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“La iglesia ofrece un sentido de comunidad” - Chicago Católico

Por Redacción Chicago Católico
miércoles, agosto 31, 2016

Cuando nuestros paisanos llegan a este país, uno de los primeros apoyos es la iglesia. Así fue también para Martín Atilano, quien llegó a Chicago en 1987 procedente de Lagos de Moreno, Jalisco.

Atilano, quien es ahora director de educación religiosa en San Gall, llegó hace casi treinta años al barrio de las Empacadoras. Miembro de una familia de trece hermanos, cuando llegó, ya nueve de ellos habían emigrado a Estados Unidos. Después le seguiría uno más.

“La familia fue un apoyo grande” dice. “Y otro apoyo grande es el sentido de comunidad, la iglesia”. Al llegar, vivía a cuadra y media de la iglesia de Santa Cruz, en Las Empacadoras, donde iba a misa.

Lo primero que preguntó al sacerdote fue si había grupo de jóvenes. Él tenía 24 años. El padre Pedro Rodríguez le respondió que el grupo juvenil se había disuelto dos años antes.

“Comenzamos a formar un grupo llamado Juventud Fuerza Renovadora” dice Atilano. “Empezamos con catorce jóvenes, en Santa Cruz.”

El siguiente paso fue conectar con los demás grupos juveniles de la arquidiócesis. La dirección de grupos juveniles era coordinada por sacerdotes combonianos en la parroquia de San Vito.

“A través de ellos nos conectamos con 38 grupos de jóvenes que había en diferentes parroquias de la ciudad” dice.

Ya en 1990 se abrieron posiciones para dos personas como coordinadores de cada vicariato. El padre Alfredo del Toro dio el nombre de Atilano a un sacerdote que buscaba alguien para el vicariato II. En dicho vicariato, que abarca 22 parroquias, estuvo casi cinco años.

De esa vicaría, solamente San Jerónimo tenía grupo de jóvenes. “En el reporte del primer año, tuvimos una asamblea de las 22 parroquias de la Vicaría” dice Atilano, “y para entonces ya 13 parroquias tenían grupo juvenil. Después de los dos años, prácticamente las 22 parroquias tenían grupo de jóvenes.”

También le tocó impulsar a nivel de vicariato y diocesano el proceso del Encuentro Diocesano para hacer un plan pastoral para el Ministerio Hispano, de 1992 al ‘94.

Trabajar en conjunto

Ya en 1997, el cardenal Francis George fue quien firmó el plan pastoral para el ministerio hispano de Chicago. “Yo fui parte del comité de redacción del plan pastoral y me doy cuenta de que algunos hablan de que hay un plan pastoral del ’97 pero nadie lo conoce ni lo pone en práctica” dice.

Le preguntamos a Martín Atilano en qué consistía dicho documento.

“Su primer tema fundamental es la pastoral de conjunto” responde, “no puede trabajar cada quien encerrado en su oficina, tenemos que colaborar todos los ministerios, todos los niveles, todos los agentes, y articular un plan orgánico.”

“El segundo es la evangelización” continúa, “obviamente la Iglesia vive para evangelizar.”

Otros temas son también la formación y la opción misionera.

En San Gall

¿Y cómo llegó a San Gall, su actual parroquia? Él ya asistía a misa allí desde 2002, pues vive en el barrio. Pero en 2010, cuando nombran párroco al padre Gary Graf, éste le pidió ayuda con la formación del personal. “El padre Donaldo Headley y yo estuvimos dando unos talleres de formación para el staff” dice.

Después, cuando se retiró el director de educación religiosa de San Gall, le pidieron que tomara la posición.

Nacido en 1963, la fe religiosa de Atilano se expresó desde muy joven. En México estudió diez años en el seminario de San Juan de los Lagos. Es egresado del programa Oscar Romero de CTU, en Chicago. Esto, además de haber llevado llevar cursos de verano en Loyola. Es miembro de la Conferencia Nacional de Catequesis.

Cuando lo visitamos en San Gall lo encontramos inmerso en los programas de una parroquia bastante atareada.

“El padre Gary Graf acaba de ser cambiado a San Procopio” dice “y su legado (en San Gall) ha sido el crecimiento de la comunidad y la integración de los ministerios. Cuando se fue dejó 32 ministerios, todos integrados”.

Dijo que esos ministerios se sientan mensualmente a planear para trabajar juntos. “Tenemos la experiencia de muchas parroquias donde cada quien lleva sus agendas y no se juntan” dice.

Atilano reconoce el valor del nuevo párroco, René Mena, para aceptar trabajar en San Gall. “Es una parroquia difícil” dice. “El padre René fue muy valiente, muchos no querían venir a esta parroquia: primero porque hay deuda (más de millón y medio), segundo porque tiene escuela, y hoy día es una carga muy fuerte mantener una escuela católica, y tercero porque hay mucho trabajo. Aquí se trabaja mucho, hay mucho qué hacer.”

