Las inspecciones, que serían realizadas por el gobierno de la ciudad, serían pagadas por una cuota anual de $ 36 por departamento a los propietarios.

“El objetivo es señalar a los malos arrendadores y conseguir que den mantenimiento a sus edificios”, dijo Bartlett.

Mientras tanto, la MTO sigue operando una línea telefónica a la que pueden llamar los inquilinos cuando tienen problemas con su arrendador. Esa línea telefónica recibe unas 10,000 llamadas al mes.

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