Área de Chicago

Católicos de la ciudad celebran la canonización de la Madre Teresa - Chicago Católico

Por Joyce Duriga
viernes, septiembre 30, 2016

Horas después de que el Papa Francisco canonizara a la Madre Teresa de Calcuta en Roma, más de 1,300 personas llenaron la iglesia de San Juan Cancio, en el 825 N. Carpenter St. el pasado 4 de septiembre para celebrar al santo más reciente de la iglesia. Al final de la misa se veneraron dos reliquias de la Madre Teresa. Fue la primera de dos celebraciones en honor a la santa.

Las Misioneras de la Caridad que sirven en Chicago, y que están constituidas por siete hermanas activas, seis hermanas contemplativas y cuatro aspirantes, se sentaron en la parte delantera de la iglesia durante la misa. Algunas de las aspirantes se unieron al coro.

La Madre Teresa visitó Chicago varias veces en su vida y estableció un convento aquí en 1983. Cerca de 200 personas acompañaron a las Misioneras de la Caridad en una misa matutina en la iglesia de San Malaquías, en el 2248 W. Washington Blvd., el pasado 5 de septiembre, día de la festividad de la Madre Teresa y del aniversario 19 de su muerte. Las hermanas tienen a su cargo un comedor de beneficencia en San Malaquías y la Madre Teresa visitó la iglesia varias veces cuando vino a Chicago –incluso fungiendo como madrina de uno de sus feligreses.

Nacida en 1910 en una familia albanesa en Skopje, en lo que ahora es parte de Macedonia, la Madre Teresa fue a la India en 1929 como Hermana de Loreto y se convirtió en ciudadana india en 1947. Fundó las Misioneras de la Caridad en 1950. Su influencia es mundial. La orden tiene en la actualidad más de 5,300 hermanas activas y contemplativas. Además, hay Padres Misioneros de la Caridad, y hermanos activos y contemplativos. En 1969, en respuesta al creciente interés de los laicos que querían ser asociados con su trabajo, se formó una asociación estructurada de manera informal y ecuménica: la Internacional Association of Co-Workers of Mother Theresa.

Los miembros de la congregación hacen votos de pobreza, castidad y obediencia, pero el voto de pobreza es más estricto que en otras congregaciones, ya que, según ha explicado la Madre Teresa, “para poder amar a los pobres y conocer a los pobres, debemos ser pobres nosotros mismos”. Además, las Misioneras de la Caridad –hermanos y hermanas– toman un cuarto voto de “servicio incondicional y gratuito a los más pobres entre los pobres”.

En Chicago, el convento de las hermanas contemplativas está situado en la iglesia de San Procopio, en el 1629 S. Allport St., mientras que las hermanas activas tienen su convento y hogar para madres solteras en el 2325 W. 24 Place.

Durante su homilía el 4 de septiembre, el obispo auxiliar John Manz describió a la Madre Teresa como una santa de la misericordia. Citando el Jubileo de la Misericordia, el obispo afirmó que, como la Madre Teresa, cada uno de nosotros tiene su propia vocación para la misericordia. “Al igual que la Madre Teresa, todos estamos llamados a ver la presencia de Dios en aquellos que están en necesidad”.

La Madre Teresa siguió los grandes mandamientos de Dios: quererlo con toda su mente, corazón y alma, y amar a su prójimo como a sí misma, relató a la congregación la hermana Jesula, Misionera de la Caridad, al final de la misa. La hermana Jesula es madre superiora de las Misioneras de la Caridad en Chicago.

“Recuerden que todo se trata de Jesús y de lo que Jesús ha hecho a través de la Madre Teresa. Lo mismo que Jesús hizo a través de la Madre Teresa puede hacerlo también en nosotros”, dijo la hermana Jesula.

“Esta es una oportunidad para ver a los santos en nuestra época moderna, da esperanza a nuestra familia y nos pone en contacto con el cielo”, comentó Bob Hogan, quien asistió a la misa con su esposa, Jenny, y su hijo.

“Ella nos enseña que no importa donde vivas tú puedes auxiliar a la gente”, dijo Irena Gavaghan, feligrés de la parroquia de San Miguel, en Orland Park. Aun cuando ella no puede realizar grandes obras de misericordia como la Madre Teresa, Gavaghan se siente inspirada por la santa para hacer pequeñas obras dónde está. Como terapeuta de masaje, a menudo ofrece terapia gratuita a las personas con discapacidad o enfermedad.

“Tú puedes llegar y ayudar en cualquier lugar en todo el mundo. Ellos no tienen que conocerte y tú no tienes que tocarlos, pero a través de Jesús y de Dios tú puedes ayudar”, dijo Gavaghan.

Advertising