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El padre Carlos María Galli compartió la visión eclesiástica de su amigo el Papa Francisco

Por Redacción Chicago Católico
jueves, mayo 5, 2016

a parroquia es el lugar donde la iglesia se hace pueblo. Es donde nos encontramos. Una parroquia de puertas abiertas es una parroquia popular.” Con estas palabras, el sacerdote argentino Carlos María Galli se dirigió a los presentes en la parroquia de Nuestra Señora de la Caridad, en Cicero el nueve de abril.

El padre Galli estuvo en Chicago para impartir varias pláticas sobre la visión eclesiástica del Papa Francisco. Cuando se conocieron en 1975, el Papa era entonces Jorge Mario Bergoglio. Diez años después, en 1985, estudiando teología en Alemania se reencontraron y se hicieron muy amigos.

En su charla, el padre Carlos compartió varias anécdotas de cuando ambos estudiaban o de cuando Bergoglio fue su obispo, y después su arzobispo, en la arquidiócesis de Buenos Aires.
Pero sobre todo, la intención del padre Carlos fue la de promover el mensaje del Papa Francisco, resaltar las maneras en que nos representa a los latinoamericanos, y la importancia de una “pastoral urbana” en la que el sacerdote salga a la calle.

“¿Qué es una iglesia misionera?” preguntó a los asistentes. “Una iglesia en la cual salimos al encuentro de la gente, allí donde la gente está, no donde queremos que esté. Es ir al encuentro de la gente como la gente es, no como queremos que la gente sea.”

Pastoral urbana

El padre Galli tuvo una agenda muy ocupada, el día anterior había estado en la Universidad de Loyola, y ahora, al terminar su plática en Ntra. Sra. de la Caridad, se iba de prisa a Catholic Theological Union.

Cuando terminó la jornada en Cicero, nos acercamos al padre Galli. No había mucho tiempo. Le preguntamos: “Usted hace mucho énfasis en la pastoral urbana. Hoy la ciudad experimenta una separación de clases más brutal que nunca, ¿qué debe hacer la Iglesia al respecto?”
“Una característica de la mega ciudad moderna es que ofrece mayores posibilidades a muchos” respondió, “y por eso la gente migra del campo a la ciudad, porque cree que va a encontrar posibilidades mejores de educación, de trabajo y de salud. Al mismo tiempo nuestras ciudades crecen caóticamente, no ordenadamente, y surgen muchas periferias, muy pobres”.

“Y otro fenómeno de las ciudades” continuó, “es que la gente que arraiga allí quiere construir su propio barro y su propia casa. Por lo tanto hace un esfuerzo enorme por dignificar su vida a través del trabajo y fundar una familia con una casa. Pero el otro fenómeno que vemos en todo el mundo es la fragmentación de las ciudades, barrios muy pobres al lado de barrios cerrados muy ricos. ¿Cuál es la misión de la iglesia en esto? Trabajar no solo por urbanizar los nuevos barrios para que tengan presencia del estado y servicios para todos, sino trabajar para integrar la cultura de la gente que vive en las ciudades. Que los que viven en un barrio no excluyan a los del otro barrio. Que se sientan que todos los barrios son parte de la misma ciudad y que todos los habitantes son ciudadanos del mismo pueblo. La misión de la iglesia es en las nuevas ciudades donde hay barrios fragmentados, la misma misión de la iglesia que entre los países, construir puentes y no muros.”

Este papa fue párroco

Los dos sacerdotes amigos, Bergoglio y Galli, trabajaron juntos en varios proyectos. Uno de ellos fue la redacción del documento de la Quinta Conferencia General del Episcopado de Latinoamérica y el Caribe que se realizó en el santuario de la Virgen de Aparecida en Brasil. Este evento realizado en mayo de 2007 es considerado el acontecimiento eclesiástico más importante de América Latina. De allí surgieron lineamientos sobre los caminos que la Iglesia católica latinoamericana habría de seguir.
“Él (Bergoglio) fue elegido presidente de la comisión de redacción del documento y yo era perito nombrado por el Papa Benedicto para colaborar con los obispos y escribir este documento.” dijo Galli.
Galli resaltó una característica muy latinoamericana del Papa Francisco, su contacto con el pueblo. “Este papa fue párroco” dijo. “Pocos papas fueron párrocos. Ser párroco te pone en una cercanía directa con la gente.”

