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Nueve parejas reciben la bendición en ‘boda comunitaria’ - Chicago Católico

Por Michelle Martin
domingo, julio 31, 2016

Las novias se reunieron en la parte posterior de la Iglesia de la Inmaculada Concepción, en el 2745 W. 44th St., se felicitaron entre sí, ajustaron sus velos y cuidaron con la mirada a los niños pequeños que caminaban alrededor de sus faldas antes de formar una fila para la procesión de entrada.

Los novios, inquietos en una habitación aledaña a la sacristía, hacían bromas nerviosas y esperaban la señal para tomar su lugar en frente de la congregación.

En total, nueve parejas –todas casadas por lo civil desde hace años– participaron en la “boda comunitaria” del 26 de junio, en la que sus matrimonios fueron convalidados por la iglesia. Recibir el sacramento del matrimonio hizo que estas parejas estuvieran en plena comunión con la Iglesia, permitiéndoles recibir la Eucaristía. “No había recibido la Comunión desde que tenía 15 años”, dijo Melissa Ortiz, de 29 años, quien había estado junto a su marido, Antonio, desde que estaban en la escuela secundaria. La pareja había estado casada por lo civil durante 11 años y habían tenido cuatro hijos, con un quinto que esperan en breve.

“Mi hija hizo su primera comunión y yo estaba tan avergonzada de no poder ir con ella”.

El padre Manuel Dorantes, párroco de la Inmaculada Concepción, planteó la idea de una boda comunitaria a principios de este año porque era consciente de que una serie de parejas en la parroquia tenía matrimonios civiles –que confieren los beneficios legales del matrimonio– pero que no se habían casado por la Iglesia.

Dorantes dijo que aun cuando puede ser común en algunas áreas que las personas en dicha situación reciban la comunión, de cualquier modo, esa no es la práctica en su parroquia. “Ellos lo toman muy en serio”, dijo.

Pero también se tomaron en serio su deseo de tener no sólo un matrimonio, sino una boda, con un vestido de novia y flores y una fiesta, con sus familias a su alrededor.

Dorantes sugirió una boda comunitaria, con cada pareja contribuyendo y otras personas aportando para ayudar a cubrir el costo de un fotógrafo y un camarógrafo y una recepción en la cercana parroquia de los Cinco Santos Mártires.

La idea resultó tan bien que la parroquia tuvo que programar dos misas de boda. La primera fue el 26 de junio; la otra, con 10 parejas que planean recibir el sacramento del matrimonio, será en septiembre, comentó Dorantes.

“Esto es algo que siempre quisimos hacer”, dijo Leticia Navarro, quien ha estado casada por lo civil con Aurelio Hernández durante 23 años.

“Pero nunca decidimos cuándo. Quizá eran excusas. Su familia está en México, y mi familia está aquí conmigo. Su familia nunca podría venir toda aquí, y mi familia entera nunca podría ir a México. Pero cuando esto surgió, decidimos hacerlo”.

Navarro y Hernández tienen tres hijos, de 23, 21 y 8 años. “Todos están emocionados por nosotros”, dijo.

Durante la misa nupcial, cada pareja pasó al frente a pronunciar sus votos e intercambiar sus anillos. El rito incluye varias tradiciones mexicanas, como los obsequios que acostumbran dar las madrinas y padrinos de las parejas (quienes juegan un cierto papel de patrocinador); decenas de estos regalos llenaron las primeras bancas de la iglesia. Además de presentar las parejas con sus anillos, los padrinos presentaron las arras (monedas doradas); las biblias; los lazos nupciales; y las flores para ofrecer a la Virgen María.

Después de haber pasado juntos la preparación al matrimonio, las parejas se hicieron amigos y se convirtieron en una fuente de apoyo entre ellos.

“Ahora somos amigos”, dijo Rogelio Cervantes antes de la boda. “Después de esto, seremos hermanos”.

Después de la misa, las parejas tomaron fotos delante del altar y se reagruparon con sus familias.

Eloísa y Luis Orozco, quienes han estado juntos 18 años, casados civilmente durante 16, casados en la iglesia ese día, obsequiaron una enorme sonrisa a sus hijos, Fernando, de 16; Alysie, de 8; y Aylin, de 6.

“Me siento súper bien”, afirmó Eloísa Orozco. “Me siento diferente”, dijo Leticia Navarro, después de intercambiar votos con Aurelio Hernández más de dos décadas después de su boda civil y de recibir la Eucaristía por primera vez en 25 años. “Es maravilloso”.

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