Ante la preocupación de migrantes católicos de México y Sudamérica por los hechos de violencia que se viven en su lugar de origen, el cardenal Alberto Suárez Inda dijo que la Iglesia católica tiene que estar más atenta en acompañar a las víctimas que sufren de esta situación. “El acompañar a las víctimas es algo que debemos practicar como un primer paso” dijo. Durante una visita a Chicago, el cardenal Alberto Suárez Inda, arzobispo de Morelia, en el estado mexicano de Michoacán, habló ante feligreses de Nuestra Señora del Monte en Cícero el 11 de junio. Suárez Inda agregó que la educación para la paz tiene que ser todo un programa para la pastoral. “Educar para la ciudadanía en un sentido de diálogo y respeto.” Dijo también que la situación de violencia que se vive en México es una espiral que no se puede remediar a base de castigo. “Las cárceles a veces son escuelas de criminalidad” comentó. Agregó que la injusticia y el desempleo son incentivos para que los jóvenes no solo sean víctimas, sino cómplices de esta situación. “La iglesia a veces es cómplice por omisión” dijo, “porque no participamos en una verdadera práctica para la paz.” Cuando terminó la charla nos acercamos para pedirle que abundara en este punto. “Usted ha hablado del acompañamiento a las víctimas como un primer paso” le comentamos. “Pero al mismo tiempo (es importante) la formación de la conciencia” agregó. “Si no logramos que los jóvenes tengan sentido de su propia dignidad y de la dignidad de toda persona humana, pues vamos a seguir en ese plan terrible de instrumentalizar a las personas, de convertir en objeto a la otra persona, simplemente por placer o por ventaja económica.” “La formación de la conciencia como algo preventivo, la educación para la paz es lo primero” dijo “y siempre ser compasivos, ser más generosos en el acompañamiento y sobre todo en la reconstrucción de ese ambiente de paz que una vez que se destruye es doblemente difícil reconstruir, porque se crea una desconfianza, un trauma en las personas, se requiere todo un trabajo de reconstrucción y de terapia.” “Creo que también hay que trabajar en diversos niveles” continuó, “sobre todo en la formación de los maestros y de los futuros padres de familia que tienen que ser verdaderos educadores para que el joven descubra el camino de su realización, que implica dominio de sí mismo, sacrificio y respeto por los demás.” Le preguntamos qué papel juega en esto la corrupción política. “Es un círculo vicioso” respondió. “La corrupción política es el resultado de toda una degeneración pero también desgraciadamente crea una desconfianza y un resentimiento. Pero no lo vamos a arreglar todo si no es pensando en un futuro diferente. La corrupción siempre será una tentación pero no es un condicionamiento obligado, tenemos el ejemplo de políticos que han sabido resistir y que son honestos. Deberían ser verdadero modelo, verdadero ejemplo.” “Creo que en este momento hay en algunos países de Latinoamérica la lección de que no hay impunidad, de que también los políticos que han robado están sujetos a un juicio” dijo. “Y en ese sentido yo creo que es aleccionador. Ahora, se dice que hay el voto de castigo también, partidos que pierden votos porque sus líderes no son coherentes con los programas que anuncian.” Al día siguiente, el cardenal Alberto Suárez Inda ofició una misa en el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en Des Plaines, como parte de las festividades “Guadalupe en Verano”. La misa, oficiada por el arzobispo de Morelia fue acompañada por actividades tradicionales del pueblo michoacano, como el “torito de petate”, la “danza de los viejitos”, la “danza de las guarecitas”, y bandas tradicionales de viento de Michoacán. El arzobispo Alberto Suárez Inda fue nombrado cardenal por el Papa Francisco el 4 de enero de 2015. Su presencia en Chicago tenía como objeto “bendecir los eventos de la Presencia Michoacana, que es un mes de eventos que hace la Federación de Clubes Michoacanos en Illinois” explicó a Católico Artemio Arreola, presidente de dicha Federación.