Desde 1988, Galli enseña los fundamentos de la teología pastoral en Argentina. Él suele decir a sus alumnos: “El día que sean párrocos ustedes tienen que ser la persona más conocida de su parroquia y para eso hay que gastar los zapatos. El párroco tiene que ser el que va a la gente, tiene que ser el más querido del barrio. Pero será el más querido si él es quien más quiere a la gente, si él ama a su pueblo.”

Exhortación sobre el amor

Una parte de su charla fue dedicada a analizar la exhortación del Papa sobre el amor, el matrimonio y la familia, en el documento Amoris Laetitia.
“Quien lea esa carta verá que todas las situaciones están contempladas” dijo. “Que no habla solo de los que, bien casados, con el sacramento del matrimonio, siguen felices hasta el final. Que habla de toda las realidades del matrimonio que son las nuestras, las de nuestros familiares, amigos, vecinos.”

Galli puso como ejemplo su propia familia. “Mi papá y mi mamá se separaron en 1991. Nosotros somos siete hermanos, yo hice el casamiento como sacerdote de cinco de mis hermanos. Tres de los hermanos que casé se separaron, dos siguen unidos. La más chica nunca se casó, tiene un hijo pero nunca se casó.”

“Entonces, yo vivo en mi familia lo que ustedes conocen y viven en su familia, que son los problemas de la vida de hoy” continuó. “El capítulo 8 del documento del Papa, léanlo, se titula ‘Acompañar, discernir e integrar la fragilidad’ ¿A qué se refiere? A las fragilidades del amor, de la vida, las situaciones que no salieron como uno quería, los conflictos, las divisiones. Cuando la familia no salió como uno deseaba, pero es lo que hay. Y hay que ver cómo la gracia de Dios llega a nosotros como nosotros somos o estamos. El Papa dice entonces: acompañar (la Iglesia) discernir (cada uno) e integrar lo más posible a los hermanos que sufren las heridas de la vida, en las comunidades.

El futuro es bilingüe

Galli expresó la importancia de que la Iglesia católica en Estados Unidos reconozca espacios a la comunidad latina. “La primera lengua que se habla en la Iglesia católica es el español” dijo. “Los seminarios en Estados Unidos, ¿enseñan el español a los futuros sacerdotes? Los futuros sacerdotes un día se van a encontrar con gente que habla español, con gente que habla inglés y con gente que habla las dos lenguas. Estados Unidos tiene que tener parroquias, diócesis, bilingües.”

“El sur (Latinoamérica) va a marcar el futuro de la iglesia” dijo Galli. “No lo vamos a ver, porque van a pasar siglos. Pero la iglesia católica, su rostro, va a ser muy distinto en cinco siglos. ¿Cuántos católicos en Estados Unidos hablarán castellano en cinco siglos? Tal vez todos. Las iglesia en el futuro se va a ir convirtiendo en una iglesia bilingüe en casi todas las comunidades católicas.”
“Otro rasgo en que el Papa nos representa a los latinoamericanos” dijo también Galli, “es que América Latina es la región más urbanizada del mundo. Piensen en sus países de origen: ¿viven en el campo o la ciudad? En América Latina, ocho de cada diez personas vivimos en ciudades. En Europa, siete de cada diez viven en ciudades. Somos el subcontinente más urbano del mundo. El papa nació en 1936 en Buenos Aires. En ese tiempo la ciudad tenía dos millones 400 mil personas. Era una gran ciudad de América Latina. El Papa ama vivir en la ciudad, y por eso habla de “pastoral urbana”.

Al final, los asistentes, convocados desde varias parroquias por el Consejo Hispano, acordaron en la necesidad de tener más eventos formativos de este tipo

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