Los católicos latinos tienen muchos dones y valores que pueden beneficiar a la iglesia y la sociedad y ha llegado la hora de acogerlos y compartirlos. “América necesita nuestros dones. Nuestro mundo necesita nuestros dones”, dijo el arzobispo José Gómez, Arzobispo de Los Angeles en la inauguración de la conferencia anual de la Asociación Católica de Líderes Latinos (CALL por sus siglas en inglés), que se llevó a cabo del 18 al 21 de agosto en el Hotel Hilton del centro de Chicago. “Los latinos representan el futuro de la Iglesia en los Estados Unidos”, dijo. “El futuro de la Iglesia en este país depende de ustedes y de mí”. Junto con el entonces arzobispo de Denver, Charles Chaput, el arzobispo Gómez fundó CALL hace nueve años. Gómez, quien es nativo de México, era obispo auxiliar de Denver en aquel momento. “Yo quería salir al encuentro de los latinos profesionales en el mundo de los negocios y en las universidades, donde quiera que estén, porque la mayoría de ellos son tradicionalmente católicos. Van a la escuela secundaria, y luego a la universidad, y pierden contacto con la Iglesia”, dijo. La organización los ayuda a sentir que son importantes para la vida de la Iglesia y los ayuda a contribuir valores comunes a la comunidad latina, a la cultura, añadió. Este es el primer año que la conferencia se celebró en el Medio Oeste. El grupo quería enfatizar la rica historia de Chicago en dar la bienvenida a inmigrantes de diversos países y promocionar sus culturas. CALL tiene más de 250 miembros con capítulos en 14 ciudades. El capítulo de Chicago comenzó en 2015, dijo el presidente Jim Palos, director del Instituto de Hyde Park. En el próximo año, planifican enfocarse en fortalecer a las familias, siguiendo las directivas del Papa Francisco. “Somos una organización laica que implica a los latinos en posiciones de liderazgo para llevar la influencia positiva de la Iglesia a las diversas áreas en que lideramos,” dijo. “Tenemos que ver esa experiencia de CALL porque la Iglesia y la comunidad latina tienen mucho que ofrecer. Mar Muñoz-Visoso, directora ejecutiva del departamento de Diversidad Cultural en la Iglesia de la Conferencia de Obispos Católicos expandió ese punto en su conferencia principal del 19 de agosto. Muñoz-Visoso, que nació en España, citó los comentarios del Papa Francisco a los inmigrantes cuando visitó Estados Unidos para la Jornada Mundial de las Familias en 2015. En un momento de su discurso en Independence Hall el 25 de septiembre, el Papa Francisco enfatizó la numerosa presencia de los inmigrantes hispanos en Estados Unidos, y de los latinos de segunda y tercera generación. “Les pido que no olviden que, como los que llegaron antes que ustedes, ustedes traen muchos dones a su nueva nación. Nunca se deberían avergonzar de sus tradiciones. No olviden las lecciones que aprendieron de sus mayores, que son algo que traen para enriquecer la vida de esta tierra americana. Repito, no se avergüencen de lo que es parte de ustedes, su línea de vida” dijo el Papa Francisco. “También están llamados a ser ciudadanos responsables, y a contribuir fecundamente a la vida de las comunidades en que viven. Pienso en particular en la vibrante fe que tantos de ustedes poseen, del profundo sentido de vida familiar y de todos los demás valores que han heredado. Al contribuir sus dones, no sólo encontrarán su lugar aquí, sino que ayudarán a renovar la sociedad desde dentro”. El Santo Padre imploró a los latinos—que vienen de diversos países de América—a ser conscientes de que sus dones no son para su vanagloria, sino para el servicio, dijo Muñoz-Visoso. “Si queremos contribuir al bien común y ayudar a construir esta sociedad, es importante que nos conozcamos a nosotros mismos y a nuestra cultura, para que reconozcamos los valores que tenemos que podemos traer a la mesa”, dijo. ¿Cuáles son los valores que el Santo Padre está pidiendo a los latinos —sin importar su país de origen— que adopten? La vida familiar, la fe, los valores. Estos son los dones que están siendo amenazados en una sociedad americana más y más secularizada. La fe se transmite primordialmente en la familia, con la parroquia como extensión de la iglesia doméstica. Sin embargo, las conexiones entre familia y fe se han ido deteriorando en las últimas generaciones, dijo Muñoz-Visoso. Solo lleva una generación para que los jóvenes se distancien de la Iglesia. “Como muestran los estudios, un número creciente de nuestros jóvenes está creciendo sin fe o con un sentido superficial de ella,” dijo. “Es un hecho sociológico que cuanto más se asimilan los latinos a la cultura dominante, se hacen menos católicos”. Los católicos latinos entienden la familia como un conjunto de relaciones que se extienden más allá de la familia nuclear para incluir a abuelos, tíos y tías, padrinos, y mucho más. “El pasar tiempo con los seres queridos es importante, o solía ser importante,” dijo. “Tanto si inmigramos a los Estados Unidos más recientemente, como si nuestras familias han estado aquí por generaciones, la verdad es que nuestros hijos están creciendo en una cultura altamente secularizada y materialista”. Como dijo el Papa en Filadelfia, los católicos latinos pueden traer de regreso estos valores a la sociedad americana, que antes los tenía en gran estima. Para hacer esto, los latinos deben abrazar y compartir los valores que les son innatos. “Cuando estás llamado a liderar en una sociedad altamente diversificada y pluralista, como lo es los Estados Unidos, es importante en primer lugar, que nos conozcamos a nosotros mismos,” dijo. “Somos latinos, pero en primer lugar somos católicos. Y como somos católicos, estamos llamados a cumplir cooperar con la misión de la Iglesia. Y la Iglesia existe para evangelizar. Mientras que la cultura actual de los Estados Unidos se está alejando de la religión organizada, la Iglesia católica aquí no ha visto tal gran descenso de números como resultado. “No es porque no estemos perdiendo miembros nosotros también. Es a causa del influjo de los inmigrantes. Setenta por ciento del crecimiento de la Iglesia católica en los Estados Unidos en los últimos 30 años ha sido gracias a los inmigrantes, particularmente los de América Latina”, dijo Muñoz Visoso. “Nos mantenemos en números, pero si miramos a la segunda y tercera generación vemos que también estamos perdiendo a muchos de ellos. Tenemos que hacer algo”. Mientras que en algunas diócesis los latinos ya constituyen una mayoría de católicos, “no están produciendo un número proporcional de vocaciones al sacerdocio, a la vida religiosa o a un laicado comprometido”, dijo Muñoz-Visoso. Algo de esto se puede atribuir a un tiempo no muy lejano en que los hombres y mujeres latinos no se veían bien recibidos en algunas casas religiosas en América. La Iglesia y la sociedad americana necesitan líderes latinos que están comprometidos con su fe y con su cultura y que pueden contribuir los valores de fe, familia y trabajo, como levadura de la cultura, dijo. “Nuestra propia diversidad nos ha preparado para funcionar y vivir en un ambiente diverso,” comentó. “Somos un grupo muy diverso y algunas de nuestras familias han estado aquí por generaciones”. No se desanimen en el camino. “Frente a un secularismo creciente, mantengan su fe. Mantengan las tradiciones de su fe”, dijo. “Recuerden que otros han pasado antes de nosotros, han llegado al cielo, y están cuidando de nosotros desde ahí”.