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Una editorial católica local publica libro de cartas para el Papa escritas por niños

Por Michelle Martin
jueves, marzo 31, 2016

¿Quién mejor para responder a las preguntas de un niño que un abuelo? Algo así sucedió cuando el Papa Francisco respondió a las preguntas de 30 niños en “Dear Pope Francis: The Pope Answers Letters from Children Around the World” (Loyola Press, $18.95), de acuerdo al Padre jesuita Antonio Spadaro, quien compartió las cartas de los niños con el Papa y transcribió sus respuestas.

Spadaro, director de La Civiltà Cattolica, una revista jesuita que publica artículos sobre filosofía, teología, crítica literaria y teoría política, pasó tres tardes entrevistando al Papa Francisco en 2013. Esta experiencia fue diferente, dijo Spadaro.

Cuando el Papa Francisco respondió a las preguntas de los niños, “De vez en cuando, miraba al espacio vacío y respondía a un niño que intentaba imaginar”, comentó Spadaro. “En su rostro, vi atención, vi cariño. El Papa comentó: ‘Me hubiera gustado tener a esos niños en frente de mí’”.

Ese deseo se cumplió en febrero, cuando 12 de los niños cuyas cartas fueron publicadas visitaron el Vaticano y pasaron algún tiempo con el papa. Los niños llevaron regalos al Papa Francisco desde sus países de origen y cada uno recibió un muñeco hecho para representar a Jesús. Cuando Francisco entró en la habitación, los niños corrieron hacia él y lo abrazaron. Luego se sentaron en el suelo a su alrededor y hablaron.

“El Papa les dio más de una hora”, dijo Spadaro. “El Papa por lo general pasa 20 minutos con los jefes de estado”. Quizá encontró la conversación de los niños más interesante.

“Un niño italiano le preguntó”: ‘¿Usted ama a Jesús?’”, relató Spadaro”. Nunca se me hubiera ocurrido preguntar eso al Papa. El Papa respondió lentamente. Dijo: ‘No sé. Lo que sí sé es que él realmente me ama’. Muchas de las personas (los adultos que estaban presentes, escuchando) comenzaron a llorar. Se dieron cuenta de que había sido muy honesto. Quería decir que el amor que Jesús nos da es mucho más que el amor que le damos a él”.

Las preguntas incluidas en el libro son igualmente profundas, dijo Spadaro. “Los niños suelen ir directamente al corazón de las cuestiones. A los niños les gusta el Papa Francisco y tienen un gran interés en él, por lo que hubo preguntas acerca de su vida antes de convertirse en Papa. También plantearon cuestiones religiosas muy serias, alrededor del pecado y el sufrimiento, e incluso sobre la vida futura.

“Me llamó la atención la pregunta hecha por un niño llamado William, de Chicago. Preguntó si el Papa Francisco pudiera hacer un milagro, ¿cuál sería? Después de un momento, dijo, “Sanaría a los niños. Curaría a todos los niños”.

William Morkin, ahora de 8 años de edad, está en segundo grado en la Escuela San Francisco Javier, en La- Grange. En una entrevista telefónica, dijo que se le ocurrió hacer esa pregunta porque una vez le había preguntado a sus padres qué superpoderes les gustaría tener.

“Me dijeron que Jesús tenía superpoderes, pero que se llamaban milagros”, contó William. “Así que quería saber qué tipo de milagros haría”.

A William, el menor de cinco hijos en su familia, un amigo de la familia que trabaja en Loyola Press le pidió que escribiera una carta, según cuenta su padre, Mike Morkin. Cuando se reunió con el Papa, William llevó un balón de fútbol del equipo Chicago Fire, porque él y el Papa Francisco disfrutan mucho ese deporte. Además de eso, ambos tienen algo más en común, dijo.

“Dijo que iba a curar todos los niños”, relató William. “Si yo pudiera hacer un milagro, también haría eso”.

Spadaro dijo que también le impresionó una carta de Luca, de Australia.

“Dijo: ‘Mi mamá está en el cielo. ¿Le van a salir alas de angel a ella?’”, refirió Spadaro. “Francisco respondió: ‘Tu mamá está en el cielo, hermosa, espléndida, radiante, llena de vida, sonriéndote’. “Esa es una respuesta hermosa y larga”.

Aún cuando el libro se compone de preguntas hechas por niños y está siendo comercializado como un libro para pequeños, los adultos también pueden aprender de él, dijo Spadaro.

“Las preguntas de los niños aparecen sin filtro alguno. Son nítidas y claras. No hay adornos”, dijo. “Reconozco muchas preguntas que le hice a mi madre cuando yo era un niño. Cuando el Papa Francisco habla a los adultos, los niños no escuchan. Cuando el Papa Francisco habla a los niños, los adultos escuchan”.

En las presentaciones hechas en parroquias, Spadaro se ha sorprendido viendo que la gente compra de ocho o 10 copias del libro. “Estaban comprando para todos los miembros de sus familias”.

El libro es bueno para las familias, dijo, porque es como leer cartas escritas entre los niños y su abuelo.

“Los niños no tienen barreras ni muros”, dijo Spadaro. “Ellos son capaces de comprender inmediatamente si alguien es capaz de conectar con ellos. Los niños encuentran en él una especie de abuelo. Él es capaz de hablar con ellos en palabras muy simples, muy profundas, pero sencillas”. Disponible en español.

Para pedir el libro “Dear Pope Francis”, visite www.loyolapress.com/dear-pope-francis.htm

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