Nos explica que la deuda se ha venido acumulando por diversas razones pero principalmente por la escuela, pues cada año no se alcanza a cubrir los gastos que genera.

Impacto en la comunidad

Le preguntamos cuanta gente aproximadamente atienden en la parroquia. “Creemos que vienen a misa de 3,500 a 5 mil personas” explica. “La parroquia tiene capacidad para 1,400 personas sentadas, pero hemos tenido domingos en los que hay hasta 300 personas de pie. Entonces estamos hablando de tal vez 1,700 personas en una misa”.

Nos dice que hay cuatro misas en español y una en inglés. “La misa en inglés no se llena ni a la mitad. Muchos de los que vienen no es siquiera porque quieran escuchar la misa en inglés sino porque a esa hora hay estacionamiento disponible”.

Le preguntamos sobre el impacto que ha tenido la situación económica en los programas y agencias de la parroquia.

“Ha impactado muchísimo” responde. “Caridades Católicas nos está diciendo que el estado les debe muchísimo. Aquí tenemos una oficina regional del suroeste. Y por supuesto, también el desempleo. Aquí tenemos cerca la Nabisco, que de 1200 empleos se deshicieron de 600, para llevarlos a México, para pagar más barato y no pagar beneficios.”

“También tenemos la Tyson, la compañía de los pollos, aquí en la 43 y la Ashland, en Las Empacadoras, allí se perdieron posiblemente más de cuatrocientos trabajos. Si sumas eso estamos hablando de mil familias de la comunidad que se quedaron sin trabajo, así nomás, en los últimos dos años”.

Atilano dice que cuando se habló de la crisis hipotecaria, este es el barrio de todo el Medio Oeste donde más se sufrió. “En los mapas se señalaba con un punto rojo las casas que se perdieron, y esta área se veía todo rojo”.

“Sabemos de familias que se han ido a Texas, a Colorado, a la Florida a buscar trabajo” dice. “La South West Organization Project está trabajando en esto. La comunidad tiene que organizarse para dar respuesta a los problemas de desempleo, de falta de vivienda.”

Daño al cristianismo

Martín Atilano es ahora parte del comité que promueve el V Encuentro del Ministerio Hispano, que se celebrará en 2018. “Necesitamos aprender el proceso de los encuentros que ya hemos tenido” dice.

“La pastoral tiene que ser una pastoral del encuentro, o no es pastoral” agrega y resalta la necesidad de vivir la fe en comunidad.

“Pero vivimos en una sociedad que hace mucho daño al cristianismo” dice y enumera los factores que dañan.

“La primera es el individualismo” afirma, “que nos mantiene separados, fijados solo en nuestros propios intereses. Es una ideología que va en contra de la solidaridad que predica el evangelio”.

“Otra ideología que nos hace mucho daño es el hedonismo” continúa. “Vivimos en una sociedad muy confortable. Todo mundo está buscando siempre el placer por el placer.”

Atilano agrega que otra tendencia que afecta es la dinámica que promueve hacer lo mínimo para obtener el máximo de ganancia. “Es lo que es el capitalismo” dice “y en este momento de la historia creo que tenemos un candidato que encarna esas tres ideologías. No quiero nombrarlo pero ya sabemos quién es (risas)”.

Años antes, 1995 al ‘96, tuvo un paréntesis como organizador comunitario, como voluntario en el vicariato II en el norte, cuando United Power for Justice, una iniciativa del cardenal Bernardin convocaba asambleas de todas las religiones y grupos étnicos por toda la ciudad.

En 1996 pasó a trabajar en las escuelas públicas, “en unos programas de prevención para jóvenes que están en riesgo” dice.

Allí permaneció hasta el año 2000, cuando tuvo que viajar a México para atender a su papá en una enfermedad larga hasta que falleció.

Trabajar con los papás

De regreso en Chicago le ofrecieron trabajo como director de educación religiosa en la parroquia de Lourdes donde ya había hecho trabajo voluntario de educación religiosa por un año con el padre Kurt Lambert. Allí se quedó hasta el 2010.

Antes, en 2006, el padre Néstor Sáenz párroco de la iglesia de Fátima, le pidió ayuda, por lo que de 2006 al 2010 estuvo dirigiendo ambos programas en Lourdes y Fátima.

“Esas experiencias fueron muy exitosas porque nos enfocamos en la catequesis familiar” considera. “Nosotros sentimos que cuando no haces catequesis familiar pierdes el tiempo con los niños, siempre tienes que trabajar con los papás.”

Antes de despedirnos, quisimos saber qué significa para él recibir el reconocimiento de la Noche de Gala. “Fue una sorpresa, uno no espera esas cosas” responde, “estos reconocimientos son momentos de reflexión, de agradecimiento a Dios por ser parte de su equipo”.

“Pero al mismo tiempo” agrega, “es celebrar el esfuerzo de todo el ministerio hispano, de todos los líderes hispanos. Creo que se busca a una persona como ‘pretexto’ para celebrar todo el ministerio hispano, no es para decir ‘esta persona es mejor que los demás’. Es algo simbólico.”

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